VII

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Salió de ahí con la cabeza ligeramente embotellada, con un nudo pesado en la base de su vientre, que tironeaba dolorosamente cada vez que inhalaba profundamente.

Estaba enfadado.
Consigo mismo.
Con los malditos Alfas pretenciosos.
Con él gobierno.
Con la puta vida.
Con todo, joder.

No podrías sentirse a gusto con la idea de criar a sus hijos junto a sus respectivos padres pero tampoco le daba una rotunda negativa. Jamás privaría a sus hijos de algo así, de una familia y aún si tuviese que comerse sus propios órganos él lo haría con tal de que no tuvieran una infancia tan ausente como la suya.

¿Pero cómo llegar a aceptarlo?

¿Cómo poder siquiera sostener esa posibilidad?

Mas probable veía la posibilidad de llevarse educadamente con todos pero ¿que querrían ellos de él?¿una marca?¿un celo?¿un acostón?.
Porque después de los bebés, cualquiera de ellos eran libres de irse y hacer su vida por otro lado y a esa realidad era a la que estaba preparado.

No a la realidad donde seis alfas irrumpían con sus aromas a su atmósfera. Donde sus hijos tendrían ambos padres.

Siguió caminando hasta donde sería la sala medica y de revisión ginecológica, ni siquiera le importó aquello cuando escucho a Minami decirle que tendría que ir a ginecología para una revisión de precaución, estaba muy ocupado peleando consigo mismo como para preocuparse por dedos en su culo.

Apenas y pudo sonreír de vuelta a John quien ya lo esperaba con la misma mirada dulce de siempre.

–Kur...

–Evitate él saludo, quiero sentir que aun me queda alguien en esta institución, John

Lo detuvo con un gesto mientras tomaba la bata de papel que colgaba de un perchero solitario. Él hombre sonrió sin decir nada.

No atrasó él proceso de desvestirse, se apresuró a estar en la silla de revisión con una velocidad sorprendente para alguien que odia aquello.

–Bueno, es solo una revisión rápida, para asegurar que vas a estar bien–dice John con una sonrisa aun mas amable. Kuroko se lo agradeció silenciosamente.

Comenzó con una rutina mas completa. Checando su pulso, su presión, la temperatura, sus ojos y paladar. Finalmente llegó a entre sus piernas donde no hizo ademán de tocar nada fuera de lo estrictamente necesario por lo que Kuroko ni siquiera suspiró.

–Sano como siempre, pequeño

Chasqueó finalmente mientras le daba una mano para que se incorporase. Se quitó los guantes con suficiencia y atrajo un banquillo para sentarse frente a él quien lo miraba expectante.

–¿Hay algo que deba saber?

–Lo hay en realidad.

–Bueno, adelante–sonrió airosamente agradecido de que le correspondiera normal

–Estuve con los Alfas, también les hice una revisión de todos los lados posibles–sonrió al verlo reír bajito– Y confirme una de mis sospechas.

–¿Cuantos meses sin caminar, señor?

Ambos rieron ante él tono pretencioso del menor

–¿Pensabas en una chance de caminar? Lisiado de por vida–volvieron a reír alegremente–Pero, ya en serio les pedí que tuviesen cuidado, tu complexión es frágil y ellos son monstruosamente Alfas, así que deben de tener consideración.

–¿Lo dices para tranquilizarme?– lo vio asentir diligentemente y esbozó una sonrisa socarrona– Vaya...gracias, entonces.

–Además quiero explicarte él proceso de ya sabes...

–Oh John, ya tuve esa plática a los doce.

–¿Si? ¿y que tal?

–¿Te refieres a como entre quince Alfas no encontraban la manera de enseñarme que es él sexo? Bueno, estuvo decente– dijo entre risas mientras él Beta correspondía

–Me imagino, pero no me refería a eso en si. Mas bien a lo de la gestación.

Kuroko asintió muy despacio y lo miró fijamente como esperando una respuesta.

–En resumen tu cuerpo es muy frágil como para soportar estos embarazos a este nivel tan desquiciante, además recordando que tu producción de óvulos es anormal por lo que siempre serán gemelos, mellizos, trillizos etc.. Tu cuerpo, mas bien, él cuerpo de ningún humano llegaría a soportar este nivel de traumatismo a nivel de tejidos, de resistencia, de todo. Simplemente es imposible desde él punto de vista biológico.

–¿Y eso quiere decir...?

–No es mi primera vez pensando esto, mas bien, nuestra, y lo digo hablando por toda la junta científica del proyecto Gamma. Hemos desarrollado él GAP-027.

–Ajá...–lo instó a seguir hablando. Él hombre sonrió y se levantó del asiento y le ofreció una mano que él aceptó. Lo ayudo a bajar de la silla ginecológica y lo guió.

–Es algo así como un vientre materno artificial creado a partir del tuyo–señaló una enorme maquina con muchas estaciones, muchísimos botones y tubos y cables saliendo de ellos. En las estaciones había un asiento y en sus bordes habían cables con agujas. Muy terrorífico el asunto

–Y de aquí es donde comienza la película de terror ¿no?–balbuceó mirando a la maquina bufar una exhalación mecánica–¿Porqué hay tantos asientos?

–Son para cada embarazo, cada uno es diferente por lo que se tiene que crear uno por cada vez. ¿Ves esta boquilla?–señaló una boquilla con varias ranuras–De ahí es donde se creara él "saco" lleno de líquido amniótico y donde se desarrollarán tus bebés. Él asiento es para que a través de estos cables con agujas que ves ahí puedas conectarte al feto y proveerlo de proteínas y amor de mamá. La maquina se adapta a ti y a los fetos. Tienes que venir aquí unas tres veces al día a convivir con cada feto por lo menos una media hora.

Él dijo eso pero Kuroko ya estaba pensando en solicitar mudarse ahí y no salir más que para ir al baño, si es que no le proporcionaban una bacinica.

–Y eso quiere decir que...–tragó saliva–¿Será una inseminación artificial?

Comenzó a crearse esperanzas.

–No, la fertilización se llevará dentro de ti.

–¿Por qué?¿Cambiaría algo?–Balbuceó apresuradamente

–Sí, queremos las mayores chances de que los embriones reciban toda la información genética de tu procedencia posible. Además que la maquina es una replica de tu vientre por lo que necesita un modelo–respondió viendo como la ilusión se rompía en los ojos del muchachito.

–Oh bueno, supongo que...

–Lo siento mucho–se disculpó suavemente y Kuroko asintió.

–No te preocupes, ¿Algo más?–rogó mentalmente porque dijera que no

–En realidad sí– suspiró agriamente– Vamos a inducirte al celo en cada sesión que tengas con un Alfa para aumentar los niveles de estrógeno, mas feromonas y la fertilidad a tope en ti.

–No sé que decir a eso.

–¿Quieres hacerlo?

–No es como si mi opinión importase, John. Es solo que en mi vida he pasado un celo así que eso agrega mas carga a mi nerviosismo.

–Lo sé, te recuerdo que soy tu médico desde que naciste. Sé de cada vena de tu cuerpo.

Kuroko río ásperamente ante su ligereza y decidió apartar la vista de sus ojos que lo miraban lastimosamente.

Miró a la maquina nuevamente y comenzó a tomar aire cada vez mas despacio, algo así como para que la idea se adentrase en él.

"Vamos a tener bebés, tu, unos alfas y yo"

Comenzaban a apreciar a la estúpida maquina.

Omega SigmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora