Esclava de la Nación del Fuego (Zutara)

Capitulo 2: Despertar

Me sentía aturdida no sabia donde estaba, solo que ya no era el calabozo ... ahora recuerdo que yo estaba en la celdas y los guardias.. intente levantarme pero la cama en donde estaba era tan suave que me hundía parecía una nube. 

-Hasta que despiertas campesina, dormiste por casi dos días, estaba seguro de que morirías. 

-Zuko ¿Donde estoy? ¿Que paso?

-Amm ya veo no recuerdas nada, quizá sea mejor así.

-No, te equivocas si recuerdo que paso, solo pregunto porque me tragaron a una habitación como esta -Dije al fin con mucha dificultad- 

-Entonces porque haces preguntas estúpidas? 

-Quiero ver a esos hombres -Finalmente incorporada pero con deje de dolor- 

-Hahahaha no seas estúpida, campesina ignorante, tu no tienes derecho a nada -Acercándome a ella-  Eres una presionare, ahora vístete que hemos llegado a la Nación del Fuego -Saliendo de la habitación- 

Me quede confundida, no sabia que hacer, escapar, no aun estaba débil para eso, porque me ayudó. Termine de cuestionarme y me vestí, finalmente salí y me tope al príncipe esperando afuera.  

-Tardas demasiado campesina. 

-Me llamo Katara -Dije mirándolo con odio- 

-Tienes unos ojos hermosos -Sonriendo de lado- 

-Zuzu no creí que lo vulgar te quedara tan bien -Con voz altanera- 

-Acaso no tengo derecho a divertirme un poco, aunque sea una ramera de la Tribu Agua. 

-Eso lo decides tu hermanito -Tomando su brazo- Ahora vamos que papá nos espera- 

-No soy una ramera y lo sabes de sobre Zuko.. -Pero no pude terminar de hablar porque una fuerte cachetada me derribo-  

-Callate zorra !! -Mientras jalaba del cabello a la campesina- Zuzu y tu no son iguales, nunca lo olvides, no vuelvas a hablarle de esa manera -Forme una llama con mi dedo indice  y se lo acerque a su hermoso rostro-  O voy  a desfigurarte esa hermosa carita y no serás ni siquera digna del peor burdel de esta Nación.

-Azula basta, vas a dañar a mi juguete -Sonriendo del lado- 

-Tuyo? O el que le robaste al Avatar -Entre risas solté a la perra-  

-Qué más da ahora es mía -La tome de la mano y la levante - Tendré que educarte y dejar de lado esa escancie tan salvaje que tienes 

-Salvaje? Yo? Te equivocas yo no soy quien va traicionado a la gente que me ama y destruyendo cualquier rastro de gratitud, eso es propio de tu gente  -Con enojo- Golpearme y torturarme no hará que lo que digo sea mentira. 

-Me gusta tu espíritu -Tomándola del mentó y mirándola directamente a los ojos-   Pero me gustará más quebrar ese orgullo tuyo  -Lamiéndome los labios- 

-Zuzu ya vamonos, luego castiga a esa ramera. 

-Esta bien -Le extendí mi mano para que juntos bajáramos-  Princesa es un honor combatir a su lado 

Los dos príncipes bajaron de la nave y unos guaridas me tomaron de los brazos y me hicieron caminar detrás de ese par,  aun me dolía la cara por el golpe que me dio Azula, esta situación era humillante pero no dejaría que eso me derrumbara. 

Desde que puse un pie abajo de la nave note como  todos celebraran, una victoria más de la Nación del Fuego, decoraciones y fuegos artificiales, felicidad, como podían celebrar la muerte de alguien con tanta euforia, de pronto nos detuvimos, estaba el palacio real frente a mi.