13. Montaña Rusa.

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"Y justo cuando la oruga pensó que había llegado su final empezó a volar"

Alan Pov
Como todas las mañanas salí de mi casa muy temprano, normalmente la mitad del día la pasaba en la escuela y la otra mitad en casa de Samuel o jugando basquetbol, en ocasiones me quedo hasta tarde con la Maestra Marce le ayudo a calificar, platicamos sobre todo y a la vez de nada, terminaba en darme una buena teoría sobre lo que platicabamos, me daba libros para leer, los comentabamos, adelantaba tareas entre otras cosas; unas cuantas veces me cruzaba con Elena ella ahora sonreía siempre, venia con un muchacho y aveces con otro, uno de ellos es su hermano lo se porque el primer día que llego con ella la Maestra lo abrazo tan fuerte, lloro y me lo presento, se llama Sebastian y me llevo muy bien con el, de hecho nos estamos haciendo amigos, yo trataba de evadir el hecho de que mi papa ahora estuviera en mi casa, de que ahora eran sus reglas y que mi mamá volvía a ser una mujer de pocas palabras y sumisa.
El otro chico con el que Elena salia a visitar a su tía, mi maestra, por lo que yo sabia es su amigo, se llama Nicolas nos presentaron una vez de casualidad pero, yo creo que son algo mas que amigos, me fui a la escuela y en la entrada la primera persona a la que vi, era Sulema tenia una sonrisa de oreja a oreja, cuando pase delante de ella tiro de mi brazo de inmediato,

-vamonos, no quiero entrarar a clases, ¿si?, dijo ella con un chillido irritante.

Me volteé hacia ella con una mirada asesina, que se creía esta, que podía venir e irrumpir mi calma pues NO, de un arrebato me solté de ella y anduve hasta el salón de la primera hora, me quede ahí por el resto de la clase de matemáticas tratando de entender todos esos problemas, fue hasta la ultima clase que me di cuenta que todos me observaban como si estuviera haciendo algo mal, tal vez tenia monos en la cara y yo ni en cuenta la verdad no le tome importancia, hasta que llego el almuerzo y me encontré con Samuel; me miro estupefacto lo salude normal y empecé a hablar de la misteriosa chica como la llama el, mi boca no paraba de moverse y explicar aquel sentimiento que siento cuando la veo, aun no le quería confesar quien era porque yo sabia las burlas y regaños que recibiría de mi pequeño amigo, cuando termine de hablar lo mire extrañado porque el no me había dicho ni una sola palabra, no decía ni pío, le di una mordida a mi taco y cuando estaba a la mitad de saborearlo, exclamé en balbuceos con la boca llena de comida ¿que?, termine de ingerir mi bocado para después tomar un gran sorbo de soda, y volví a hablar -amigo todos en la clase me han mirado como un maldito bicho raro y ahora tu me miras de esa forma ¿que mierdas sucede?.
Samuel tomo aire -amigo acabas de despreciar a la loca de la escuela, todos saben que en la entrada la rechazaste, la loca ya empezó a hacer sus dramas, hizo que una niña se fuera al inicio del ciclo y solo porque le caía mal te estas imaginando la magnitud del problema que se te viene encima, todos en la escuela murmuran sobre eso, todos saben lo pesado que fuiste con la princesita, te va a acabar -dijo todo esto con un tono tan exagerado de preocupación que le creía mas a el que fuera mi padre que a mi verdadero padre,
- ¡hey! relájate, todo estará bien, solo es una chica consentida, ella no puede venir y creer que el mundo esta bajo sus pies, me levante de la mesa y fui directo a la biblioteca, me molestaba tanto hablar sobre esa chica, termine un buen libro que  encontré en mi casa la otra vez, sonó la campana me dirigí a clases y en cuanto menos sentí el día escolar ya se estaba terminando, a la salida me encontré con Elena y su hermano y nos invitaron a mi y a Samuel a ir al parque de diversiones, yo accedí, nos veríamos en la plazuela de la ciudad pues a unas cuantas cuadras estaba la Feria que se había instalado ahí por las celebraciones de la fundación y tradiciones que la verdad desconocía, por la tarde me apresure a hacer mis tareas en la biblioteca de la ciudad, llegue a mi casa para comer algo del guisado que mi mama había preparado, devore mi plato y no me había topado con la presencia de mis padres supongo que habían salido o estaban trabajando no lo se, fui a mi cuarto para votar mis cosas y darme una ducha, cuando la luz ilumino la habitación me percaté de una caja acomodada amablemente entre mis almohadas, estaba envuelta con un papel de color negro me llamo la atención porque nadie envuelve regalos con papel negro y la curiosidad de quien se habría tomado el tiempo de pensar en un regalo para mi me invadió, durante estos días había sido normalmente muy detestable e irritante con mis padres, solo pensé en la tía de mi mama que vive muy cerca de aquí pero no quise estar averiguando quien había sido autor del crimen, así que me lance a mi cama quedando boca arriba sujetando la caja, arranque el papel tan brutalmente que sentí pena por la persona que lo había envuelto con tanta delicadeza, ¡oh!, vaya que buen regalo un nuevo celular, era de los mas buenos por el momento y una nota con la letra de mi padre que decía algo así sobre que lo sentía mucho y bla, bla, el muy tonto pensaba que con regalos caros iba a comprar a su hijo y a su esposa, que abogado tan tramposo, tire la nota a la basura, cargue el celular, me metí al baño el agua estaba tibia, me relaje mucho con esa ducha, cuando salí el sueño me estaba ganando y eso que no era muy tarde, me vestí de inmediato, pues no quería quedarme dormido, camine por la habitación esperando a Samuel que estaba tardando tanto me coloque una sudadera gris con capucha una playera de manga larga, unos jeans y mis vans negros, coloque mi nuevo celular en la bolsa trasera de mi pantalón, tome mis llaves y el dinero, baje a la sala para esperar ahí y me di cuenta que la pantalla era nueva, cambie mi número y empece a instalar nuevas aplicaciones, actualice mi celular hice todas esas cosas mientras llegaba Samuel con su novia, a los pocos minutos toco cuidadosamente y nos fuimos caminando bajo la fría tarde, llegamos unos minutos después y en la esquina estaba todo el grupito ahí Elena con su amigovio Nico, su hermano Sebastian, su amiga Brisa y el novio de ella Cameron, yo llegaba con Kalila y Samuel, todos iban en parejas excepto Sebas y yo, nos saludamos y presentamos, pues no todos se conocían, Sebastian y yo   caminamos juntos hablando un poco sobre las ligas de basquetbol, equipos, jugadores, me contó cosas sobre su estancia en Colombia y lo que hizo por lo rumbos de Canada me contó incluso que fue de vacaciones a Alaska con unos amigos y muchas aventuras en ocasiones lo dejaba de escuchar para poner mi atención completa en las carcajadas que se daba Elena con Nicolas, la observaba y admiraba, me encantaba la forma en la que movía sus labios para no parar de hablar y cuando al final de cada frase daba una sonrisa triunfadora digna de ella, entonces de un momento a otro cuando me estaba perdiendo Sebastian me volvió a la realidad con un sape, que no dolió pero me despertó de mis sueños, se me quedo mirando y después vio en dirección a Elena se volteo a mi y yo me hice el desinteresado, distraje mis pensamientos en otra cosa y miraba de un lado a otro buscando algo mas interesante que no fueran sus labios o sus ojos, seguimos caminando, entonces el me dijo; - llevo poco de conocerte amigo, y me caes muy bien, -asentí tímidamente, -pero, ¿acaso te gusta mi hermana?, -demonios y ahora donde me escondo ella no me gustaba ni siquiera era mi tipo,

Y Cruzamos Caminos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora