CAPÍTULO 4- VOLVER A EMPEZAR

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Ya habían pasado 3 meses desde que Jasper y yo quebramos.
Kevin había aceptado de que yo me quedara en casa y que los demás se fueran, pero me visitaban casi todos los fines de semana.
Mi mejor amiga había quedado embarazada de un imbécil y estaba viviendo conmigo.

Una tarde de septiembre sentí tocar la puerta y bajé a ver quien era, casi se me cayó el trasero de la sorpresa... mi mejor amigo de la infancia estaba parado justo al lado del gnomo esperando a que yo le abriera. Sin pensarlo dos veces abrí y salté sobre él, rápidamente respondió a el abrazo y me puso como koala.

-¿Me extrañaste, Mocosa?

-Obvio que si- le tomé la cara y le planté un beso en la mejilla- me tenías tan abandonada-¿Donde estabas, Engendro?- le tomé del brazo y lo hice pasar.

-Bueno... fue un tour fantástico por las cataratas del Niagara, luego visité a los alrededores y fui a África como voluntario. Estoy exhausto.
-Te quedarás a dormir- dije decidida- mi cama es grande- no sería algo tan extraño domir juntos, ya que de pequeños lo hacíamos todo el tiempo, prácticamente crecimos en la misma casa- ¿ Quieres comer algo?... tenemos pizza de peperoni, tu favoritaaa.

-¿Tenemos? Nunca me contaste de un novio- preguntó sorprendido.

-Nonono, no es un novio. Si lo fuera hubieras sido el segundo en saber.

-¿Como que el segundo?- puso cara de resignado.

-Primero se le cuenta a el mejor amigo que esté más cerca, y esa es Celeste... la chica que vive conmigo y que además es mi mejor amiga.

-¿Y porque nunca me contaste?

-No lo sé. 

-Ah.

-No te enojes! Mira... para que se te pase la maña te daré una gran rebanada de pizza- dije con una gran sonrisa en la cara.

-EMMA!-se sintió un grito del segundo piso.

-Jeje... hablando del rey de Roma- le mostré una sonrisa inocente- QUE PASA!

-VEN V..EN-su voz se escuchaba como si hubiera visto un fantasma o una araña gigante. 

-SI ES UNA ARAÑA TE INFORMO QUE NO PIENSO IR A MATARLA!

-NO ES UNA ARAÑA!!!

-¿UNA ARAÑOTA?

-¡UN BEBÉ! MALDITA SEA ESTOY DANDO A LUZ- corrí por las escaleras como si me persiguiera un perro con rabia, llegué a su habitación y estaba en una charca de un líquido transparente-AAAAAAAH!-gritamos las dos al unisono mirándonos las caras como idiotas

- ee..e espera, no que el parto es en una semana más?

-Se supone-dijo la sudada Celeste.

-MATTY!!! LLAMA A UNA AMBULANCIA.

-No será necesario... en África tuve que asistir un parto... mmm... traeme unas toallas, una tijera y más toallas- dijo mientras se arremangaba los puños del saco.

Luego de un largo rato, Celeste ya estaba con su pequeño bebé en los brazos.

-Es hermoso- dijo casi en un susurro.

-Cierto... ¿Y como le pondrás?- preguntó Matthew con los ojos pegados en el pequeño bebé de cabello claro.

-Eeh... se llamará... Oliver-una sueve y debil sonrisa se posó en sus labios cansados. 

-Que lindo nombre...igual que el de la mamá- ambos sonrieron- emm, no tuve tiempo de presentarme... Soy Matthew el mej..-

-Mejor amigo de Emma- completó la frase- siempre está alardeando que tiene los dos mejores amigos del mundo.

-Bastante razón que tiene... bueno te dejo para que descanses.

-Está bien, muchas gracias por todo... no sé que hubiera pasado si no estuvieras aquí. 

-No te preocupes, debía hacerlo- Matt esperó a que ambos se quedaran dormidos y salió cuidadosamente de la habitación. 

-¿Se quedaron dormidos?

-Si, Celeste estaba muy exhausta.

-Tú igual debes descansar, anda, mi habitación ya tú sabes donde está. 

Matt subió y yo me quedé ahí, estática, apoyada en la islita de la cocina. Algo se me había olvidado de hacer y odio cuando pasa eso, así que intentaba hacer un recuento de lo que había hecho antes para poder acordarme... ahí está, tenía que hacer un informe. Subí las escaleras, entré a mi habitación y Matt estaba roncando a pata suelta, saqué la laptop y al abrirla llegó un mensaje de un desconocido. 

~No mires por la ventana.

Salté de la cama y miré lentamente atrevez de los visillos. Nada. No había nada.
Volví a la cama y llegó otro mensaje.

~Ahora no habras tu armario. 

Me sentía aterrada ¿Será que hay un asesino en mi casa? Me levanté y caminé tambaleante hasta el armario. Lo abrí y adentro estaba él... él.

-QUE HACES EN MI CASA!-grité a todo pulmón. 

-Sólo te quería ver mi amor.

-YA NO SOY TU AMOR, TU Y YO YA NO SOMOS NADA!

-¿QUE HACE AQUÍ ÉSE MALDITO?-dijo apuntando a Matt.

-ESO NO TE INCUMBE, AHORA ÁNDATE DE MI CASA-le di un fuerte golpe en la caja torácica y cayó sobre la alfombra-AHORA!

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Matthew en multimedia señores 7u7
                  

El Tarado Del LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora