Don't Let Me Go || L.S

18; "Pájaros en Jaulas"

La música suena a través de la cafetería, hay una chica cantando con una guitarra, la canción no la reconozco así que supongo que ella la habrá escrito, puede que haya unas treinta personas dentro.
Estoy nervioso y hace cinco minutos que estoy viendo afuera de ella para ver si reconozco a alguien, si puedo identificar a Douglas, no. No veo a ningún tipo con cabello largo y con los ojos desviados por los porros que se ah fumado.

Es una característica que note mucho en Douglas es decir tal vez sus ojos siempre están brillosos y con esas grandes ojeras bajo de ellos, no se si sea el efecto de la marihuana, no tengo ni idea o sea un efecto permanente que te da por fumar demasiado, el caso es que siempre parece estar perdido si no lo notas bien podrías decir que te está ignorando, pero no, el te escucha cuando hablas sólo que tal vez no le gusta hacer contacto visual.

Tomo valor, agarro la perilla de la puerta y la abro haciendo que esa pequeña campana dorada suene, nadie me pone atención así que sólo busco un lugar donde sentarme alado de una chica rubia y me siento a ver el pequeño espectáculo enfrente mío.

Todos tienen una taza color roja en sus mesas, algunas dicen una frase en blanco que no logro identificar, la chica a mi lado tiene una cerveza así que no podría identificar cuál es, algunas están grabando, y otras sólo disfrutan la melodiosa y empalagosa voz de la chica, es bastante linda en realidad, no es para nada delgada, usa lentes de pasta y tiene el cabello castaño que cae como cascada sobre sus homoplatos tiene las mejillas rojas lo cuál le hace ver adorable, si en definitiva es linda.

—Puedo servirle algo—
Habla la voz de una chica sobresaltandome un poco, me giro y pido un café susurrando un poco para que nadie ponga su atención en mi ya que está casi en silencio sólo por la voz de la chica de fondo, y creo que aún no es tiempo de que Douglas descubra que estoy aquí, si es que en realidad el viene a este "club" si así le podríamos llamar.

Ella se aleja con un "enseguida", despejó un poco mi mente disfrutando y relajándome por un momento desde que eh entrado a la universidad, es que si hacemos un resúmen de todo lo que ah pasado, nisiquiera yo me lo puedo creer que este involucrado en tantas cosas, primero está Harry que cambio por completo la forma en la que veía mi vida, es realmente una persona hermosa, amable, cariñosa y sus ojos son tan verdes, sus rulos son tan suaves, que diablos no se si estoy enamorado o que me está pasando pero en definitiva si Harry me pidiera casamiento ahora mismo diría que si sin dudarlo, él tiene algo que me ah revuelto las entrañas; y no de una forma mala, si no que me encanta cómo me trata, no es como el trato de Niall en el que bromeamos y aveces sale un pequeño comentario de que quiere estar conmigo toda la vida -si la otra vez dijo todo eso- pero me lo tomé muy bien y le respondí de la misma manera por qué es mi mejor amigo y no lo cambiaría por nada. Realmente me siento la persona más afortunada por tenerlos, pero también está Liam, mi consejero nocturno hablando y hablando sobre lo bueno que es estar en la universidad, lo bueno que están los chicos del equipo aunque claro "nunca los acosa" pero que es todo un placer verlos bañarse alado de el ya que siempre me dijo "deberías volver a entrar así podemos darnos un taco de ojo juntos" consideré la propuesta pero no es cómo que tenga un novio tan posesivo que también me cele con mis amigos, no para nada. Aparte está Mike Dios Mike da los mejores abrazos del mundo y su cabello es tan...

—Sabia qué vendrías—
La piel se me eriza al sentir unos labios haciendo contacto con mi oreja, me giro un poco brusco y a unos metros de mi cara está Douglas con una sonrisa de wason, la cual no pasa desapercibida por mí.

—Eh sólo eh venido a ver el espectáculo y-ya sabes— tartamudeo un poco y levanto mi taza de café que no me había dado cuenta ya me habían traído y lo llevo a mis labios

—Me parece genial, y que coincidencia que siempre venga aquí ¿No?—
Trago en seco y dejó la taza en la mesa

—No sabía que venías aquí—
Rueda los ojos en modo de fastidio y me siento algo estúpido por la forma en la que reaccionó, aunque aún no me entra lo que acaba de decir "Sabía que vendrías".