Sinner of God | YoonMin

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¿Porqué se me había ocurrido hacer un viaje tan largo? 

Incluso aunque hubiera adelantado nuestra partida tardaríamos días en volver a casa.

¿Y si Yoongi le decía algo malo a Taehyung? No quería que sus locas ideas entraran en su cabeza.

Conocía a Taehyung, y sabía que podía ser tonto a veces pero confiaba en el amor que este tenía por Kook. Porque no necesitas más de dos dedos de frente para saber que esos dos se quieren con sólo mirarse. 

Desearía saber si alguna vez tu me quisiste. 

¿Sentiste algo por mi realmente? O fue sólo una idea de mi loca cabeza.

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Otro día más aquí, otro día más que me costaba venir, levantarme cada día. Pero al abrir mis ojos sólo este día de la semana sabría que te vería, así que todo estaba bien.

Tú me decías que todo estaba bien.

Teníamos muy temprano los clases de catequesis, donde te veías radiante cada día. La calma y la templanza eran sinónimos de ti. Transmitías paz. 

O al menos así me sentía yo al verte. 

Mi corazón latía. Y mi inocencia no me dejaba saber por qué, aunque fuese obvio. 

No sé donde sacabas fuerzas tu, yo encontraba curiosamente mis fuerzas en tí.

Era joven, y fácilmente podía depender de cualquiera que me de una miga de felicidad. Y tú me diste más que migas. Me dabas platos rebosantes en comida, a mí un hambriento desesperado. 

Las clases transcurrían bien, aunque a veces no entendía algunas cuestiones. 

Mis preguntas solían molestar al maestro, mientras que tu con paciencia me explicabas y siempre tenias las palabras correctas para mi.

Buscábamos excusas, sin saber que eso eran, para pasar tiempo juntos. 

Solías leerme pasajes de la biblia después de clases o misas. 

Muchas cosas me parecían hermosas. Como cuando la biblia hablaba de amor. 

  — ¿Qué es el amor? — te pregunté. 

Interrumpiendo tu lectura.

Mire tu rostro admirando tus facciones, escuchando en silencio. 

— Es sacrificio.— dijiste luego de pensar un momento. 

— ¿Osea que es algo malo?

— No, si es por amor cualquier sacrificio vale la pena. 

No entendía. 

Aquella palabra daba miedo y me inspiraba cosas malas.

La palabra sacrificio significa perder algo, entonces ¿Si pierdes lo que amas aún vale la pena amar?

Me explicaste por horas sobre cómo dios sacrifico a su propio hijo en forma de amor hacia la humanidad. 

Pero aún así, aquello me inspiraba terror. 

— ¿Que hacen aquí? — el profesor entro de repente dándome un susto. — Es muy tarde, ya es hora que vayan a casa niños.

Tu me sonreíste esa noche y nos despedimos. 

Pensé mucho en tus palabras para tener algo bueno que decir la semana siguiente.

Pero al volver a vernos tu ya habías cambiado.