Crazy in love 「WinterIron」

Capítulo III

❝Me tienes luciendo como un loco ahora.

Tu amor... Me tiene luciendo como un loco en este momento.

Me tienes luciendo como un loco ahora.

Tus caricias... Me tienen luciendo como un loco en este momento.❞

Los besos de Anthony no se asemejaban a esos que en sueños le brindaba. Para nada. Sus labios parecían quemarse en el contacto que ambos compartían. Y es que ¡Maldición! El soldado estaba seguro que enloquecería. La cálida lengua del empresario pidió permiso, dándole un claro acceso que por supuesto no se arrepintió. Ambos jugaban con ese músculo, queriendo arrebatar el aire del otro conforme los segundos transcurrían.

Una agradable corriente los invadió a ambos, la pasión se desbordó, cumpliendo a cabalidad las fantasías que mantenían en su cabeza.

James agradecía el tamaño de Stark, y es que ahora lo acorraló más aún contra el muro en el preciso instante en que le rodeó con las piernas. Con su brazo de metal lo afirmó, y Tony aprovechó eso para acomodar los brazos alrededor del cuello del soldado, colando parte de sus dedos en esos sedosos cabellos. El miembro duro de Barnes chocaba contra los firmes glúteos de Anthony, y éste último aportó a la tortura moviendo su cadera de atrás hacia adelante.

—No me hagas esto... —Suplicó el de ojos azules, atrapando entre sus dientes parte del labio inferior del más bajo, jalándolo mientras su entrepierna era tan bien estimulada.

—Mhh, James.

Y eso fue todo lo que pudo soportar.

No dejaría que aquellos labios, que aquella voz jadeara otro nombre que no fuera el suyo.

Con su mano libre, acarició el cuerpo que mantenía atrapado besando con efervescencia esos labios que le brindaban el más dulce y adictivo néctar que alguien le habia ofrecido. Podía oír como sus respiraciones se entremezclaban. La manera en que Anthony rogaba por un espacio para tomar algo de aire y él, como buen hombre se lo dio. Pero no desaprovechó el momento; como si el cuello de aquel hombre fuese el agua que tanto necesitaba lo besó, mordisqueando esa zona en el proceso ganándose así más jadeos por parte de Stark, quien no habia detenido la fricción entre sus cuerpos.

James recorrió la longitud con su lengua, aspirando el aroma tan varonil que se presentaba, embriagándolo hasta casi hacerle perder la consciencia. Fue entonces que movió su cadera, fingiendo una embestida que provocó que el cuerpo encarcelado se estremeciera.

Aferrando sus piernas alrededor de la cadera de Barnes, Tony inclinó su cabeza hacia atrás. En esos momentos odiaba las prendas que estorbaban. Sin pensarlo dos veces volvió a buscar la boca de su ahora amante, devorando tan suaves labios introduciendo su lengua en la cavidad bucal y recorriendo cada centímetro que se presentaba.

Tan hundidos estaban en su mundo que ni siquiera notaron que un tercero los observaba, por supuesto la persona era parte de la empresa y creyendo que el dueño de industrias Stark estaba siendo atacado tomó una tapa de los tachos de basura. Mientras el par continuaba complaciéndose mutuamente, el hombre de una edad avanzada se acercó lo suficiente para dar un golpe certero a James, quien cayó inconsciente al suelo llevándose a Tony en el proceso.

¿Cómo ese simple objeto logró dejar noqueado al soldado?

Esa era la incógnita que rondaba por la cabeza de Tony.

Vaya primer encuentro.

— ¿Está bien, señor Stark? —Preguntó el hombre preocupado.

El aludido quería maldecir y por supuesto, despedir a quien lo interrumpió pero supo que era por una "buena" causa.