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"Quédate en tu lado, idiota" me regañó Luis cuando me di vuelta en la pequeña cama del hotel, no tenían disponibles las habitaciones con dos camas y yo no pensaba manejar más y menos dormiría en el sucio suelo.

"No haré nada, relájate, sólo no te lleves toda la cobija" reí mirando al oscuro techo "Luis, ¿ya estás dormido?"

"No" suspiró "¿mande?"

"Eres feliz ahora? es decir, sin los vídeos y todo eso"

"Claro... "aclaró su garganta" bueno, me agradaba trabajar haciendo eso, pero ahora...ahora, no me quejo" terminó y escuché como se acomodó en la cama. Nos quedamos de nuevo en silencio.

"Luis..."

"¿Qué?" contestó un poco adormilado.

"Lo siento, no debí dejarte así ...debí llamarte diario, debí contarte cuando tenía en mente lo de la empresa, lo siento, Luis, perdóname" todo se quedó callado por un buen rato, cada segundo me dolía más y aunque ahora me sentía liberado necesitaba que Luis supiera que me arrepentía mucho, algunas lágrimas bajaron por mis mejillas mojando la almohada.

"Te perdono" dijo rompiendo el silencio y sentí como me miraba aún en la oscura habitación "entiendo que estabas emocionado por la oportunidad y bueno... después el trabajo te consumió, eso ya no importa, yo te perdoné desde que te vi buscando los números entre esos papeles en mi casa" se acercó a mí recargando su cabeza en mi hombro "tenías una mirada llena de entusiasmo que es muy difícil ver hoy en día, incluso te perdoné al verte sentado en el suelo esperándome fuera del elevador"

"Gracias" sonreí limpiando mis ojos un poco.

Después de un rato en silencio el sueño comenzó a ganarme, supuse que Luis ya estaba dormido, cerré los ojos y en un movimiento rápido sentí como Luis se abrazaba a mí, aferrándose a mi pecho.

Normalmente despierto un poco alterado, quizá las pesadillas del último mes no me han dejado dormir mucho, eso y mi insomnio, como sea, esta mañana no fue el caso. La tenue luz del sol se colaba por las cortinas de la habitación llegando hasta mis ojos sin ser molesta, admiré cada parte del pequeño cuarto, la ventana empañada, las cobijas revueltas y un bonito hombre a mi lado, ¿en serio me había abrazado toda la noche?

"Gabo" murmuró con sus ojitos aún cerrados "¿a qué hora nos iremos? tengo que darle clases a una niña por la tarde" musitó.

"Cuando quieras, puedes ir dormido en el auto" sonreí y él me liberó de sus brazos para levantarse medio dormido aún. Lo seguí y tomamos nuestras cosas que la verdad sólo eran nuestros zapatos, celulares y sudaderas.

Afuera aún estaba helado, subimos al auto rápidamente, encendí el auto y Luis puso el aire acondicionado, pero aún así lo vi temblando así que decidí darle mi sudadera.

"Te congelarás, Gabriel" afirmó pero al mismo tiempo se la ponía "gracias"

"No es nada" sonreí y empecé a conducir.

"La verdad no me agradan los niños, no me gusta enseñarles, si a ellos les aburre créeme, a mí más" confesó con menos frió, sinceramente no sabía si sonreír por qué estaba confiando en mi, o ponerme triste por él "no tienes que decir nada, supongo que está bien, gano lo suficiente para vivir" bufó

"Estoy aquí por eso, Luis" fue lo único que logré decir, estaba haciendo un plan en mi mente, quizá un poco apresurado pero qué más da, el tiempo es algo que no regresa ni se puede comprar "Luis, ¿podrías enviarle un mensaje a Fede y pedirle la dirección de Criss? por favor" dije desviándome de mi ruta inicial y entregándole mi celular.

"Gabo, por aquí no es" Luis mantenía el celular en sus manos con medio mensaje escrito y mirando fuera "¿Gabo?"

"Iremos a buscar a Cristhian"

"¡Pero mi trabajo!, tengo una renta que pagar, te recuerdo" subió un poco su tono y yo reí "¿qué?"

"Ya no tienes que dar clases, ahora tienes un nuevo trabajo, claro si te interesa puedes trabajar conmigo"

"¿Me contrataste?" hizo unas comillas con sus dedos.

"Sí, bienvenido" soltó una dulce risa aún con el rostro confundido "yo pagaré tu renta, comida y lo que necesites"

"Wow, wow, yo iba a hacerlo sólo por acompañarte, no necesito que me des todo eso" dijo sincero.

"No quiero que lo tomes a mal, Luis, te necesito en esto y no quiero viajar solo, incluso creo que me agradas" reí y él me gruñó "bueno, ya, me agradas mucho..." lo miré de reojo, estaba muy sonrojado, no quería ponerlo más nervioso, así que sólo seguí conduciendo.

Luis no se quedó dormido esta vez, lo que nos dio mucho tiempos para hablar del pasado, de lo que vivíamos ahora y compartimos uno que otro plan personal para un futuro, él quiere una familia, de eso está seguro, yo no, los niños pequeños y yo no nos llevamos bien, aunque hago una excepción con mis sobrinos.

"Espera, ¿cómo es que sólo has tenido una novia desde que terminamos?" rió.

"Bueno...no lo sé, no había nadie interesante y el trabajo no me daba mucho tiempo para salir y conocer gente y ahora que tengo el tiempo simplemente no me interesa una relación" suspiré y Luis dejó de sonreír "después de todo, yo no puedo prometer que siempre estaré al lado de alguien por más enamorado que pueda estar"

"Claro que puedes, no es tan difícil serle fiel a alguien"

"No me refiero a infidelidad..." murmuré.

"¿Entonces?" cuestionó curioso, más que de costumbre "¡oh, mira, ahí es la casa de Criss! te dije que sé usar Google maps" rió y en cuanto me detuve bajó emocionado. Yo sólo me quedé ahí, sentado con mi celular en las manos terminando de leer el mensaje de mi doctor.

Gabriel, has faltado a dos citas, necesito que estés bajo revisión constante y no abuses de las pastillas que te di, son sólo analgésicos. Es tu decisión continuar el tratamiento o no, pero cada segundo es vital, te lo digo como amigo, cuídate

way [luisabo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora