Primer día de clases, primer día viviendo solo por primera vez en mis dieciocho años.
Aún no tenía nada en mi refrigerador, es más, no tenía nada en el departamento. Quería demostrarles a mis padres lo bueno que puedo llegar a ser, pero en éste momento moría de hambre al igual que moría por llamarle a mi mamá y pedirle un desayuno en casa, pero era tan orgulloso, que no dejaría que nada se interponga en mi meta.
Así que, salí media hora antes de lo planeado y fui por un café en la fonda que se encontraba a unas calles del departamento.
Después de eso, me fui a la escuela, pero fue un desastre al ver el tráfico que había, y la desesperación al ver mi reloj que faltaban veinte minutos y que la universidad aún estaba lejos.
No tenía un auto, me iba en el autobús, así que me bajé y corrí hasta la escuela. No me gustaba ser impuntual y no me convenía ahora, que era de nuevo ingreso y no tenía ni la menor idea de donde se encuentre mi facultad correspondiente.Agitado y acelerado, visualice el portón, pero antes de entrar un guardia me detuvo. Rayos, ¿no ve que se me hace tarde?
—Su credencial, joven.
No lo podía creer. Por una simple credencial, ¿qué no ve mi mochila?
La busqué sin mirar en mi mochila y una vez que la encontré se la mostré con una sonrisita más falsa que el peluquín que traía puesto el guardia.
Me dejó pasar y miré mi reloj. Aún no eran las siete y yo creyendo que eran las diez de la mañana.Caminé hasta una banca.
Había de todo tipo de estudiantes. Desde los típicos amigos llenos de emoción por volver a verse hasta los chicos como yo, solos porque era su primer día.—Disculpa, ¿qué hora es? —Un chico de ojos amielados y cabello negro me preguntó. Miré mi muñeca derecha.
—Diez para las siete. —Le sonreí. Dio un suspiro sonoro y alivianado.
—Gracias, creí que pasaban de las siete. —Rio.
—No te preocupes, me pasó lo mismo —Le dije— ¿Eres de nuevo ingreso?
— ¿Se me notan mucho los nervios? —Rio— Supongo que tú también, ¿cierto? —Asentí.
—Entré a ingeniería química administrativa, ¿y tú?
—Producción musical digital —Respondió muy animado— Por cierto, soy José Miguel. —Extendió la mano y la estreche.
—Bryan. —Sonreí.
—Esperaba estar en la misma carrera contigo —Sonrió de lado—, me has caído bien.
—No importa, ¿podemos almorzar juntos? No conozco a nadie por aquí.
—Claro. —Sonrió— Tampoco conozco a nadie.
Sonó la campana, era hora de buscar mi respectivo edificio, o lo que sea que fuera.
—Entonces te veo en la cafetería. —Le dije y asintió.
—Hasta luego, Bryan.
—Adiós, José.
[...]
Saliendo de mi edificio, me encontré a José Miguel, que muy sonriente se me acercó y nos fuimos a la cafetería. Después de todo, nuestras facultades no estaban tan distanciadas.
— ¡Ni te imaginas todo lo que estoy por ver! —Me platicaba animadamente José, después de conocerlo un rato, pude darme cuenta que era muy hiperactivo— ¿A ti qué tal te fue?
—Digamos que todo me gusta, me encanta. —Sonreí y le di una mordida a mi hamburguesa.
—Eres muy callado —Se quejó— Vamos, platícame de ti, tus hobbies.
—En realidad no tengo mucho qué decir —Me observó atento. Sus ojos eran enormes, al igual que sus cejas y pestañas— Soy un chico normal de dieciocho años, que espera terminar la universidad. Me gusta patinar.
—Presiento que eso no es todo.
—Es que si lo es, créeme. No soy nada interesante. —Reí.
—Tu cabello dice todo lo contrario, eh. —Se carcajeo y toqué mi cabello. Me gustaba tenerlo largo y alborotado.
—No creerás que soy un hippie, ¿verdad? —Se rio y negó.
—Claro que no, además no hay nada de malo en eso. Pero ese no es el punto, Bryan. ¿Tienes alguna meta? Yo por ejemplo, me quiero graduar con honores si se puede —Rio—, me gusta cantar, y bueno, ya sabrás luego de eso.
—Quiero demostrarle a mis papás que soy responsable. —Dije.
— ¿No lo eres? Juraría que eres el chico más responsable con tan sólo verte.
—Para nada. La preparatoria fue una etapa complicada. Me gustaba el alcohol, las fiestas. No fueron tiempos fáciles, tenía que tener buenas calificaciones para entrar a ésta escuela. Casi reprobaba un semestre. —Y es que era todo un desastre, un huracán que arrasaba con todo— Si no fuese porque esta escuela es privada, seguro sería un hippie en estos momentos. —Reímos.
—Y decías que no eras interesante. —Se rio— Así que eras un chico alocado.
—No tan así. —Reí— Por ahora necesito darles una buena impresión a mis papás y no se me ocurre nada.
—Consigue un empleo, se ordenado en casa. ¿Qué es lo complicado? —Dijo sonando como si fuese la cosa más fácil del mundo.
—En primer lugar, el empleo. José, casi nadie contrata a estudiantes, a no ser que sea un restaurante de comida rápida.
—De hecho, mi tío es dueño de una franquicia de Domino's Pizza, trabajo ahí y se necesitan personal. ¿No te interesa?
Claro que me interesaba, después de todo podría aprender algo, ganar mi propio dinero y no ser un zángano para mis padres.
—Lo pensaré. —Le dije— Aunque estoy seguro de que aceptaré. —Me sonrió.
—Presiento que tú y yo seremos buenos amigos durante un largo tiempo.
—Esperemos que así sea. —Reímos— Tu no me has contado mucho, eh —Se rio ante mi acusación— ¿Cómo es que entraste a esta universidad?
—En realidad, soy becado. Mi madre no puede cubrir toda la colegiatura y no había otra escuela con esta carrera, así que encontré esta oportunidad y daré lo mejor de mí —Explicó— Por eso quiero graduarme con honores.
—Ya verás que serás el mejor de la generación. —Lo animé y me sonrió.
[...]
¡Hola hola! He vuelto después de mil años y espero estar aquí un buen tiempo; ojalá pueda contar con su apoyo en esta nueva historia💞
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Mike
Teen FictionBryan es un estudiante de universidad, y quiere demostrarle a sus padres los responsable que puede ser con su vida, ¿o tal vez con dos?