Querido diario:
Todo aquí es lo mismo, todos gritan y se quejan, todos opinan como se deberían hacer las cosas, que tipo de persona se tiene que ser para cumplir con las expectativas de la sociedad. Yo diría con sus expectativas.
Hoy por ejemplo me he topado con un sin fin de comentarios respecto a quien debería ser.
"No eres suficiente mujercita"
"Tu cabello podría estar peinado"
"Tu comes cosas asquerosas"
"Cámbiate los zapatos, esos no van contigo"
"Para exponer debería usted traer material digital"
"Siéntate derecha"
"Ya deberías tener un novio formal"
"A la comida deberías ponerle un poco de caldo de pollo"
"No ..."
Entre mis padres, mis vecinas de piso, los compañeros de la facultad y algunos maestros, los cuales creo que solo están haciendo su trabajo, me volverán loca.
Sin embargo yo sigo vistiendo en tonos oscuros, pantalones y zapatos de piso, mi cabello sigue siendo libre de acomodarse como desee, mis ojos siguen ocultos tras la seguridad de los cristales que cargo para todos lados, aunque no los necesito, y mi mochila sigue siendo eso, una mochila en la que puedo cargar o no.
A pesar de mi facilidad para entender las motivaciones o ideas de los otros, me cuesta mucho expresar las mías, pues siempre esta presente aquella sensación de que lo que digo es demasiado obvio, demasiado grosero, demasiado crudo, demasiado simple, siempre he encontrado alguien que me ataque con mis propias palabras, y como aquello me disgusta, no suelo dar armas para atacarme a nadie.