Querido Diario:
La esperanza es un arma de doble filo.
Me devolvió la sensación de que la vida tenia algún chiste, algún sabor, me dio la sensación de que en algún momento seria suficiente para alguien, seria suficiente para ella, me amarían tal cual soy, podría dejar de fingir y recordad como me gusta ser, y que alguien más disfrutara conmigo la sensación.
Entonces fui a pasar la tarde con aquel viejo mal amor, y con sus personas, en aquel grupo de personas creía que que seria buena idea que yo regresara a estar entre ellos.
No lo era.
Los primeros diez minutos entre aquellas personas se fueron todos los nuevos comentarios e ideas del tiempo de separación y volvieron todos aquellas e inútiles ideas:
"Ese tema que tanto te gusta no es de interés"
"Tranquila, a nadie más le interesa eso de lo que hablas"
"Todos sabemos que estas loca por ella, podrías disimular frente a su novio, rarita"
"La única razón por la que te dejan estar aquí, es por que te necesitan"
"Ser silenciosa y útil es lo mejor para que seas bien recibida"
Guarde silencio, busque un lugar donde no llamara mucho la atención, revise el reloj y calcule en que momento podía despedirme sin ser grosera ni detenida.
¿Qué estaba yo haciendo ahí?, ¿para que me habían llamado?
Y entonces la esperanza, esa arma de doble filo, me corto, me lleno de ganas de salir de ahí y encontrar eso que fui a buscar, yo quiero ser amada y respetada, quiero compartir mis rarezas y sentirme cómoda, quiero dejar de fingir y dosificarme.
Quiero aquello que llegue a ver y a distinguir cuando pasábamos tiempo a solas, hace demasiadas lagrimas, se que me lo merezco, y que puede que lo encuentre, pero no aquí, no a escondidas, no con alquilen que cree que es mejor tu disfraz que tu mismo.
Por favor, primer amor, perdóname por haber esperado aquello que solo pudiste mostrarme, perdóname por haberme molestado por mostrarme, es lo mejor que pudiste hacer por mi, te lo agradezco.
