Capítulo III

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—¡Papá, mira! ¡Hay un coche en la carretera!

Junmyeon siguió la dirección del dedo de su hijo que señalaba un punto algunos metros por delante de ellos.

—¡Dios mío ! —exclamó él, al divisar la parte de atrás de un coche negro, apenas visible bajo el resplandor de la  Luna .

—¿Es que no vas a parar, Appa ? Puede que haya alguien dentro.

Aquella vez fue su hija de siete años quien habló con ansiedad.  contempló un momento su cara pálida  y redonda, enmarcada por un lazo rosa entre su  pelo negro y lacio, meticulosamente peinados por su pequeña .

Le daba Gracias al cielo por lo inteligente que era su pequeña a su edad, siendo la mas madura entre sus hijos. Pero no hay que negar que le daba escalofríos saber que su hija de 7 años tenia más sentido común que él.
La pequeña era muy sabía, incluso a veces le hecha la culpa al nombre.

Lo que mas inquietud le sembraba era la obsesión de su pequeña por las fotografías. Cada vez que se vestía se tomaba cientos de fotos. 
Esa mañana antes de visitar al tio Dae no fue la excepción.

  Esa mañana antes de visitar al tio Dae no fue la excepción

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(Jun : Que habla con la verdad)


—Sí, voy a parar. Pero solo si tu hermano y tú me prometéis quedaros en la camioneta mientras echo un vistazo.
El niño, que tenía diez años y era alto para su edad, cuadró los hombros.

—Sí, papá.

—Yo también te lo prometo —dijo la niña, inquieta  en su asiento.

Junmyeon aparcó el convertible a un lado de la carretera  Cuando salió, volvió a meter la cabeza por la ventanilla para lanzar a los niños una última mirada de advertencia.

—Jun, lo digo en serio. Jong y tú tenéis que quedaros aquí a no ser que yo os llame. ¿Ok?

—Sí, señor. Yo me encargaré de que Jong no te siga.

Satisfecho con que sus hijos le obedecieran,  sacó una linterna e inspeccionó la carretera a uno y otro lado para ver si encontraba marcas de frenazos. No las vio, por lo que dedujo que el conductor no se había topado con ningún otro vehículo o animal. Le parecía que había tenido que chocar de lado contra el contrafuerte del puente lo que había provocado que el conductor perdiera el control y se desviara en la carretera.
Dejó el asfalto caliente y se abrió paso.
Mientras se acercaba, vio que el coche era un modelo nuevo, de color verde oscuro. No trató de adivinar cómo Jong había podido verlo en la oscuridad.

Entre escombros doblados, astillados y rotos, consiguió llegar a la puerta del conductor. Las ventanillas estaban cerradas y el motor parado.

Junmyeon esperaba que el conductor lo hubiera abandonado para pedir ayuda. Golpeó el cristal con los nudillos.

—¿Hay alguien ahí dentro?
  



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''Uncontrolled love''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora