Capítulo I

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«Yo, Kim Krystal, en pleno uso de mis facultades mentales…».

Kim Jongin se sentó en el despacho de su abogado, ajeno a la presencia del resto de la familia, y escuchó la lectura del testamento de su mujer. En su estado, todavía conmocionado.

«Es mi deseo más profundo que mi marido, Kim Jongin , y mi querido hermanastro, Do Kyungsoo, zanjen sus diferencias de una vez por todas».

Jongin pudo ver a Kungsoo sentado a su derecha y trató de ocultar su disgusto. Se preguntó por qué siempre tendría que ir hecho un adefesio. Había procurado reprimir el desprecio que el chico le inspiraba mientras su mujer vivía. Pero resultaba evidente que había fracasado.

¿Quién estaría de acuerdo con un desviado?

¿Desde cuándo los hombres pueden dar a luz? Esta sociedad esta cada vez más dañina.

«Solicito que Kyung actúe como madre de alquiler de uno de mis embriones fertilizado por mi marido, Kim Jongin».

—¿Qué? —exclamó Jongin. La pantalla protectora que Jongin había levantado en torno a él para soportar el dolor por la pérdida de su esposa se hizo añicos al recibir la noticia.

Kyunsoo tambiénsaltó sobre su silla como si algo lo hubiera aguijoneado por sorpresa. —Es lo último que me faltaba —murmuró.

Jongin tuvo que admitir, a su pesar, que el búho tenía razón. ‘‘Era madre’’ de dos gemelos de cuatro años y el padre de las criaturas se encontraba en paradero desconocido.

Kyungsoo abrió de par en par sus grandes ojos. —¿Sabías algo al respecto, Jongin? —preguntó desconcertado.

—No —dijo Jongin—.Krystal redactó un nuevo testamento poco después de diagnosticarle el cáncer.

En ese momento solo me preocupaba la quimioterapia y cuál sería su respuesta. No supe lo que había hecho y no me importó. Sólo deseaba su recuperación. Jongin frunció el ceño. Había adorado a su esposa desde el principio. Había sido una mujer dulce y bien intencionada, pero también debía reconocer que Krystal siempre había sido una persona manipuladora y muy astuta. ¿Qué habría planeado a sus espaldas? ¿Y por qué?

—Bueno, yo… —vaciló soo—. No puedo hacerlo. Sé que Krystal deseaba tener un hijo, pero… No puedo dar a luz a un bebé y después desentenderme de él. Ni siquiera por Krys. Quizá puedas encontrar a otra persona, Kai.

Jongin respiró hondo y se esforzó para no perder la calma en medio de la tormenta. Habría hecho cualquier cosa por su mujer, incluso si implicaba directamente a Do Kyunsoo. Pero daba la impresión de que Kyungsoo no se sentía en la obligación de honrar hasta ese punto la memoria de Krystal.

-«Además», continuó el abogado, «lego a Do Kyungsoo la titularidad compartida de dichos embriones, que sólo podrán ser implantados en su ‘‘útero’’».

Kyungsoo palideció y la blancura de sus mejillas resaltó en contraste con su melena pelirroja. Jongin también sintió un leve mareo. Krystal los había unido y compartía con Kyungsoo la propiedad de los embriones. -«Para hacer frente a los gastos médicos, el cuidado de Kyungsoo durante el embarazo y la manutención del bebé, dono por la presente la suma de trescientos mil dólares, cantidad que quedará a cargo de Wu Yi Fan». soo, estaba perplejo. Nunca habría imaginado que la tienda de decoración de interiores de su hermanastra hubiera generado tantos beneficios. Pero todo su mundo giraba alrededor de sus hijos, no del dinero. Abrió la boca para rechazar de plano la generosa oferta de Krystal , pero el abogado se le adelantó.

''Uncontrolled love''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora