La cruz rebotaba sobre mi pecho a medida que apuraba mi paso al caminar.
¿Ver primero a Taehyung o ver primero a YoonGi?
Ninguna opción me parecía buena. Y a pesar de que ya me encontraba caminando a su casa no dejaba de querer huir, esconderme y no ver a nadie.
Tal vez no sea la persona más valiente del mundo, definitivamente no, pero al menos contar mi historia era un primer paso.
Y por eso decidi ver primero a Taehyung.
Llegue a la puerta de su casa y comence a tocar el timbre con insistencia.
No era tan temprano, no podía estar duermiendo a esta hora. Continue tocando y nadie ni nada pasaba. Comencé a desesperarme.
No quería pensar en la idea de demorar un día más todo esto. Mucho menos ir a ver a Min YoonGi primero.
Era demasiado brusco aquello, verlo después de tanto tiempo.
¿Que haría?
Tocar su puerta así como si nada y decir "Ey, recuerdas que tuvimos algo y me abandonaste, bueno venía años más tarde a saber porqué" No simplemente no, mala idea, terrible.
Necesitaba a mi mejor amigo, y el imbécil no atendía la jodida puerta.
— ¿Qué? — la puerta fue abierta de golpe.
El muy infeliz dormía como si nada mientras mis neuronas se carcomían entre ellas.
Moría de nervios.
— Taehyung, tenemos que hablar.— formule.
Su cara expresaba odio, y sentía que me mataría.
Deje que se higienizara primero, lo espere en el living mientras tanto.
Los nervios cada segundos me comían un poco más, y sí continuaba torturando mis uñas terminaría por arrancarlas definitivamente.
Él bajo las escaleras y mi mente comenzó a pensar.
No había formulado ningún discurso.
¿Como le explicaría?
—¿Que paso? —pregunto ahora con mejor cara.
Desvié mi vista de él.
—Si yo supiera.— suspire.
•
— ¡YoonGi! — grite emocionado.
Lo veía a lo lejos y corría a nuestro encuentro.
Llevaba la cadena que él mismo me había regalado por mis méritos al tomar la comunión. Estaba tan feliz, y al fin después de un par de años confesaría mis sentimientos a él.
Estaba seguro.
Él me gustaba más que nadie en el mundo.
Y aunque muchos podrían pensar que sólo era una tontería de niño de diecisietes, yo afirmaba con confianza que no lo era.
YoonGi me había mostrado un lado del mundo que yo no conocía, era bueno conmigo, amable, y el me cuidaba.
He incluso aunque sonase tonto yo juraba que sentía amor.
El corazón me revoloteaba siquiera pensar en su nombre. Mi persona favorita en la tierra, mi admiración, yo lo adoraba.
— Hyung. — susurre.