CAPÍTULO 5- TRÁGAME SEÑORA TIERRA

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Último día de una horrible y pesada semada de universidad. Aquella noche no había podido dormir, por ende la alarma había sido suspendida 2 o 3 veces.

-OLIVER! VUELVE AQUÍ-gritaba Celeste mientras perseguía al pequeño que corría desnudo por la casa- ESTA VEZ NO TE ESCAPARAS DE LA DUCHA!- Matthew grababa a sus dos amores correr por todos lados, mientras se atragantaba de la risa- DEJA DE REIR Y VEN A AYUDARME!- tanto alboroto terminó por despertarme.

Bajé frotándome la cara, mientras intentaba recordar donde había dejado mis pantuflas. De pronto casi piso una pequeña manito que se escabulló rápidamente bajo la escalera. Miré al niño y le guiñé el ojo, en señal de discreción.

-Miren quien se dignó a despertar-dijo Celeste mientras se quitaba el sudor de la frente- te dejamos tostadas- me besó la frente, me dejó lleno de baba y siguió en la búsqueda de Oliver.

Había recién terminado de hacer mis quehaceres matutinos,  cuando me di cuenta de la hora, tomé las llaves, grité un "ADIOOS" general y salí hecha humo, no sin antes tropezar con un autito de Oliver que estaba a mitad de camino.

Tomé un atajo por la carretera,  cuando me di cuenta de que no quedaba gasolina... siempre me pasa lo mismo... ¿por qué? ¿por qué eres así Emma?
Bajé la velocidad y entré en la primera gasolinera. Esperé la maldita fila, cuando ya estaba por llegar mi turno sentí un topón por la parte trasera de mi pequeño auto. Abrí la puerta y corrí para ver los daños, del auto que me había chocado salió el imbécil y me miró como si le hubiera arruinado el día.
-¿QUÉ TE PASA? ¡¿ ACASO ESTÁS CIEGO, IMBÉCIL?!-sentí como si las venas se fueran a escapar de la frente.
-Tranquila, Vieja. Fue un simple topón- dijo mientras se frotaba el pelo de forma seductora.
-Y ÉSTE FUE UN SIMPLE GOLPE- no dudé en pegarle con todas mis fuerzas en la entrepierna. Él retrocedió unos cuantos pasos del dolor y fue a caer sobre su capó- DAÑOS IRREPARABLES! ESO TIENEN EN COMÚN MI AUTO Y TUS PELOTAS, PENDEJO!-grité y volví a entrar a mi auto, mientras las personas se juntaban como hormigas en un grano de azúcar,  algunas grabando al imbécil revolcarse del dolor y otras riendo.

Ya había llegado a la universidad,  solo que 30 minutos después de la hora de entrada. Me arreglé el cabello e intenté pasar lo más desapercibida posible. Me senté al lado de mi novio y le saludé con un suave beso en los labios. 

-¿Qué te pasó, bebé?- preguntó Theo.

-Me levanté tarde y bueno, lo de siempre- sonreímos.

-Lo supuse.

Llegó la hora de salida y fuimos a la cafetería. El arroz se me cayó encima y me limpié con una servilleta con mostaza.

Luego de almorzar esperemos en el césped a la hora de entrada. Me senté sobre una colilla semi prendida y se me hizo un hoyito en el pantalón gracias al calor :)

-Mmm?- ofreció cigarrillos Alex, mientras sostenía uno con los labios. 

-Nop- dijimos yo y Liss, pero Theo tomó uno, al igual que Marcus.

-¿Y que hacemos este hermoso viernes?- soltó junto con humo Marcus (me cayó en la cara

-Jessie hará una fiesta en su casa, por la muerte de su gato- rió Alex- si hay cerveza y cigarrillos yo voy.

-Tendré que cuidar a mi sobrino- dije con la boca llena de papitas, cuando una papita le saltó en la cara a Theo. Ambos nos miramos y reímos.

-Ambos- replicó Theo,  quitándose la papita de la mejilla. 

-Genial... yo y Liss saldremos, ¿cierto?- preguntó nervioso Marcus, ya que sabía que Liss le volvería a rechazar...como siempre. 

-Ya sabes la respuesta, Marcus- dijo con tono irónico. 

-Liss, ¿Irías a follar conmigo a la fiesta del gato?-dijo Alex.

-Claro!- dijo con entusiasmo. 

-Así se hace hombre!- gritó Theo.

Llegó la hora de salida, Theo y yo fuimos al auto, pasé por su casa y lo dejé ahí. Su skate se había averiado. Me dirigí a casa con la esperanza de que Matt no hubiera dejado el traba puerta puesto para que Oliver no saliera.
Llegué a casa y justo en la entrada del garaje había un gran camión de mudanzas. Excelente. Éste día no podía ser mejor, y para colmo empezó a llover (no, eso sólo pasa en las películas :) caminé hasta la puerta, y volví a tropezar con el autito, pero esta vez vino con yapa; me apoyé mal y el tacón se quebró. De pronto se escuchó de la casa vecina:

-¡EL KARMA, PENDEJA!-junto con varias risas. 

Era el imbécil de la gasolinera, que estaba sólo en ropa interior y con una cerveza barata en la mano.

-TÚ- dije con voz resignada. 

-TÚU- dijo mientras dejaba la lata en el césped- LA PENDEJA ROMPE PELOTAS, O DEBERÍA DECIR... VECINA! 

-ME ESTAS JODIENDO, MALDITO BASTARDO- prefiero a la anciana entrometida a que éste imbécil.

-NO, Y TE INFORMO DESDE AHORA QUE HAGO FIESTAS TODOS LOS DIAS QUE ME DA LA GANA! 

-WOUWW, SEGURO EL ANTIGUO PROPIETARIO NO HACÍA- de hecho era ella quien venía con la vaina de la música muy alta- Y DARÍA POR FIRMADO QUE ERAN 20.000 MÁS GENIALES QUE LAS TUYAS... PENDEJO! Y ANDA A TAPARTE, PARECES UN POLLO DESPLUMADO- eso no era verdad- DESGENERADO!- se parecía a Bratt Pitt de jovencito, papazote.

Y entré a casa cojeando, con un hoyo en el pantalón y granitos de arroz en el pelo, sin olvidar la gigante mancha de mostaza en la blusa.

En fin... TRÁGAME SEÑORA TIERRA.

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Maldito vecino en multimedia c:

El Tarado Del LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora