1er día

9 1 0
                                    

Sonó mi despertador. Me desperté, pero me di la vuelta y seguí durmiendo.

- ¡Soo Ra! ¡Es hora de levantarse! ¡Hoy tenemos que ir a hablar con tu nuevo director! -me levanté de un salto. No me acordaba, hoy por fin iba a emprender un largo camino hacia mi mayor sueño: ser cantante y actriz.

Me caí por las escaleras al bajar a desayunar y otra vez al subir para prepararme. Los nervios van a acabar conmigo... Ayer volvimos a Corea después de 8 años, no sé si seré capaz de hablar bien coreano, llevo hablando mayoritariamente en inglés todo este tiempo. No sé cómo integrarme, en Estados Unidos llamaba la atención por ser la única coreana de la clase, pero aquí somos todos iguales, nadie me va a hablar.

Salí de mis pensamientos y me centré en vestirme y prepararme. Me puse unos vaqueros ajustados oscuros y un jersey color salmón, muy ancho y no muy largo. Me puse unos playeros y fui hacia el tocador. Me hice una raya muy elaborada pero discreta. Me puse un brillo rosado en los labios y me miré en el espejo.

- Me declaro satisfecha. -me hablé a mí misma. Es una manía muy mala, pero no puedo dejar de hacerlo.

Bajé corriendo sin caerme. Cogí mi chaqueta y mi mochila con los papeles y todo lo necesario. Entré al garaje y me subí en el coche para esperar a mi madre, que enseguida apareció con una sonrisa de oreja a oreja. Arrancó el coche y nos fuimos hacia mi nueva universidad, a 20 minutos desde mi casa.

- Hija, estoy emocionada. -más que yo- Vas a conocer gente nueva y muchos chicos. Quiero un yerno que cante bien y que sea listo, no me vengas con el primero que se te pare delante. -sin comentarios...

- Mamá, no hemos vuelto a Corea para que yo encuentre novio... -ella seguía sonriente y ensimismada.

Estuvimos escuchando Titanium de Sia, a mi madre le encanta esa canción y la canta con todas sus ganas, de ella heredé la poderosa voz que tengo.

Vimos un gran edificio a lo lejos. Esa era mi universidad. Un enorme edificio blanco.

Aparcamos en un parking interior. Todo parecía muy caro y muy moderno. Esto era demasiado extravagante. Mi madre y yo nos reíamos sin parar. Parecíamos dos chicas de pueblo que era la primera vez que visitaban una ciudad.

Subimos en un ascensor hasta una recepción enorme.

- Hola. -mi madre empezó a hablar al instante- Venimos a ver al director Yang. Mi hija es nueva en la universidad. -la chica se giró hacia su ordenador.

- ¿Eres Kim Soo Ra? -asentí nerviosa- Su despacho es la segunda puerta de ese pasillo a la derecha. -nos señaló el único pasillo en el que no había nadie.

Fuimos a la sala que nos indicó la recepcionista y mi madre entró la primera. Un hombre con una gorra se giró hacia nosotros.

- Tú debes ser Kim Soo Ra. -asentí y me senté- Estoy encantado de conocerte, después de escuchar tu audición, todo el equipo directivo se conmovió y decidimos llamarte. -empezamos a oír dos voces graves.

- Muchas gracias. -las voces no cesaban.

- Bueno, Srta. Kim, aquí tiene su horario. -me lo dio y se levantó para abrir la puerta.

- ¡Nam! ¡Kim! ¡Venid aquí ahora mismo! -vaya genio...

Aparecieron dos chicos muy altos, sonriendo de oreja a oreja.

- Espero que podáis hacer algo bien. -ambos tuvieron que retener la risa- Me gustaría que acompañarais a vuestra nueva compañera a recoger su material escolar y luego le expliquéis todo al detalle. -me miraron.

Salí de la sala y mi madre se fue. Miré a los dos chicos, que me miraban fijamente.

- Annyeong -lo dijo lenta y pausadamente- ¿Hablas coreano? -

- Te entiendo perfectamente. -le sonreí- Me llamo Soo Ra, Kim Soo Ra. -ambos aplaudieron. Creo que he perdido un poco de timidez.

- Yo soy Nam Joo Hyuk y él es Kim Ji Soo, pero puedes llamarnos como quieras. -me reí lo más discretamente que pude.

- Encantada, espero que podamos llevarnos bien, Ji Soo y Joo Hyuk.

K-SCHOOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora