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"El presunto padre NO es excluido como el padre biológico del niño(a) examinado(a). Basándose en los resultados de los análisis obtenidos de los loci de ADN listados, la probabilidad de paternidad es de 99.99999%. Esta probabilidad de paternidad fue calculada en comparación... "

Traté de seguir leyendo, pero era imposible ya que mis manos sudadas que sostenían el papel no dejaban de temblar y eso me impedía ver con claridad. Eso y las lágrimas que no dejaban en paz a mis ojos ni un segundo.

—¡Mierda!

Grité y me dejé caer lentamente al suelo tratando de respirar por al menos un segundo, pero mi corazón que latía a mil por segundo se negaba a cooperar con eso. Ya tenía mi resultado, ya sabía quién era el padre de mi bebé ¿no era eso lo que había estado esperando? Cerré los ojos con fuerza y dejé que las lágrimas cayeran sin oponerme a ello. Recordé que, semanas antes, casi le había contado a Josh sobre mi embarazo y en este momento realmente agradecía no habérselo dicho. ¿Cómo iba a tomarlo, que iba a decir? O mejor dicho ¿Qué iba a decirle yo?

99,999% de probabilidades decía el papel, no cabía duda de quién era el padre de mi bebé. Podría haber sido de cualquiera de los dos, pero el destino lo había elegido a él y no había nada que yo pudiera hacer al respecto.

Acaricié mi vientre de arriba a abajo y sonreí, — Basta de llorar Jennifer— Me ordené a mi misma y enjugué mis lágrimas, en vano, ya que al segundo volvieron a caer otras. Necesitaba calmarme. Me paré de mi lugar y caminé hacia la gran mesa de madera que ocupaba la mayor parte del comedor y cuyo tamaño era sumamente exagerado ya que en ella solamente solíamos permanecer Bianca y yo. Tomé mi celular que se encontraba sobre ella y me vi reflejada en su pantalla: toda despeinada, con los ojos hinchados y restos de maquillaje por cada parte de mis mejillas; así estaba, pero ¿a quién le importaba?, claramente a mí no.

Luego de desbloquear mi móvil, lo acerqué a mi oído izquierdo esperando que respondiera mi llamada, sin embargo la única respuesta que obtuve fue de parte del contestador. Pero seguí insistiendo, hasta que me cansé de escuchar siempre lo mismo así que dejé un estúpido mensaje que lo tomaría por sorpresa: "Hola Brandon soy Jen, solo llámame, realmente necesitamos hablar. Es importante"

Tiré mi celular sobre el gran sofá y luego me senté allí, sintiendo como mis piernas no dejaban de temblar ni por un momento. Ese era el único ruido que se escuchaba en toda la habitación, el de mis pies chocando con el suelo una y otra vez; ese y el de mi respiración acelerada, aunque eso era paranoia mía. Miré hacia atrás, hacia la pared, hacia aquel llavero donde se encontraban las llaves de mi auto, y luego miré hacia adelante otra vez. "No es momento Jen" me decía una parte de mi que simplemente permanecía mirando hacia adelante, pero la otra no dejaba de ordenarme que tomara las llaves, me fuera y se lo dijera. Adelante y atrás, adelante y atrás adelante y atrás... atrás. Corrí hacia el llavero y tomé las llaves que tenían un pequeño adorno de unicornio que había elegido mi hija quien, gracias a dios, se encontraba con su padre en esos momentos. Suspiré y me solté el cabello, para salir corriendo por la puerta principal hacia el encuentro con el viento que desordenaba cada parte de mí, mucho más de lo que ya estaba. En el camino llamé a Laura para contarle las últimas noticias y, antes de que me diera cuenta, ya estaba frente a su casa...

Estacioné el auto justo enfrente de la puerta principal y miré hacia las ventanas, donde las persianas bajas me impedían ver algo de lo que ocurría detrás de ellas. Tomé mi celular y me fijé la hora, 8:30 pm... Era temprano todavía y más para un sábado.

Me apoyé sobre mi asiento y pensé en el ocupado día que había tenido: no había estado en casa en toda la tarde ya que me había reunido con un director que estaba interesado en tenerme en su próxima comedia dramática y una vez que había vuelto a la tranquilidad de mi hogar me había encontrado con aquel sobre del laboratorio. Jim me había recomendado a unos amigos suyos que realizaban test de paternidad anónimos, solamente necesitaban una muestra de sangre de la madre del bebé, incluso ellos se acercaban hacia tu hogar para tomarlas, y una muestra del padre que podía ser de cabellos, fluidos corporales, resto de sangre, uñas, (yo había optado por hurtar un cepillo de dientes) Luego debía enviar las muestras en una especie de kit que ellos te daban, y solo restaba esperar los resultados. Era un examen costoso, pero era necesario. Habían dicho que tardarían de 5 a 7 días, pero el mío lo había obtenido en tan solo 4, y no estaba preparada aunque, honestamente, jamás lo hubiera estado.

Inesperado -JoshiferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora