2° - 5# un resfriado y una desilución

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Intenté no hacer ruido y subir disimuladamente a mi habitación esperando que ninguno de los tres notará mi presencia, no tenía el valor de mirar a Yamagata a los ojos, ni las ganas de entablar conversación con Ushijima que posiblemente solo me responderá con un "hm" de afirmación o molestia.

-¿a donde crees que vas? -Papá me había descubierto, me hizo una seña con su dedo para que me acercara a ellos-

Arrastrando mis pies caminé hacia el sofá, ni Ushijima ni Yamagata voltearon a verme, solo se quedaron allí mirándose entre ellos, papá golpeó el sofá a su lado para que me sentara junto a él.

-¿son tus amigos? —Preguntó papá fulminando con la mirada a ambos-

-Eh, ¿que hacen aquí? —ignorando la pregunta de papá miré a Ushijima -

-Iré a buscar la escopeta —cuando papá dijo eso los ojos de Yamagata se abrieron de par en par, tomé la mano de papá y lo detuve-

-Mamá dijo que la fueras a buscarle al centro comercial, de seguro nuevamente se emocionó comprando —susupiré, obviamente estaba mintiendo pero no bastaron ni dos minutos en que papá tomó sus cosas nos dirigió una mirada fría y se fué en su auto-

Habíamos quedado los tres solos en la casa, yo jugaba con mis pies a causa del nerviosismo, ninguno se atrevió a cortar el silencio, hasta que Yamagata aclaró su garganta pero Ushijima fue quien habló.

-Queria verte —solo bastaron dos palabras de Ushijima para que mi corazón latiera fuertemente-

Le miré a los ojos, tenía los labios apretados y sus mejillas un poco rosadas, sentía una fuerte atracción hacia él en esos momentos. Pero Yamagata estaba con la mirada perdida en suelo, sus manos estaban en sus piernas y su rostro estaba pálido, me acerqué rápido a él y ubiqué mi mano en su frente, estaba ardiendo.

-¡Estás ardiendo!, Idiota, estás enfermo —toqué su rostro y comprendí que su temperatura estaba elevada, me levanté rápido pero el me detuvo-

-Tranquila, estoy bien —con sus ojitos caídos Yamagata aún seguía con su mirada perdida-

Me dirigí al botiquín de casa, saqué el termómetro y unas toallas frías, me ubiqué de rodillas ante él, agité el termómetro e hice que se lo pudiera debajo de su brazo, tomé las toallas y a toques iba apretando contra su nuca.

-Ushijima, siéntate del otro lado, haré que se acueste —Tomé de su mano para hacer que se levantase y de inmediato con tan solo un roce de su piel, mis mejillas estaban ardiendo-

-Estoy bien, me iré a casa —Yamagata tenía la intención de irse pero de inmediato lo empujé contra el sofá haciendo que se acostara-

-No, vas a dormir unos minutos, tienes la temperatura elevada, descansa —retiré el termómetro y acaricie su cabello, el solo me sonrió y cerró sus ojos-

-Se ve que te preocupas mucho por él —Habló Ushijima, mientras miraba fríamente a Yamagata-

-Y, ¿a que venían? —caminé a la cocina y Ushijima venía siguiendo mis pasos-

-Queria verte, cuando llegué el ya estaba aquí —su rostro sin expresión parecía que apenas gesticulaba al hablar-

-¿tenia que ser en mi casa? A papá no le gusta que vengan más hombres a parte de él y mi hermano —Saqué un vaso y lo llené de agua para tomar de él-

-Lo tendré en cuenta —

Eso fue lo último que dijo, después de quitarme el vaso de la mano y dejarlo en el lavavajillas, Ushijima me miraba con unos ojos penetrantes y fríos, cada vez se acercaba más a mí, su respiración cálida golpeaba mis labios y centímetro a centímetro nuestra distancia se estaba acortando, nuestros labios se estaban rozando y una corriente de energía recorrió mi espalda, pero todo quedó ahí, en la nada, ambos deseando que nuestros labios hicieran presión contra los otros, mi celular sonó, lo busqué por todas partes pero no lo encontré, miré hacia el frente y Yamagata nos estaba observando a ambos con mi celular en su mano.

-Toma, me iré a casa —me lanzó el celular y tomó sus cosas, no me dió el tiempo de deternerle antes de que saliera de casa-

Ushijima solo me miró y también se fué, quedé nuevamente yo sola, miré de quien se trataba la llamada y ví provenía de Hinata. Contesté inmediatamente.

- Gracias por hacerme esperar, te llamé muchas veces seguidas

Hinata del otro lado de línea me reclamaba una y otra vez el porque de no contestar sus llamadas a tiempo. Hasta que finalmente me dió con su objetivo.

-¿Mañana tienes libre? —

-Si, ¿necesitas algo? –le pregunté

-Entonces pasaré por ti, quiero que conozcas al equipo del Karasuno y a otras tres personas, bueno, que tengas dulces sueños, nos vemos —

Y con la misma energía de siempre cortó la llamada sin que le pudiese contestar a su propuesta, suspiré y me encamine al sofá, allí había una nota en un papel de color lila.

"Espero que podamos ver los cerezos juntos –Yamagata"

Sentí que mi corazón, se rompió en tantos pedazos que en ese momento era imposible recogerlos, estaba jugando con los sentimientos de varios chicos a la misma vez y no me estaba dando cuenta de eso...

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Shiratorizawa is Coming 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora