Prologo

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San Valentín, diez años atrás.

Myungsoo,

Desde que inicie esta carta tenía una clara idea de que es lo que quería escribir, pero en el instante que la pluma toco el papel me di cuenta que sabía el sentimiento pero no las palabras.

Me tarde unas cuantas horas mirando la hoja, esperando a que pudiera materializar algo, preguntándome cual sería la mejor manera de decirle lo que siento; pero después de tanto pensar me doy cuenta que no tiene que ser algo tan largo o poético, lo mejor era ser directo.

Me enamore de usted en mi primer día de clases, justo cuando estábamos en plena ceremonia, se encontraba en el grupo de los de segundo, al lado de un amigo suyo un tanto más alto; aunque mis ojos solo podían verlo a usted. Recuerdo que con solo verlo una vez mi cuerpo se congelo, nunca había mirado a una persona tan apuesta antes, pensaba que sus facciones eran bellas, pero al mismo tiempo masculinas. ¿Suena raro que lo diga de esa manera?

Por un lado pensé que no llegaría a más, pero mi admiración por usted ha crecido por más de un año.

Puede ser posible que no considere esta carta ya que soy de primer grado y no quisiera llenarle más con palabras que puede considerar como un simple relleno.

Estoy enamorado de usted.

No es necesario que me dé una respuesta, tan solo quería hacerle saber mis sentimientos antes de que saliera de la escuela.

Por favor, tenga un buen último año y mucha suerte con los exámenes.

Kim Myungsoo ¡Fighting!

Esa era la carta que había escrito. No era la mejor escrita o deslumbrante, pero imprimí una parte de mis sentimientos mientras la escribía. Llegue temprano a la escuela, lo más que pude para que nadie más me viera y me infiltre en los salones de tercer año. Rápidamente revise que no estuviera nadie en la cercanía y me acerque al escritorio de Kim Myungsoo.

Respire hondo y saque de mi saco mi carta, mirándola por última vez. Era anónima, pero era un paso que necesitaba dar para cerrar mi ciclo.

-Vamos Lee Sungjong. Tú puedes.- Con la idea del anonimato en mi mente la introduje en su pupitre y escape. Las clases no tardaban en empezar y la mayoría de los alumnos llegarían en poco tiempo. Baje rápidamente las escaleras, despidiéndome del ala de tercero, sintiéndome a salvo cuando estuve en segundo.

¡Listo! ¡Lo había hecho! Un sentimiento de euforia atravesó mi pecho y tenía ganas de reír. Esa era la cosa más arriesgada que había hecho en mi vida.

La mañana estaba pasando tranquila, me encontraba platicando con una compañera de salón, disfrutando el rato libre en los jardines, justo como hacíamos todos los días.

Aunque este en particular pasó algo distinto. Mijoo, mi amiga de la nada se quedó callada mirando a mis espaldas con una expresión bastante sorprendida. Parpadee confundido sin saber porque estaba pasándole eso y me decidí a voltear tambien, solo para tener la misma expresión que ella mantenía.

Myungsoo se encontraba parado a un lado de mi con la carta entre las manos, la reconocí rápidamente por el sobre color beige que había usado. Mi corazón estaba a nada de estallar.

-¿Tu eres...Lee Sungjong verdad?- Ignore el hecho de que dijera con un tono extraño mi nombre, yo solo asentí rápidamente, sintiendo calor cubriendo mi cara. Una sonrisa de lado apareció en sus labios y repentinamente mi ser comenzó a sentirse aún más nervioso.

-Ahora comprendo todo. – Su mirada me recorría de arriba para abajo, me estaba analizando a un punto que no podía contenerme. -Debí de suponer que la persona que escribió esto era alguien como tú. Una niña con uniforme de chico.-Me congele, así como las personas que estaban alrededor. Repentinamente mi respiración se detuvo, pero no podía dejar de verlo. –Deja de acosar personas normales. El que nos mandes cartitas como esta no quiere decir que seremos parte de tu secta enferma.- Y rompió la carta tirando los pedazos al suelo. –Es la manera más amable de decir, que rechazo tu carta.- Cínicamente se giró y me dejo.

Ante la humillación las burlas no tardaron en caer, compañeros no dejaban que me les acercara alegando que iba a "transmitirles" la homosexualidad como si se tratara de gripe, otros le decían al profesor de deportes que no querían meterse a los vestuarios conmigo...incluso me llegaron a lanzar huevos crudos.

Mi superior solo duro dos meses más en la escuela, a mí me quedaban dos años, los peores dos años de mi vida. Cualquiera pensaría que por la época la homosexualidad era más aceptada y no existía el abuso escolar contra esas personas. Que equivocados estaban.

Comencé a dejar de quejarme, nunca le dije a mis padres por qué llegaba herido a casa o porque mis ropas de repente olían a basura, ni siquiera a mi hermano le comente algo.

Temía que se enteraran de mi sexualidad y no solo en la escuela me trataran así, si no que ahora mis padres me odiaran al ser gay.

CONFESSION - MYUNGJONGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora