Capítulo IV

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Kyoko reescribió 100 veces el mensaje de respuesta. Al final, sólo atinó:

Celular de Kyoko: "Está noche cocinaré lo que prefiera, yo tampoco puedo esperar" y anexó emoticones sonrojados.

Si la media hora para revisar su celular le había parecido eterna, esperar toda la tarde fue peor. Apenas acabaron las clases, llamó a Moko, ella no le contestó pero le escribió:

Celular de Moko: "no puedo hablar ahora, llego a la 5:00 p.m. a LME ¿estarás?"

Kyoko le dijo que si y se dispuso a ir a la empresa. Sólo tenía asignado papeleo de oficina, aunque después tenía dos días con mucho trabajo, pero hoy estaba calmado.

Como ya sabía del compromiso para cenar, se había tomado la molestia de seleccionar un atuendo nuevo, un vestido, cómodo pero muy femenino. Tenía hasta los zapatos hace días en la oficina, porque quería lucir linda. Esto no se lo confesaría a nadie, pero después de lo de hoy, tenía más razones para querer verse bien.

Las 5:00 pm llegaron y apenas apareció Moko, Kyoko se le tiró encima murmurando cosas.

— Estoy feliz de verte, tengo mucho miedo

Kanae se la quitó de encima como pudo y le preguntó:

— ¿Ahora qué pasó?

Kyoko hizo un recuento rápido de los últimos avances y le mostró la conversación del chat de hoy. Moko se sintió incómoda por ver algo tan íntimo, pero no pudo evitar conmoverse, esos dos eran muy lindos. Jamás lo hubiese esperado de un hombre como él.

— Kyoko, no veo cuál es el problema. Era lo que querías, ¿no? No pienses más en eso, más bien piensa que te vas a poner.

Entonces Kyoko le confesó que hace días tenía el atuendo listo. Moko se enfocó en eso, porque realmente no podía decirle algo más que la tranquilizara. Así que tomaron una bebida, terminaron el papeleo rápido y Kyoko se vistió. Kanae la ayudó con el peinado y el maquillaje: muy natural, sólo para resaltar los ojos y un poco la boca.

—Ya sé que falta —dijo Moko y se fue a su vestidor, sacó dos hermosos broches de cabello y se los colocó.

Brillaban elegantemente y tenían forma de cisnes. De hecho se los había comprado hacía meses, pero le daba vergüenza entregárselos y admitir que apenas los vio, pensó en su mejor amiga.

— No puedo usarlos —expresó Kyoko impresionada—, son hermosos.

— Son tuyos y ya — le indicó Kanae.

***

Y llegaron las 7:00 de la noche. Kyoko ya estaba esperando en el estacionamiento así que decidió tomarse una selfie antes que él llegara.

No le gustó mucho la luz así que cambió un poco el ángulo, la tomó y luego sintió como delicadamente la tomaban de la cintura y se ubicaba detrás ella.

—Toma otra conmigo —le murmuró al oído Ren— te dije que quería que fuera la primera de muchas.

El brazo de Kyoko tembló ante el contacto y la voz, pero se repuso para tomar la foto: Quedó perfecta.

Ren se ubicó frente a ella y le dijo:

Te ves hermosa Kyoko así, sin honoríficos y de la manera más casual y galantemente le hizo un gesto para que caminara delante de él.

Ella respiró profundamente y agradeció en silencio que al ir adelante así no vería su cara avergonzada.

Después de realizar las compras para la cena llegaron al apartamento de Ren.

Pidió hamburguesas, más por ella que por él mismo y compraron un postre pequeño para compartirlo entre los dos. Kyoko gozaba de cocinar para él y lo hizo con tanto gusto que Ren no podía creer que el olor de la comida, que generalmente le molestaba, pudiera despertarle tanto su apetito.

Cuando estuvo la cena comieron. Hablaron y rieron cómodamente, porque la intimidad que habían ganado y todo el avance que Ren sentía que había conseguido, no lo iba a dejar perder.

Lavaron los platos y arreglaron la cocina juntos, ambos en secreto imaginando lo que podría ser su vida de casados. Al terminar eran las 10:00 de la noche.

Ren le pidió que se sentara en la sala un momento y buscó un paquete.

Se sentó a su lado y le habló.

— Kyoko, quiero ser completamente honesto contigo: ¿quieres salir conmigo?

Y antes de que Kyoko pudiera procesar la información, abrió el paquete: era un juego de almohadas de ovejitas, marcados como "Sueño con ella y Sueño con él".

— Quiero darte esto, como símbolo de que yo desde hace meses, sólo sueño contigo.

Kyoko de la impresión empezó a llorar.

Él se asustó, pensó que había tentado demasiado a su suerte, que ella lo rechazaría, porque no importa si eres el soltero más codiciado, cuando estás frente a la mujer que amas y te expones completamente, estás a merced de su respuesta, de su amor, de su aceptación.

Entre lágrimas, Kyoko sólo dijo sí y buscó refugio en los brazos del hombre al que amaba en secreto y que maravillosamente correspondía a sus sentimientos. Él la abrazó y esperó a que ella se calmara un poco.

Esa noche, ella le avisó a la Okami que por motivos de trabajo no podría llegar a dormir, pero en realidad, estaban hablando y ninguno durmió, porque Ren, le dijo todo: su pasado, sus miedos, como ella fue su salvavidas. Y ella le confesó, hasta la apuesta impuesta por Shou.

Y claro que les tomó toda la noche. Porque Kyoko tuvo mucho que procesar, saber que era Corn y Kuon, saber que también la amaba. Saber que en Guam todo el tiempo fue él y ese fue el momento de más tensión en la noche, porque Kyoko pasó del: "¡Me Engañaste!" Al "en realidad lo sospechaba y por eso le conté todo apenas lo vi esa noche, necesitaba probar mis sospechas" y por último llegó al: "Dios mío, me besé con mi sempai".

Y Ren pasó del miedo a que lo odiara, al "eres encantadora y me dan ganas de abrazarte y no dejarte ir".

Así que esa noche, maravillosa y sincera, esa noche de real conexión dejó como saldo dos enamorados en una relación encantadora. Y también dos actores adictos al celular que escribían en cada oportunidad y que ya se querían tanto que se escribían: "Te Amo" al final de cada conversación.

Y si creías que fue Ren quien lo dijo primero, te aclaro que fue Kyoko, porque un día en medio de un encantador detalle de Ren, ella no pudo más y se lo dijo espontáneamente y en respuesta obtuvo un sincero y profundo beso en medio de las habitaciones de Love Me y un "yo te amo más" susurrado tiernamente en su oído.

¿Ah y la apuesta con Shoutaro? Ren le dijo a Kyoko: "tranquila amor, yo me encargo de él" y así lo hizo...

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