Corazones Enlazados (LS) Wourry

Capítulo Seis.

"JODIDO WILL"

Ustedes no se imaginan lo que es vivir con un engendro igual a mí con el cual compartimos el mismo genoma, peleábamos por la teta de mamá, y ahora años después compartimos el novio. Allah, ¿quién lo diría? Yo jamás había pensado en un hombre como pareja, siempre admitía lo guapo de algunos, pero hasta que Harry apareció en mi vida (nuestra) mi mente dio un vuelco de 360°, sin mentir. Ahora digan, «oh Will se volvió marica», pero bien que se mojan leyendo mi vida como amante de las pollas y bolas.

Harry estaba en casa de su madre luego de su colapso nervioso ante las reclamaciones de Louis y mi "enojo", la verdad que amo poner los nervios de punta de mi novio y Louis. Sí vieran sus caras me entenderían. Ahora yo estoy en mi habitación con una gran bolsa de hielo sobre mi cara, tuve la decencia de bañarme y vi mi reflejo. Soy un desastre, los golpes en comparación de las mordidas de Harry me hacen parecer un idiota que sufre maltrato doméstico.

Louis está estudiando en la pequeña oficina de nuestro departamento y al parecer nadie piensa en mí y mi estómago. Ni aunque me embarace me darán comida estos malditos, ¿alguien del público imaginario de mi vida quiere adoptarme? ¿No? Okay.

Me levanto con pesadez y por lo menos mi cara ya no está hinchada, camino hasta el refrigerador y observó todos los números, ¿pizza? ¿Sushi? ¿Comida china? Mejor le pregunto a Lou. Camino hasta el estudio y golpeo con suavidad... mentira corrí gritando que la casa se quemaba y golpeé la puerta con mis puños y le daba patadas, escuché un fuerte golpe al interior de la habitación y dos segundos después Louis con cara de desquiciado mental aparece preguntándome si ya llamé al 911.

—Hm, no. —Le respondo y quiere golpearme, levanto mis manos para detenerlo —. No hay incendio, sólo quiero saber que quieres comer, yo invito.

Me da un zape en la nuca y me dice que puedo irme un rato a la mierda. —Y no quiero nada, adiós.

—Okay, vete a la mierda. Llamaré a Zayn.

Vuelvo a la sala y tomo el teléfono inalámbrico, tecleo de memoria el número de mi amigo y me contesta.
—¿Diga? —dice con voz cansada.
—Amigo mío, ¿vienes? —Pregunto sin dejar que responda y continuo—, compraré la comida y nadie me aprecia.
—Okay, quiero mucha comida china. En 10 estoy allí, llamaré un Uber.
—Te espero.

Con el teléfono en la mano camino nuevamente hasta la nevera, tecleo el número de los chinos y espero.
—Hola, ¿cuál es su "olden"?
Reí. —Hola, quielo aloz.
—Adiós.
—No, ey chino puto, ni te atrevas. —Advertí y me apresuré a leer el menú— Quiero el menú para cinco, con empanadas de camarón mandarín, mucho Wantan, rollitos primavera con salsa agridulce y 3 porciones de chapsui de verduras.
—Bueno, ¿cómo pagar?
—Débito.
—"Media hola"
—Espero. Adiós.

Ahora pienso, ¡GASTE TODO MI MALDITO SUELDO! pero no importa, tengo hambre. Veinte minutos después aparece Zayn con la llave que a mí se me quedó hace un tiempo en su casa. O fue del otro día, ya ni me acuerdo "wey". Lo abrazo y aparece Louis con la misma cara de desquiciado pero ahora más cansado, Zayn lo saluda y Louis da un asentimiento.

—Maldito sea el maestro de anatomía. —Murmuró entre dientes. Zayn y yo nos sonreímos.

—TU QUISISTE SER DOCTOR LOULOU. —Dijimos al mismo tiempo antes de largarnos a reír.