Resplandor en la tormenta.

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La alarma del teléfono suena a las seis de la mañana. Tardo un poco en espabilarme y darme cuenta de que me dormí anoche sin acabar el capitulo de la isla misteriosa que quería acabarme. Abro la persiana y solo entra la claridad de la calle. Vuelve a llover con fuerza y mucho viento. Lo normal en enero. Pongo mi mano en mi nuca para calentarla y me dirijo al cuarto de baño. Me despierto por completo cuando el agua caliente me toca la espalda.
Cuando termino de asearme cojo una camisa cualquiera y unos vaqueros negros. Hace mucho frío así que me pongo mi chaqueta de orejas de gato que es muy calentita y me pongo un chaquetón grande que no se moje con el agua. Parezco un muñeco michelin. Trato de ponerme el pelo mas o menos decente pero parece como si me hubieran frotado un globo.
Salgo corriendo hasta la estación y seguidamente hasta mi instituto. Hace mucho frío y pensé que correr me ayudaría pero ni de coña.
Al entrar dejo el chaquetón en el perchero y me frotó las manos. Nakami y Subaru, las dos únicas personas de mi clase que me hablan, me llaman en cuanto entro y Nakami corre a mi encuentro.

-¡Yuki-san!- salta encima de mi y me abraza. Hago una mueca y la abrazo.

-Esta lloviendo a cantaros, espero que hallas llegado sin problemas- comenta Subaru- en tu cuarto día de clase no te puedes ahogar en la calle.

-Estoy bien, la mayor parte del camino la paso en el tren así que no te preocupes.

-Pero avisame y te traigo que vivimos cerca-se queja Nakami.

-No me gusta molestar a nadie.

-Si no molestas tonto.

La puerta se habré de golpe y le da a la pared. El ruido me tapona un oído, que brutos.

-Ten cuidado que rompes la puerta.

Dice uno de los chicos que entra a la clase. Él chaval de pelo azul claro mira la pared por si acaso le ha pasado algo. Sigue viva. Uno de ellos me mira y se vuelve a los demás. Hablan entre ellos y seguro que es de mi. Un chico de pelo negro alto mira en mi dirección y hubiera jurado que no lo he visto desde que entré.

-¿Quien es el nuevo?-pregunta.

-Yashiko Yukinayo no el nuevo-respondo borde.

-Que pequeño ¿no? ¿Seguro que no te has escapado de la guardería?

Miro hacia el único ojo rojo que no esta tapado por el pelo.

-Seré pequeño pero acabas de demostrar tu falta de cerebro con un comentario tan infantil así que si tienes algún problema y acabas de verme pues pobre de ti.

-Tiene genio el gato- saca una media sonrisa que me provoca inconscientemente un escalofrío- veremos cuanto aguanta.

Suena el timbre y comienza la clase. ¿Que se habrá creído? Luego soy yo el borde. Para colmo esta sentado detrás de mi. Que divertido.

Acabadas las clases recojo mi chaquetón y rezo para que no siga apretando la tormenta pero hay hasta relámpagos así que no sirve rezar. Salgo de la estación a todo correr mientras me resguardo del frío y del agua.
Algo brillando en la acera llama mi atención. Me debato un segundo entre acercarme a ver que es o seguir corriendo hasta casa. Me puede la curiosidad. Voy corriendo a la acera y un anillo dorado brilla,no solo por su color, también por el brillo de la lluvia. Lo recojo rápido salgo corriendo para resguardarme de la lluvia. Algo de este anillo me atrae. Lo mirare mas de cerca en casa.

El camino al infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora