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Años después

"Gabriel, quieto, deja que te ponga los calcetines"

Wero corría detrás de su pequeño hijo de ojos azules y cabello castaño que se negaba a vestirse para acompañar a su papá a ver a su tío.

"¿Seguro que quieres que vaya contigo? Rió su esposa, atrapando a Gabriel y poniéndole los calcetines y zapatos con dulzura "ya sabes cómo le dan miedo los insectos y ese lugar es un bosque"

"Ya lo superará, además es un lugar tranquilo y lejos de todo el ruido de la ciudad, tú tranquila, lo cuidaremos" cargó al pequeño y besó a su esposa para después ir a subirlo a su camioneta y ponerlo en su sillita.

"¿Papi, va a ir alguien más? Preguntó viendo a su papá manejando.

"Sí, ya lo conoces, y después iremos a casa de Fede y podrás jugar con sus hijas y el hijo de Criss, ¿Qué dices?"

"¡Shi!" Sonrió contento achinando sus bonitos ojos.

Llegaron al lugar tiempo después, realmente muy pocas personas deseaban llevar los cuerpos de sus familiares ahí por la lejanía del sitio y que era poco conocido, pero a Gabriel siempre le encantaron ese tipo de lugares. El pequeño Gabriel se había quedado dormido así que Wero despertó con delicadeza.

"¿Ya...ya llegamos, papi? Preguntó adormilado.

"Sip, ven, no te separes de mí, me costaría mucho encontrarte" el pequeño rió bajito y se tomo de la mano de su papá para comenzar a adentrarse, ahora había algo nuevo, una pequeña caseta de donde un guardia salió sonriéndoles.

"Buenos días, ¿vienen a visitar a alguien o están perdidos?" a Wero le sorprendió mucho que alguien hubiera pensado en poner seguridad a este lugar, pero no le molestó, así podrían evitar que alguien dañara las lapidas.

"Bue...nos días" saludó el pequeño tímidamente, sus papás le habían enseñado que debía saludar siempre, Wero lo miró totalmente enternecido.

"Sí, eh, ¿quiere que le dé el nombre?" el hombre asintió y tomó una pequeña lista de la caseta "Gabriel Montiel" el oficial lo encontró rápidamente y enseguida le abrió la puerta del lugar a los dos visitantes que entraron, Gabriel estaba asombrado, nunca había estado en un lugar tan bonito.

"Oh, por cierto, me alegra saber que ya hay alguien cuidando este lugar" le dijo Wero al oficial sonriendo.

"No estoy aquí para cuidar las tumbas, hace un tiempo un chico se perdió en el bosque y quiso lanzarse desde una sima, así que cuido que eso no se repita" el hombre rió un poco y Wero tragó saliva ruidosamente y también rió nervioso. 

 

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Imaginen algo así

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way [luisabo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora