Ese dia llegaste un poco antes, con una propuesta de una maravillosa cena, mi timidez se negaba a aceptar... pero mi interés gritaba que dijera que si y obviamente el interés gano.
Pasaste por mi y tenia tantos nervios las "mariposas" revoloteando en mi estomago eran incontrolables.
Abriste la puerta del coche para mi, era un hermoso coche verde muy acogedor por dentro entre sin mirarte solo pude decirte hola, un hola que tu muy amablemente respondiste.
Todo el camino fue en silencio ni una palabra ningún comentario mucho menos una mirada.
Al llegar al restaurante aun ninguno hablo, nos sentamos uno frente al otro y solo hablamos para decirle al mesero que ordernariamos.
Pero ese silencio no era incómodo tu tecleabas algo en el telfono mientras yo miraba detenidamente tus rasgos.
Mientras robabas uno que otro suspiro de los que nunca te diste cuenta, terminamos de comer sin decir una sola palabra entonces me miraste, yo ya te estaba mirando sonreiste y supe que esa sonrisa seria mi perdición