—¡Vamos! —Maddie estaba observando fijamente a Severus mientras él estaba en su despacho revisando los proyectos de sus alumnos—. Por favor... amo la nieve.Él frunció el ceño —Madelaine, sabes que no, es no —dictó mientas ordenaba los papeles—. Ya está decidido. No voy a ir. Ve con tu madre —Maddie le lanzó una mirada de enojo. Negó con la cabeza y se cruzó de brazos.
—Pero yo quiero ir papá, quiero ir contigo —insistió—. Mamá se ofreció pero no es lo mismo, ella va conmigo a todos lados y tú no vienes —Severus bufó.
—Tengo mucho trabajo —dijo para tratar de calmarla. No se atrevió a ver sus ojos.
Severus sabía que lo que la niña decía era verdad; la mayoría de veces se quedaba en el castillo adelantando trabajo mientras Minerva y Maddie salían, prefería dejar que ellas disfrutaran los paseos mientras él se quedaba solo.
—¿Trabajo? —preguntó Maddie. Severus asintió con la cabeza—. Mamá a veces viene conmigo, aún cuando tiene trabajo —murmuró—. Dice que yo soy más importante...
El rostro de Severus se suavizó un poco. El tono de voz de la pequeña era tan dulce; al escucharla hablar de su madre se podía notar la admiración, lo orgullosa que estaba al decir que ella era más importante.
Por un momento se sintió mal, no quería que la niña pensara que a él no le importaba, era lo más valioso en su vida.
—¡Ella deja el trabajo, papá! Y eso que mi padrino dice que ella es muy estricta —Severus soltó un suspiro. Minerva siempre estaba un paso adelante.
—Y bien —murmuró considerando la idea—. ¿Adónde quieres ir? —preguntó. Tal vez podría salir con ella un rato, así se calmaría un poco. Además, no le molestaba pasar tiempo con la pequeña.
—¡A la nieve! —respondió de inmediato con una sonrisa—. Mamá sugirió que era un lindo día, el sol apenas logra verse y ¡todo el terreno del castillo está cubierto! ¡todo, papá! —su rostro desbordaba emoción. Sus ojos brillaron—. Ya casi es navidad así que ya los alumnos se han ido, ¡tenemos todo para nosotros! ¿no es genial? —la pequeña se acercó y acomodó su cabello negro hacia atrás. Clavó sus ojos en su padre esperando una respuesta afirmativa mientras daba saltitos. La idea de sumergirse con él en la nieve mientras reían la hacía temblar de emoción.
Severus, por otro lado, al escuchar la palabra "nieve", se le hizo un nudo en la garganta. Permaneció concentrado en sus asuntos de trabajo e ignoró la efusividad de la pequeña. La niña notó su inexpresividad y frunció el ceño; su padre no estaba reaccionando como quería.
—Ay papá... ¡por favor! —él no desvió la mirada en ningún instante y la niña de tan solo cuatro años ya estaba desesperada. Hacía algunos segundos parecía haber esperanzas pero ahora ya no sabía bien qué estaba pasando. No entendía muy bien a su padre pero, lo único que quería, era salir con él, y estaba dispuesta a todo con tal de conseguirlo —¡Ven conmigo! —dijo viendo su cabello negro, exactamente igual al suyo.
Severus por su parte no respondió. Solo pensaba las cosas detenidamente mientras observaba los papeles que tenía en sus manos. La idea de la nieve no le gustaba. Aquella sensación tan húmeda pero sólida entre sus piernas, el viento húmedo chocando en su rostro...
No. Definitivamente no iría si había nieve. Lamentaba decepcionar a Maddie pero era imposible; odiaba la nieve y todo lo que tenía que ver con ella.—Madelaine —estaba decidido a negarse. Por primera vez en toda la conversación se volteó hacia ella y la miró con cautela. Sus ojos estaban chispeantes mientras permanecía cruzada de brazos. Lo miraba fijamente—. No es que no quiera ir pero no puedo dejar esto. Tengo mucho que hacer. Tengo muchos trabajos que entregar, soy el profesor de Pociones ¿recuerdas?
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Severus y Minerva One Shots
Fanfiction¿Minerva y Severus juntos? Aquí todo es posible, y por medio de estas palabras trataremos de contarles un poco de su historia. Aclaraciones: En este libro aparecerá la protagonista de la novela La Hija de Severus Snape, Madelaine (hija de Severus y...