Wero se dio la vuelta cuando el guardia entró en la caseta de nuevo y se comenzaron a adentrar en aquel colorido lugar, sólo había ido una vez y fue por acompañar a Luis, pero era tal como lo recordaba y sin problema recordó donde estaba ubicada la lápida, caminaba junto a su pequeño Gabriel que corría alrededor de su papá admirando cada cosa que se encontraba, todo era tan nuevo e intimidante, ¡esos árboles eran incluso más altos que su papi!.Finalmente divisó la tumba blanca debajo de un gran y viejo árbol, ahora con un tono verdoso cubriendola.
Un hombre estaba de frente a la lápida blanca, Wero lo reconoció rápidamente y una sonrisa se formó en sus labios mientras Gabriel seguía distraído jugando con una florecita que había encontrado en el camino.
"¿No te da pena que por tu culpa le hayan puesto seguridad a este lugar?" preguntó riendo y sin moverse de ese lugar.
"No se hubieran enterado si tu no hubieras llamado como loco a todos los policías del país por que tu amigo se había perdido" el hombre volteó a verlo y le sonrío.
"¡Tío, Luis!' Gritó Gabriel saliendo de entre un arbusto con hojitas por todos lados y saltó a los brazos de Luis.
"Gabriel, te extrañé, sobrino favorito" habló dulcemente cargando al niño y dándole vueltas.
"¿Soy tu favorito?" preguntó curioso y Luis asintió "¿por qué?" sus ojitos brillaban.
"Por qué te ríes de mi malos chistes" ambos rieron y Luis lo dejó con cuidado en el suelo "mmm, te gusta la historia tanto como a mi"
"¿Qué más?" ese niño era una máquina de preguntas.
"Le gusta tu nombre" dijo Wero despeinando a su hijo una vez estuvo cerca.
"Oh, sí, me gusta tu nombre" afirmó Luis suspirando feliz y volvió a poner sus ojos en la lápida, Gabriel no entiendia muy bien eso.
"Pequeño, ahí está tú...digamos otro tío" explicó Wero y el ojiazul le puso atención "él también se llamaba Gabriel, por eso tu nombre"
"¿Y no lo conocí?" preguntó algo triste.
"No, él ya no estaba cuando tu naciste, ¿pero sabes algo? a veces pienso que te pareces mucho a él en algunas cosas, él era muy bueno jugando fútbol" el menor sonrió "era igual de valiente que tú, pero adivina qué, ¡le tenía tanto miedo como tú a las inyecciones!" dijo divertido causando que Gabriel y Luis rieran.
Gabriel se acercó con cautela a la lápida y le sonrío "me hubiera gustado mucho conocerte...igual y no sé mucho de ti, pero un día le pregunté a papá como se veía el amor" murmuró con cierta vergüenza "me mostró una foto de mami y él y una del tío Luis abrazando a alguien más, ahora sé que ese eras tú, y la verdad si así luce el amor...creo que es aún más bonito que todas las dulcerías del mundo juntas"
"Gracias por no dejarme saltar" le susurró Luis a Wero con unas lágrimas en sus mejillas pero sonriendo.