2°- 1# Te soñé

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Era tal como se había presentado en mi sueño, un poco más alto, y más guapo, le sonreí y el a mí.

-Tengo la sensación de que me recuerdas -caminó hasta el césped y se sentó junto conmigo-

-Es... Todo tan raro -suspiré, me sentía ahogada por algún motivo que desconocía-

-Yo también creía que era realidad, hasta que sonó mi alarma -rió, ciertamente no era tan frío como lo imaginé-

-¿que soñaste? -

-Solo aparecías tú, una extraña amistad con una chica nueva, después esa chica me enamoró, cuando me declaré el tiempo se paralizó y desperté -me miró con sus ojitos medios chinos algo llenos de alegría y tristeza-

-es, distinto a lo mío, yo, los conozco a todos ustedes, a todo el equipo de voleibol -comencé a jugar con mis dedos para evitar mi nerviosismo-

-Di mi nombre -

-¿que? -

-Vamos, di mi nombre -

-Yamagata Hayato -
-Matsuoka _______-

Ambos dijimos los nombres del otro al mismo tiempo, cuando lo dije se abalanzó sobre mí dándome un fuerte abrazo, un abrazo lleno de calidez, me sentía llenita de felicidad al saber que alguien me recordaba y que no todo lo que había soñado era una fantasía creada por mi mente quizás porque razón.

-Te eché de menos -dijo Yamagata mientras hundía su nariz en mi cuello-

No respondí, acariciaba su cabello con la yema de mis dedos deleitandome con el suave aroma de su shampoo, era único, pero quería más, quería volver a tenerlos a todos, que persona tan egoísta soy ¿no?.

-Como te diste cuenta que era yo -miré el cielo mientras le hablaba aún abrazados-

-Tu rostro es único, eres hermo-

-¡Yamagata! -le interrumpió un chico de cabellos castaños muy claros-

Nos separamos rápido y recobramos la compostura, cuando el chico llegó a nosotros mis mejillas se sentían calentitas por el rubor en ellas.

-Shirabu kenjirō... -susurré bajito en la oreja de Yamagata quién me miró y luego se dirigió a su amigo-

-A entrenar -sin más, Shirabu le dijo a Yamagata sin dedicarme una mirada, con su seriedad y sin ninguna expresión en su rostro-

-adelante, iré en dos minutos -

-Tienes que ir ahora, Ushijima está esperando -y una corriente de energía pasó por mi espalda al escuchar ese nombre, Shirabu me dirigía miradas cortas-

Yamagata no le respondió, tomó sus cosas y se despidió de mi, cuando iban yéndose Shirabu se volteó para mirarme unos segundos, sonrió y siguió su camino, él, no era un ángel.

Sacudí mi ropa, tomé mis libros y mi bolso, aburrida iba pateando las piedras en el camino, miraba al suelo y me preguntaba cosas estúpidas dentro de mi mente o dialogaba conmigo misma.

-¡Voy tarde! -alguien salió corriendo de una casa, un chico con el cabello rojizo, llamaba bastante la atención-

No le presté atención, aunque el rojo de su cabello era tan intenso que me obligaba a mirarle el rostro, eso no pasó hasta que corrió por mi lado y chocó con mi hombro, se me cayeron todos los libros al suelo.

-Lo siento -le miré, hizo una reverencia como pidiendo disculpas -

-Tendõ Satori... -susurré tan bajo que el no pudo escucharme-

-¿que? Como sea, voy tarde -miró a ambos lados y tocó mi hombro-

-Menudo imbécil, podrías tener cuidado -le reproché mientras recogía mis libros, golpeé su mano apartandola de mi -

-Tú, tienes que tener más cuidado -tiró de mi cabello y miró fijamente a mis ojos, no reconocía a Tendõ-

-Cuando dejes de ser un imbécil -apreté su mano con fuerza, tomé mis cosas y caminé tranquila a casa, no podía demostrar temor, eso era lo que el quería-

No miré atrás en ningún momento, me decepcionó tener ese primer encuentro con él, ese chico lo creía diferente, abrí la puerta de casa, lancé mis cosas a la mesa y luego yo al sofá. Mamá estaba hablando con alguien muy animadamente en la entrada de la casa y papá estaba en su oficina.

-Pareces que te estás derritiendo -un chico se sentó a mi lado, cuando levanté la mirada me alegré mucho al saber que era Hinata-

-¿donde estabas? -lo abracé con fuerza y frotaba mi mejilla con la de él como un gato-

-¡arde! -me apartó y se frotó su mejilla-

-La emoción, te extrañe mucho -hice un puchero y me acosté en sus piernas-

-¿ingresaras al club de voleibol? -me acarició mi cabello con suma gentileza-

-No, lo dejaré por este año, y ¿estas en el Karasuno? -suspiré, ya no quería saber más del voleibol-

-Si, aunque es complicado estar en el club, más cuando tú antiguo enemigo está ahí -empuñó su palma y comenzó hacer muecas de odio algo graciosas-

-¿hablas del rey? Kageyama ¿no? -reí, se le iba a poner bueno al enano-

-¿rey? Exijo ver su corona -infló sus mejillas como una ardilla e hizo un puchero muy adorable-

-Se enojó don zanahoria -picotee su abdomen con mi dedo, Hinata se retorció en el sofá-

-¡detente! O tendré que ir al baño de tanta risa -

-¿quieres quedarte hoy? Mamá y papá no van a estar, compré nuevos videojuegos -me arrastré hasta el estante para sacar las cajas que contenían mis videojuegos-

-Tú mamá se adelantó en invitarme, ahí estan mis cosas -apuntó a su bolso que estaba detrás del sofá sonriéndome-

-si pierdes en dos partidas me debes chocolate -me lancé a su espalda y comencé a revolver su cabello-

Era agradable tener a Hinata en mi vida, era como mi hermano pero también mi mejor amigo y algo de un novio sobreprotector. Nos conocíamos desde la primera vez que nos cambiamos los pañales, su madre con la mía son muy amigas y eso nos llevó a entablar una amistad.

-Vamos a comprar comida-Hinata me mostró su billetera y me arrastró del brazo a la puerta-

-¿a donde van? -Mamá se interpuso al ver que íbamos con prisa-

-Hinata y yo queremos comprar comida, vamos a jugar videojuegos, ¿me das dinero? -como un gato miré hacia arriba a mamá haciendo pucheros-

-Bien, pero no se queden despiertos hasta tarde, mañana tienen clases ambos, recuerden ducharse en la mañana y no hagan estupideces, la última vez tuve que limpiar el microondas porque se les ocurrió meter huevos -Mamá nos regañó, Hinata y yo nos miramos ambos sabiendo ser cómplices de otras travesuras de las que quizás ella no estaba enterada-

Nos dió un beso a ambos en la frente y se subió al auto de papá, tomamos el dinero y cerramos la casa, por el camino a la tienda de comida íbamos jugando a no pisar las líneas del pavimento.

-Llegamos, ¿compramos snacks? -Hinata escogía la comida mientras yo estaba mirando las revistas-

No tomé atención a mi al
alrededor, sacaba las revistas y las leía mientras él se encargaba de lo demás, sin darme cuenta alguien tocó mi hombro dos veces.

-¿la vas a comprar? -miré al chico y rápidamente dejé la revista en su lugar, corrí al lado de Hinata quien ya había terminado de comprar todo-

Me sentía apenada, salí rápido de la tienda, más cuando si ese chico era Ōhira, hice que Hinata corriera conmigo a casa, y en tiempo récord ya estábamos sentados en el sofá jugando y comiendo como cerdos. No sabíamos en qué momento la hora se había ido tan rápido, caímos dormidos de cansancio en el sofá.

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Shiratorizawa is Coming 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora