Pide un deseo, pequeña

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Sábado, 12:00 a.m.
Se me olvidó por completo que había quedado hoy con James, estuve haciendo cosas y lo olvidé.
Estoy estresada, de hecho no sé qué ponerme. Al final opto por un vestido azul sin tirantes, mangas sobre los hombros, un choker negro y sandalias marrones. Salgo de mi casa hacía la cafetería de Starbucks en centro de la ciudad y me siento en un banco a esperar a James.
Me pongo a mirar el móvil cuando ni siquiera me había dado cuenta de que estaba sentado a mi lado observándome y sonriendo.

- Hola guapa— al instante de oír a James sonrío.
- ¡Hola James!
- ¿Entramos?
- Sí.
Entramos, y me pido un chocolate caliente, y él se pide un donut de azúcar, lo cuál me asombra de un chico.

- ¿Crees que estará bueno con chocolate?— señala el donut.
- Pues no sé, creo que sí—  al instante de que oír pronunciar la palabra "creo" metió la mitad del donut a mi tazón hasta el fondo y salpicó el chocolate a su cara. Me reí a carcajadas hasta no poder más.

Estuvimos toda la tarde paseando por la ciudad, riendo y charlando, hasta que acabamos de noche en el césped de un parque acostados mirando las estrellas.
- ¡Mira James! ¡Una estrella fugaz!
- ¡¿Dónde?!
- ¡Ahí!— señalo hasta que localiza la veloz estrella.
- Pide un deseo, pequeña.

No sé en concreto que pedir, pero tengo una pequeña idea. Deseo que mi relación de amistad con James sea buena y llegue a algo más que sólo amigos, mejores amigos. De esos que siempre están ahí para todo, tanto lo bueno cómo lo malo y siempre te sacan una sonrisa en las peores situaciones y puedes contarle todo. Ya que nunca he tenido uno.
- Ya está.
- ¿Qué has pedido?
- No te lo puedo decir, si no no se cumpliría— le guiño un ojo.
- Está bien, pero a la próxima pido yo el deseo.

Son las doce de la noche y James me está acompañando a casa, estoy muerta de agotamiento, ha sido un gran día.
- Bueno, pues muchas gracias por este día tan especial James.
- Pensé que era el único que lo pensaba...— se le nota que está nervioso, se acaricia la nuca.
- De hecho, no eres el único— le sonrío.
- Bueno pues a ver si quedamos más, gracias a ti también.— se acerca dispuesto a darme un abrazo y se lo acepto.
Después de unos minutos abrazados, nos quedamos mirándonos él uno al otro, nos sonrojamos y nos separamos.
- B- Bueno, pues adiós.— sonríe y se despide con la mano.
- A-Adiós James.

Entro a casa y lo primero que hago es soltar un largo suspiro.
¿Qué ha sido eso? ¿Eso lo hacen los mejores amigos? Creo que sí, ¿no? No lo sé nunca he tenido uno...

Después de pensar en lo que acababa de pasar, tirada en la cama, me duermo profundamente. Espero que mañana sea otro gran día.

Queridas Estrellas FugacesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora