Crazy in love 「WinterIron」

Capítulo V

❝La razón por la que sabes lo que pienso,

es por el ritmo en que salta mi corazón cuando estoy contigo.

Pero aún no entiendo, cómo tu amor puede lograr lo que nadie puede.❞

—Bucky ¿Dónde estabas? —Sam fue el primero que interceptó al soldado al verlo tan inquieto, por un momento creyó que estaba sufriendo alguna crisis nerviosa.

—¿Dónde está Anthony? —Le preguntó apenas lo tuvo enfrente, volteando a ver hacia todos lados buscando al castaño.

—Hace un momento estaba aquí, pero creo que fue por un trago. —Explicó tratando de no parecer nervioso. Pero todo intento se vio fracasado ante la mirada inquisidora de Barnes, quien no le creyó ni una sola palabra.

—¿Ah, sí? ¿Y dónde está Steve?

—Fue al baño. —Respondió rápidamente.

James mantuvo su mirada sobre Sam, era una batalla la que obviamente perdería el moreno. Este último suspiró hondamente para mostrarse derrotado, no era bueno ocultando cosas. Vieron hacia a su alrededor, antes de que Sam le indicara al soldado que lo siguiera. El de ojos azules buscaba alguna cabellera castaña o una risa que le era por más familiar, sin embargo no encontró ninguna de esas dos señales.

—Sé donde está Steve, pero creo que no te gustará saber donde se encuentra Stark.

Aquello alertó a James, quien detuvo el paso apenas llegaron hacia un pasillo que estaba completamente vacío. Sam le hizo una señal con su dedo para que no hiciera ruido, y así lo hizo. El revoltijo en su interior se hacia insoportable conforme avanzaban. Debía contenerse, ya habia cometido suficientes errores minutos atrás.

Se detuvieron en una zona donde se podía ver que la luz de la luna ingresaba, seguramente era un balcón, ya que el aire alrededor era bastante helado. Se quedaron a un costado, sin hacer ruido alguno. Sam se cruzó de brazos, mientras que James se apoyaba sobre la pared, justo al lado de su compañero.

—¿Tienes frío?

Sabía que esa voz pertenecía a Steve, pero profundamente rogaba porque la otra persona no fuese quien se estaba imaginando.

—Un poco, pero no es eso lo que quieres hablar conmigo. ¿No? —Habló el millonario rompiendo las esperanzas de Barnes.

—No, claro que no. —El rubio estaba terriblemente nervioso. Ambos se quedaron viendo durante largos segundos, buscando respuestas o algún rechazo respectivamente. Pero eso nunca ocurrió.

—¿Y bien?

—Yo... —Realmente deseaba detener el tiempo en ese instante, pero el castaño cortó el contacto visual, no quedándole otra opción más que ver hacia el frente—. Antes que nada, quiero pedirte perdón.

—Steve, no es necesario...

— ¡Lo es! —Exclamó, causando que el más bajo diese un brinco. Esta vez se giró para verle, logrando que el otro hiciera lo mismo—. Aunque no quieras, debo hacerlo porque lo que sucedió allá no es algo que se puede olvidar, de hecho dudo que eso pase. Los recuerdos van a estar siempre, cada uno de ellos me ha estado atormentando por todos estos años. —Steve dio un paso hacia el frente, tomando las manos ajenas y aunque Tony quiso alejarse, no se lo permitió—. Te pido perdón por no comprender tus miedos, sé que tuviste razones para defender tus ideales, así como yo, simplemente quería protegerlos. Yo lo he perdido todo, no quería que los demás tuviesen que pasar por lo mismo que me sucedió a mí —continuó tomándose una pausa para respirar—, tú más que nadie sabe lo que es perder lo que más amas. Perdiste a tus padres por lo mismo, por enemigos que sabían quiénes eran ellos.