Capítulo 4

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Diez años atrás...

-¡¿Qué es lo que están haciendo en esta escuela?! ¡Mi hijo ha sido maltratado todos los días y ustedes nada más lo están mirando!-

-Señora por favor, siéntese, estamos tratando de solucionar ese asunto.-

-¡No están solucionando nada! –

-Señora, esos son solo juegos de niños. Vamos a hablar con ellos para que no sean tan bruscos, por favor siéntese y hablemos con calma.-

-¿Solo juegos? ¡El día de hoy mi hijo duro cuatro horas encerrado en el sanitario de atrás! ¡¿Eso es un juego para usted?! Ni uno de sus docentes se encargó de ir a buscarle. ¡Cuatro horas! ¡¿Hasta dónde tienen que llegar las cosas para que dejen de tomar esto como un juego de niños?!-

La persona que estaba gritando es mi mamá.

Los abusos por parte de los chicos llegaban a mí todos los días y al no ser detenidos por algún profesor se convirtieron en algo peor. Me lanzaban cosas, hacían que me cayera, robaban mis zapatos, mis útiles, escribían cosas de mi en la pizarra...era horrible, me había convertido en la paria, y ahora ya no solo era mi salón, si no la escuela. La única persona que me ayudaba a sobrepasarlo era Mijoo, era a la única persona con quien podía hablar de eso.

¿Mis padres? ¿Sungkyu? No quería que se enteraran, me daba miedo el que supieran por lo que estaba pasando. ¿Qué harían ellos si se enteran por qué inicio? La sola idea me hacía entrar en pánico. Hasta que llego esa mañana.

Ese día Mijoo tenía licencia, así que llegue de manera silenciosa al colegio, incluso trataba de que no se escucharan mis pasos. Desgraciadamente eso no me ayudo. Termine siendo encerrado desde la mañana por mis compañeros en uno de los baños que no se usaban casi. Solo con una nota en la puerta hacía que nadie se acercara a abrir.

Cuatro horas dure ahí encerrado...cuatro en la que nadie me extraño...cuatro en las que me di cuenta lo que valía ser homosexual en el colegio.

En todo ese tiempo luego de cansarme de gritar por auxilio llore intensamente, quería irme, quería que todo este teatro de vida terminara, que cayera un meteoro, que nunca hubiera entregado esa carta.

Desee no haber nacido.

Por coincidencia mi madre me llamo al celular en el receso pero al no tenerlo nunca le respondí. Eso activo sus alertas. Llamo a la escuela, me buscaron para que después de un tiempo me encontraran en el sanitario.

Los profesores sabían la situación, pero no se metían, decían que no debían de molestarme, pero no estaban de mi lado. Uno me llego a comentar sobre no faltar al respeto a la moral y las buenas costumbres de la escuela.

-Nos vamos. Demandare a esta escuela.- Sentí como mi mamá me tomo por la muñeca y me jalo de la silla donde estuve todo el tiempo.

-Señora espere. Tiene que comprender que nos tratamos de encargar de esto.- El director perseguía a mi mamá, pero ella no le hacía caso. –

-No tengo que comprender nada. No dejare que mi hijo pase por más cosas como esta. – Por más peticiones del director para que no se armara escándalo, mamá me saco de ahí. En todo el camino al auto recuerdo que me dijo palabras ahogadas de disculpa.

Me decía que lo sentía por no haberse dado cuenta. Me decía que quería que le dijera cuando pasaran cosas así. Me decía también que no la dejara fuera, que le tuviera confianza para decirle como me sentía.

CONFESSION - MYUNGJONGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora