Toxico [2JAE/GOT7]

Capítulo 32

En estos momentos sentía que me moría, habían pasado cuatro días y Jaebum no había dado señales, tampoco contestaba su celular era algo estresante para mi.

Un miedo invadía mi mente, miedo de que sólo me hubiera utilizado para obtener eso de mi, pero por otro lado pensaba que no hubiera estado conmigo todo un año sólo para eso, no sabía que pensar.

Quería verlo, cerciorarme de que todo lo que pasaba por mi mente era erróneo. Unas repentinas ganas de ir a buscarlo aparecieron, pero no quería verme como un completo desesperado.

Sin embargo un sentimiento extraño llenaba mi ser, tenía el presentimiento de que algo estaba pasando. Tome mi teléfono marcando al numero de Jinyoung, sonó tres veces y después contesto.

―¿Que pasa Youngjae? es raro que me llames.

― Perdón por molestarte pero quería preguntarte si no has visto a Jaebum.

― ¿Jaebum? No, no lo he visto desde aquel día ¿porque? ¿paso algo?  

― Es que... no se nada de el― dió una pequeña risa en el teléfono.

― ¿Lo extrañas?―dijo burlándose.

― No, bueno si... estoy mas bien preocupado, hace cuatro días le dije que llegando a casa me llamara y no lo hizo.

― Eso es raro, es mas de estar pegado a ti como garrapata― no dijo nada en un rato― Intentare contactarlo si lo encuentro te llamo.

― Esta bien, gracias Jinyoung.

― De nada, hablamos luego.

― Adiós― me despedí para después colgar el teléfono. 

A pesar de que Jinyoung me dijo que llamaría no podía estar tranquilo, así que sin pensarlo más tome las llaves del auto que mis padres habían mandado a comprarme saliendo de casa decidido a ir a buscarlo, necesitaba una explicación de todo esto.

[JAEBUM]

No tenía idea de cuando había terminado en esta situación, ese mismo día que llegue a casa mi padre llamó a mi celular diciendo que quería hablar conmigo, tenía la esperanza de que quisiera arreglar todo lo que pasó entre nosotros y de lo que intentó hacer conmigo. Que equivocado estaba.

En lugar de eso terminé encerrado en una de las habitaciones de la enorme casa que tenía mi padre en Seúl, junto a Joy, la hija del señor Kim y con la que mi padre insistía casarme.

No había hablado mucho con ella, sólo se quedaba ahí en silencio con expresión decaída, ella tampoco quería esto, lo sabía.

Eche un pesado suspiro al aire acercándome a Joy sentándome a su lado, quería que al menos nos lleváramos bien, ella no tenía la culpa de esto.

―¿Hay alguien esperando por ti allá afuera?― pregunté haciéndola reaccionar de sus profundos pensamientos, sus ojos entristecieron.

―Si...

―¿Como lo conociste?―sonrió con melancolía.

―Es un extranjero, así que lo conocí en mis vacaciones de un mes en Tailandia, es muy lindo aunque parece más chica que yo―rió levemente.

―¿Tu padre lo sabe?―bajo la mirada.

―No, el es del tipo que no le gustan la mezcla entre razas.