Capítulo 7~“Matame si ya no me amas”.Abrí los ojos. Ya no estaba en el mismo lugar. Estaba solo. Rodeado de oscuridad, solo una pequeña luz me rodeaba. Estaba agotado, no pude descansar ni un solo segundo.
Siento que mi alma se me escapa a cada suspiro que doy. Yo como ingenuo que soy me aferro a mi alma. ¿Era mejor dejarla ir?
Sé que no estoy solo. Sé que hay alguien más, pero nunca sabía dónde se hallaba.Podía escuchar los sollozos de alguien.
Cada día que pasa siento que algo dentro de mi se corrompe, poco a poco. Cada experimento que hacen, me sienta peor que el anterior.
Me dolía la espalda a más no poder. Mi columna vertebral se apoyaba en el frío suelo de cemento. Podía ver la luz desde mi sitio. «¿Podía seguir?». No tengo respuesta para eso.
Cerré los ojos. Escuché los gritos de mi querida.
Nos prometimos no traicionarnos el uno al otro pero... ¿Se podrá mantener la promesa? Espero que si. Los gritos seguían y seguían. Pero cesaron.
«¿Tan rápido?». Me pregunté.
La tortura no paraba hasta que no pudiéramos más. Pero esta vez solo han sido un par de minutos.
«¿Se habrá rendido? No creo. Ella es fuerte, más fuerte que todos lo de aquí...Pero ¿y mentalmente? Yo sé que ha pasado por muchas cosas. La pérdida de sus padres, su primer rechazo...».
Sacudí mi cabeza. No,no ella no me traicionaría ¿verdad?
El mundo está en sus manos ¿utilizaría su poder para destruirlo? Solo espero que no.
La puerta se abrió. Giré mi cabeza levemente. «Ya empezamos otra vez».— Oh querido. Estás despierto. Siento todo este escándalo.
Rió levemente.— Deja tus estupideces a un lado.
Respondí con fiereza. Ella volvió a reír.— Si es lo que quieres —. Respondió con su tono amenazador, tan característico de ella. Chasqueó los dedos y unos hombres salieron tras ella, portando sus característicos utensilios de tortura —. ¡Que empiece la fiesta!
La mujer dió unos pasos hacia mi. Yo me quedé inmóvil. Se puso de cuclillas y me susurró —. Después te tengo que presentar a tu amada...
Abrí los ojos sorprendido.— ¡Que la has hecho!
Volvió a reír.— Creo que tu promesa con ella no sirvió de nada.
Después de que dijera eso se fue entre la oscuridad.
Los hombres volvieron a inyectarme el líquido verdoso. Estaba agonizando otra vez. ¿Cuánto tiempo podría estar así? Siento que todo lo que me quedaba se escapaba poco a poco.
Me iba a resistir. Ya no podía pensar en los demás. Ya no. Me han traicionado lo suficiente para que siga diciendo: “Confiaré en ti”.
No podía derramar alguna que otra lágrima. El dolor era demasiado, no permitiré que se lleven mi alma. Nunca.— ¡Ya está bien! Se ve que no aceptará... —. Dijo una voz en los altavoces, era ella... «Zorra». Pensé en mis adentros. ¿Cómo podía hacerle esto a unos niños pequeños? —. Traed a la niña.
Los hombres se retiraron. Dejándome solo nuevamente. «Lamento el día en que te conocí».— Mira a quien hemos traído.
Me levanté costosamente. Levanté mi cabeza. Viendo como ella estaba con una sonrisa genocida.
«Esta no es la niña dulce que conozco».
Ella se acercó a mí con una pequeña daga, y me hizo una pequeña cortadura en mi frente. Y se alejó de mi.— ¿Qué le habéis hecho?
Pregunté.— Que te lo explique ella —. Le dió un pequeño empujón hacia adelante.
— Es inútil luchar. ¿Qué no entiendes? La resistencia ya no sirve de nada sois cuarto personas. Es inútil —. Ella empezó a andar por la oscuridad. Podía escuchar sus pasos, y su respiración costosa —. Puede que seas lo más poderosos, pero nosotros —.Se paró en seco —. Somos más. Rompí la promesa ¿y? Tú puede que renuncies a la resistencia y te unas a nosotros. Entonces —.Se volvió hacia mi, y me miró con esa chispa de fuego que tiene en los ojos. Sus ojos ya no eran castaños, eran de un rojo muy intenso. Y sonrió cínicamente.
— Nunca dejaré a la resistencia. Nunca. ¿Me entendiste? Creí que podía confiar en ti. Pero es mentira... Solo quiero saber una cosa: ¿Por qué nos traicionas ahora?
— ¿Qué por qué? Porque me rompiste el corazón. Te odio —. Esas palabras fueron directamente a mi corazón, ella se acercó a mi, quedando a muy poca distancia —. Escúchame. Somos polos opuestos. Tú agua y yo fuego... Irónico ¿no? —. Ella puso su mano derecha en mi pecho, sus manos estaban ardiendo, era agradable sentir su tacto una vez más. Pero su tacto me dolía, como su amor. Puse mi mano izquierda encima de la suya. Ella gimió de dolor y cerró los ojos...
(...)
Gona abrió los ojos comprendiendo todo lo que acababa de ocurrir. Una chispa en su interior se prendió lentamente. Sara estaba allí, dada la vuelta, viendo el horizonte.
Gona apretó su mandíbula, se sentía brutalmente traicionado por ella y por su otra alma que ella alberga. Gona se tapó la cara, sentía sus escocer, se destapó nuevamente los ojos, pero sus ojos ya no eran marrones, eran un azul apagado. Sin vida.
La otra alma que él tenía había despertado después de tanto tiempo.
Gona no controlaba su cuerpo, lo controlaba su otra alma. Él se levantó y caminó hacia Sara la cual estaba allí de pie.— ¿Por qué?
Preguntó él con rabia e impotencia. Ella suspiró, pero no contestó nada —. Por qué nos traicionaste.— Tú —. Se volvió hacia él, dejando ver sus ojos color rojo como el fuego —. No quieres recordar lo que sucedió verdaderamente —. Ella extendió su mano, para llevarla a la frente de él. Pero "Gona" se alejó bruscamente.
— No me toques. Te odio —. Sara sintió como las palabras de él impactaron contra su frágil corazón —. Yo te amaba... Rompiste la promesa que hicimos hace tiempo.
Respondió él con rencor.— No quieres aceptar lo que pasó realmente... —. Se acercó a él. Sacó una pequeña daga de su abrigo —. Matame si ya no me amas.
Le entregó la daga en las manos, ella podía sentir como su piel ardía por el tacto con él. Agarró su mano con la daga y la puso en su cuello.— Yo soy su arma principal de la hermandad. Si me matas estarán perdidos —. Dijo ella mirando los ojos de él —. Podrás estar a salvo con los demás.
Gona sentía sus ojos los ojos húmedos. Y apretó la daga un poco contra él cuello de Sara, dejando un fino hilo de sangre recorrer su cuello.
— Venga hazlo. Si me odias me hubieras matado ya.
Dijo ella al borde del llanto.
Sus rostros estaban muy juntos, podían sentir la respiración del otro.
Gona alejó la daga lentamente, y se acercó a ella, sus ojos ya no eran azules, eran marrones. Pero los de Sara seguían rojos.
Gona sintió el rozamiento de los labios de Sara.— Esto no es justo.
Dijo él, mientras una lágrima recorría su mejilla.— La vida no es justa.
Respondió ella alejándose de Gona —. Es hora de que vuelvas al mundo real.
Le arrebató la daga de sus manos, él la miró anonadado. Y Sara con frialdad se la clavó en el corazón.— Ya nos veremos. La próxima vez... No tendré piedad en acabar contigo.
Gona miró como ella se alejaba. Gona no podía aguantar más con los ojos abiertos, y los cerró lentamente
Había sido otra vez traicionado por la persona que amaba.———
Hola! Siento no haber subido este capítulo ayer :( no tuve tiempo.
¿Quién creéis que ha narrado el principio?
Os daré una pista:–Salió en la primera temporada de Lágrimas de fuego.
Hasta la próxima 👋
~monii_1127
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Gorinha :Amor ardiente |2°T De #LdF|
Fanfiction[Segunda temporada de Lágrimas de fuego] El amor,el amor puede hacer que pierdas totalmente la cordura,lo poco que te puede quedar,se puede desvanecer en cualquier momento. Pueden ser años,días,minutos o incluso segundos. «¿Todo es verdad?» Es lo qu...