Tenue

19 2 2
                                    

Tenue

Todos experimentamos el miedo alguna vez, de pequeños lo relacionabamos con figuras tales como Freddy Krueguer, Chukky, El coco, La niña del aro o en su defecto cualquier icono de las películas de terror que alguna vez fuimos obligados a ver. Yo, le temía a las arañas, y de pequeño realmente llegaron a protagonizar innumerables pesadillas. En un de ellas, la recuerdo con claridad, estaba en una pequeña habitación cerrada, sin ventanas, sin puertas. Camine al rededor intentando buscar una salida, de la nada las paredes blancas comenzaron a oscurecerse, retrocedí perplejo mientras cientos de miles de añaras inundaban la habitación hasta ahogarme dentro de ellas. Aquel sin duda fue uno de los momentos más aterradores de mi vida, ahora, años después, me produce aun una fuerte ansiedad. Pero con el pasar de los años las personas cambian al igual que sus miedos.
No recuerdo nunca haber sentido tal temor, uno tan intenso como el que sentí en ese momento, el momento en que la estaba perdiendo.

La niebla de disipo un poco a nuestro alrededor, Surgen cayó al suelo jadeando de cansancio y manteniendo como podía la respiración. Yo, temblaba, mientras ella estaba en mis brazos mirándome con ojos llorosos y conmovidos, yo temblaba mientras miraba la herida en su abdomen, mis manos se manchan de a poco con el rojo de su sangre, la misma salia rápidamente apenas visible en nuestra situación, sus ojos buscaban los mios irremediablemente, pues sabia que con la mirada no podría mentirle.

— Se...

Trato de decir en un tono que era apenas audible a comparación del sonido de los latidos de mi corazón.

— No trates de hablar, yo detendré el sangrado y vas a estar bien.

Ella me sonrió, luego se esforzó nuevamente por hablar.

—Puedo... Verlo.— Se quejo de dolor mientras trataba de respirar.—Puedo ver la salida.

Mi corazón dio un vuelco, y tratando de mantener la cabeza fría, tratando de no temblar, de concentrarme, me dispuse a salvarle la vida. Su pulso estaba elevado y su respiración era lenta, tome un pedazo de tela, la que utilizaba para proteger el mapa y la coloque en la herida tratando de detener el sangrado. No funciono.

—Leonen...—Dijo mientras colocaba mi mano en lo que considere el punto de presión más adecuado. — Puedo ver la salida. La estoy viendo ahora...

Seguía haciendo presión a la altura de su axila, el sangrado había disminuido un poco. Surgen se acerco a mi con un rollo de vendaje en sus manos. Lo observe y sin decir nada el se acerco a ayudarme. En ningún momento solté el pañuelo no deje de hacer presión, con la ayuda de mi hermano colocamos el vendaje en la herida, ella respiro despacio.

—Puedo sacarlos de aquí... —Dijo ahora ahogando un sollozó, su voz se quebró instantes antes de seguir hablando,— siempre he podido ver, sin importar lo oscuro que sea, cuando uso la gema.

Mi agarre tambaleo por un segundo luego de escuchar aquello. Surgen permaneció en silencio.

—No lo había hecho...—Volvió a quejarse de dolor.— Porque no confiaba en él...

— Jade ya no hables.— Dije temiendo lo peor.— Debes tratar de guardar fuerzas, volveremos a la torre y te trata...

— No llegaremos a la torre.- Interrumpió. — Estamos al otro lado del bosque... Muy lejos de donde entramos.

Surgen se levanto del suelo y coloco de pie tosiendo. Ella continuo hablando.

— No se que habrá hecho él.—Río. — Pero nos ha llevado bastante lejos de donde estábamos inicialmente.

Venganza - Gems Of Gods #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora