Supuestos [Suspenso]

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Desperté sin hacerlo.

No recordaba nada, de eso estaba segura. Recordaba la escuela, un día normal, es decir, pésimo. No se por que debía ser así, era diferente pero no por eso tenían el derecho de burlarse. Totalmente aislada sin amigos.

Siento una punzada en la cabeza al tratar de sacar a la fuerza los recuerdos del día anterior, aunque ahora dudaba de cuantos días habían pasado. Me levanto y camino por el callejón en el que había despertado.

Recordaba al chico de la esquina, Dale, que vendía drogas a los estudiantes pero que conmigo se comportaba como nada más que un amigo que intentaba comprenderme y hacerme sentir mejor, a pesar de que nada de lo que dijera me ayudara.

Me sentía abrumada y mareada, caminaba pegada a la pared para poder mantenerme de pie.

Había sido un día como todos, estaba segura pero ¿Cómo había acabado en aquel lugar? Se oía la sirena de la policía pasar muy cerca. Necesitaba conseguir ayuda. Apresuré el paso.

Aun intentaba recordar. Dale no me había drogado, o eso esperaba. Yo detestaba la droga. Ese dia solo pasé por la esquina, lo salude y me fui a casa apurada, hacia bastante frio aquel día...ayer... o quizás mucho antes. Maldita jaqueca, no me dejaba pensar.

"A ver, tranquilízate. ¿Qué hiciste después de la escuela? ¿Qué hiciste antes de la escuela?" Mierda. No recordaba nada. Nada de nada. Recordaba mi casa claro, toda mi vida estuve allí, recordaba mi cuarto... pero no lograba saber qué hice ese día en específico, el cual no sé si fue ayer o mucho tiempo atrás.

Tenía el cuerpo un poco entumecido, por lo que me daba la impresión de que estuve allí mucho tiempo en aquel callejón, inconsciente...

Continué caminando. Un resplandor me cegó el ojo izquierdo. Mire en esa dirección. Había un espejo roto allí que reflejaba la poca luz de sol que llegaba a aquel pasaje.

No podía ser cierto lo que veía. Me acerque más al espejo, despegándome de la pared, reuniendo fuerzas para no caer.

Llevaba puesto mi uniforme del colegio. Estaba intacto. Impecable, al igual que toda mi piel. No había pasado mucho tiempo entonces...

Sentí una fuerte punzada en mi cabeza y... recordé.

"Adiós, Dale", le había dicho al chico de las drogas.

"¿No te quedas un rato?", me dijo.

"No. Estoy apurada. Lo siento. Quizás mas tarde"

Me retire pero un brazo me detuvo. Dale tiro de mí y luego me besó.

¿Qué? No. Yo no tenía nada con Dale. Sacudí mi cabeza negando el recuerdo. No, no había pasado así.

Otra punzada. Otro recuerdo.

"Salí de la escuela. Me encontré con Dale. Le dije que no podía quedarme porque estaba apurada, que iria mas tarde" le dije a alguien por teléfono.

"Bien. Hoy a la tarde te haces cargo de él", me decía un voz detrás del teléfono.

Colgué.

Y luego fui a casa. Si, de eso estaba segura. Pero entonces ¿cómo había llegado a aquel lugar?

Mire hacia el final del callejón y veía gente ir y venir. Con la poca fuerza que tenía corrí hasta salir de allí. Estaba entrando en pánico.

Tropecé con una grieta y caí sobre mis rodillas, raspándolas un poco. La gente ni siquiera me había notado y eso que varias habían estado a punto de tropezar conmigo.

Sólo LeanmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora