Capítulo 6: Confesiones

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"El náufrago acudió a la llamada"-. escuchaba en la radio el programa del famoso geólogo inglés mientras me encontraba recostada en el sofá, el cuál, estaba repleto de pañuelos. No había parado de llorar desde mi vuelta a casa, todavía dolida por las dolorosas palabras de mi madre. Cogí el último pañuelo y vi como mi hermana entraba a la habitación con su ratón de peluche entre los brazos.

-¡Hermanita¡ ¿Porqué volviste tan rápido?-.dijo bastante feliz

-Al ver su gran sonrisa me sentí mal. Quería contarla lo ocurrido, pero, por otra parte sentía miedo. No podía decirla que su madre podría morir en cuestión de pocos meses.

Entonces recordé la pesadilla que tuve el otro día, aquella en la que mamá se quitaba la vida, y sentí que ésta se podía hacer realidad.

-¿Y mamá?-.dijo

Llena de ira al no saber que decir, me levanté y corrí a mi habitación, cerrando la puerta con un gran estruendo. Noté como Sara me siguió y se quedó en frente de la puerta; seguramente triste por como había reaccionado.

-¿Te ha ido mal hoy en clase?-.dijo

No pude contestar, no quería mentir, pero no iba a pasar toda mi vida así . Así que decidí salir de mi cuarto y la miré fijamente.

-Lo siento por mi cambio de ánimo tan repentino, hoy no estoy de humor para nada, pero no te preocupes ya se me pasará

-Vale-.dijo extrañada por mi cambio de humor

-Y...por cierto, si preguntas por mamá, ella me dijo que se quedaría hasta tarde trabajando

-¡Vale¡

-¡Y ahora vamos a comer¡-.dije tratando de expresar una felicidad inexistente

Comimos las dos solas, las sobras de los días anteriores,algo de pizza. Me encantaba la pizza, pero hoy no estaba de humor para comer ni mi comida favorita, así que tan solo di dos bocados a la porción de pizza y el resto se lo dejé a Sara. Cuando terminamos de comer, Sara fue a casa de una amiga que vivía  bastante cerca, y yo quedé sola en mi casa, tumbada en el sofá como de costumbre. Pasados unos minutos alguien llamó al timbre. Me levanté vagamente y fui a la puerta para ver de quien se trataba

-Por que tú...-.dije al abrir la puerta y ver de quien se trataba

-Vaya, ya veo que te alegras de verme-.dijo Izhan

Suspiré y el continuó hablando

-Tenemos que ir a trabajar

Al oír la palabra "trabajar" cerré la puerta delante de sus narices y me volví a sentar en el sofá

-¡Oye¡-. le oí gritar desde fuera

Cogí los álbumes de fotos que siempre se encontraban en la mesa del salón, delante del sofá y empecé a hojearlos. Me arrepentí de haberlos cogido, al ver que entre ellos había fotos de la boda de mis padres, cuando ellos dos estaban juntos, cuando  papá todavía alumbraba nuestro día a día, y cuando mamá siempre tenía una hermosa sonrisa recubriendo su rostro. Pero ahora no...papá no estaba, y mamá.... se iba desvaneciendo poco a poco. 

Lágrimas empezaron a cubrir mi rostro deseando que todo fuera como antes, pero no, eso no era posible.

Izhan no paraba de llamar al timbre. Cansada, sequé mis lágrimas y abrí la puerta

-Pasa...-.dije sin evitar que mi voz parase de temblar

-¿Qué te ocurre? Estás extraña-.dijo preocupado

-¡Eso es mentira¡

-Si fuera mentira no hubieras estado llorando

-¿Cómo lo..?

Let me flyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora