Caliente relajación.

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Despierto en mi cuarto. Cuando miro el reloj son las nueve. Ahora que recuerdo ha sido un día de sucesos y siestas. Hoy he sido parte marmota. Noto algo en mi barriga y cuando muevo mi cabeza veo a Kum. Me giro manteniendo su brazo en mi cintura. Rozo su mejilla con mi mano y luego le acaricio. Quito el flequillo que puedo de su cara y no me di cuenta de en qué momento se quitó la pinza del pelo. Sólo se que cuando entramos en el portal ya no la tenía. Pero no puedo apartarle todo el pelo. Le toco los labios con el pulgar y los noto un poco secos. Con mi otra mano le acaricio el pómulo del ojo. Su padre murió por defender a su hermana. Quiero contárselo todo, quiero que lo sepa todo. Y tengo que mentalizarme de todo lo que tengo que hacer. Pero no puedo contarselo. Lo que no se, es si él estará conmigo en todo lo que puede pasar. Vuelvo a intentar apartar su flequillo para poder verle pero sigo sin poder. Entonces abre los ojos.

-Me vas a arrancar el flequillo.

Levanta la cabeza y se echa el flequillo para atrás.

-¿Estabas despierto?

- No he dormido. Cuando acabaron los polvos te quedaste dormido así que te traje aquí y me quedé acostado contigo.

-Tu...-dudo un segundo-¿lo has visto?

- No. Sólo podías verlo tú lo único que vimos fue que los polvos te levantaron en el aire y luego te soltaron. Si no quieres decirme que había no tienes que hacerlo.

-Quiero hacerlo, pero te aviso de que es muy raro y te incumbe a ti también.

-¿A mi?

- Más o menos. Mi madre me ha contado todo lo que pasó desde que se convirtió en reina. A ver... Cata y el otro chico están juntos. Cata quiere acabar con los medio humanos medio ángel y medio humanos medio demonio. Y el otro quiere gobernar a los humanos. Mi madre fue envenenada por Cata, un veneno que me mataría en cuanto me tocará pero mi madre lo evitó aún así ella murió de eso. Cuando vio que yo tenía más poderes de lo normal supo que yo podría vencer a Cata así que le pidió a Ikia que me convertiera en príncipe y le pidió que buscara a alguien para que me entrenara. Y ahí entras tú. La primera y única vez que fui jugué con un demonio de siete años con mucho poder.

Sonrio.

-Adivino ¿tu y yo jugábamos de pequeños?

-Solo una vez pero técnicamente...-se rie-mi madre e Ikia lo planearon todo para que tu fueras mi protector. Cuando murió tu padre mi madre se encargó de buscaros un lugar seguro a través de Ikia y le dijo a ella que os protegiera. Supongo que Ikia hizo que yo encontrará el anillo. Lo que no entiendo es que si mi magia se notaba desde que cumplí un año por que nadie me encontró ¿hasta que tube el anillo?

- El poder se nota, tengas el anillo o no. Pero a ti te debieron de hacer un hechizo o algo así por que tu poder empezó a hacerse visible cuando te pusiste el anillo. Pero yo no lo vi hasta que te vi el anillo. Era tan fuerte que no lograba ver de quien era. Sabía lo de que Ikia nos protegía pero dejó de hacerlo cuando cumplí quince puesto que tenemos más vecinos demonios y ángeles y no había nada que dijera que volverían a por nosotros. ¿Te ha contado algo sobre mi famia?

- No-respiro hondo y siento una puñalada en el estomago-solo eso.

Hago una pausa y siento unas enormes ganas de llorar. Pero antes de dejarme suspiro y le miro.

- Mi madre me dio a elegir-me incorporo-ser un príncipe y vencer a Cata o alejarme y vivir hasta que me cojan.-Se incorpora- quiero ser un príncipe y que la gente este a salvo-suspiro- el problema es que intentarán matarme de todas las formas posibles y la gente a mi lado estará en peligro. No quiero que ni tu ni mi tía estéis en peligro.

-Tu tía es humana, no le harán nada. Y no pienses que te voy a dejar sólo.

Le miro, dudoso.

- No voy a dejarte afrontar todo esto sólo-me acaricia la mejilla-ademas soy tu protector y yo elijo en qué problemas me meto. Cata mato a mi padre y también a tu madre, no es sólo tú venganza.

-Sin darme cuenta he pasado de ser un chico de diecisiete años normal a ser el príncipe ángel que tiene que matar a una psicópata asesina.

- Por ahora no está pasando nada de eso así que deberías relajarte.

Se acuesta y acaricia mi espalda. Ha decidido quedarse conmigo y realmente no se si eso es bueno o malo. Me hecho hacia atrás y su mano queda peligrosamente cerca de mi trasero. Me pongo de cara a el y le miro fijamente. Se ha levantado el flequillo. A pesar de todo el miedo que siento y de todo lo que le e contado sigue estando en calma y trata de que yo lo esté. Mi pecho va a mil al mirarle. Estoy muy enamorado de él.

-¿Puedo besarte gatito?

Sonríe coqueto y yo tiemblo. Me acerco a sus labios y los toco un segundo. El emite una especie de gemido y su respiración se acelera. Uno sus labios con los míos e inmediatamente él encuentra el camino con su lengua. Le empujo el hombro y le coloco boca arriba. Me siento encima de sus caderas y le beso. Él se incorpora y me aprieta contra el. Sus labios están ardiendo y noto su pulso en cada parte de su cuerpo que me toca. Respira con dificultad y noto que hace un gran esfuerzo para no dejar de besarme. Es como una carga eléctrica. Sus manos se aferran a mi camiseta y me derrito en sus brazos. Vuelvo a notar el esfuerzo de su respiración y aparto la cara.

-¿Que..?-dice algo decepcionado y preocupado.

-Respira, no estabas respirando.

Suelta una risita y apoya la cabeza en mi pecho.

-Creí que te habías arrepentido.

- ¿De que?¿De besarte?-le levanto la cabeza y veo una mezcla de alivio y miedo en su mirada-¿por qué iba a arrepentirme de besar a mi novio?

Abre los ojos como platos y en cuanto yo sonrío él me acompaña. Se tumba y me tumba sobre su pecho. Nos quedamos un rato mirándonos. Mirando a esos preciosos ojos intensos.

-Novio-me da un suave beso en los labios-suena bien, soy el novio de un príncipe ángel.

-Y yo el novio de un demonio.

Le doy un beso en la mejilla y él cierra los ojos.

-Te han dicho alguna vez que para ser tan chico tienes mucho culo.

No puede ser. Escondo la cabeza en su pecho y me río de pura vergüenza. Levanto la cabeza y me muerdo el labio.

-Puede que si me lo hayan dicho, una amiga pervertida que piensa que tengo culo de estrella porno gay.

-¿Te apetece que lo comprobemos?

-Aún es pronto para comprobarlo.

- No, para el sexo es pronto, pero hay otras cosa que podemos hacer para comprobarlo.-Dice con una sonrisa coqueta que me derrite.

-Sorprendeme.

Se gira de inmediato y se coloca encima mía. Me da la vuelta hasta ponerme boca abajo.

-¿Cuando vuelve tu tía?

Dice con la boca en mi cuello y mi cuerpo se calienta cada vez más.

-A las tres de la mañana.

-Genial.

Mi piel se pone de gallina. Levanta mi camiseta y acaricia mi espalda pasando su mano por encima del pantalón cuando llega a mi trasero. Me muerdo el labio para no hacer ningún ruido. Pero no puedo evitar gemir cuando sus labios se posan en mi espalda. Su lengua cálida me recorre toda la espalda. Noto mi corazón a mil. Agarra mi pantalón y lo baja junto con mis calzoncillos. Noto sus dedos al bajar mi pantalón y agarro con fuerza mi almohada. Aprieta mis nalgas con ambas manos y yo gimo. Noto sus labios rozando mi nalga derecha e inmediatamente siento la presión de sus dientes. Noto calor y una presión en el estómago me envuelve. No duele, ni es molesto, es totalmente embriagador y adictivo. Dejo caer la cabeza en la almohada. Me siento mareado y excitado y es como si mis sentidos se volvieran locos. Es un frenesí suave que me gustaría que fuera más intenso. Separa despacio sus dientes y me besa y muerde despacio por todo el trasero. Se tumba encima de mi espalda y agarra mis manos apretadas a la almohada. Gimo y besa mi cuello.

-Tu amiga tiene razón, tienes el culo que desean todas las estrellas porno.

Sonrío.

El camino al infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora