Querida yo Antigua.

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Querida yo antigua:

Esta carta la escribo para la persona que fui hace mucho tiempo, que fui y ya no soy ni seré.

¿Qué te pasó? ¿Por qué te fuiste así sin más?

Realmente creí que siempre seguiría todo igual; con esa forma de ser alegre, bondadosa, con buen humor todo el día, risas abiertas y el corazón dispuesto a querer y entregar amor.

¿Qué pasó con todo eso?

Ahora queda puro disgusto, frustración, pesimismo, sonrisas tenues, seriedad, pensamientos duros y críticas para todo.

Recuerdo que te encantaban los colores vivos y brillantes, compartir momentos con amigos y risas llenas de diversión sincera, tener el corazón abierto en todo momento sin tener un muro para protegerlo.

¿Qué pasó?

Ahora te veo de lejos, encerrada entre tanta oscuridad, viendo el suelo y sólo aceptando que ya no puedes salir y volver a ser lo que eras.
¿No extrañas a tus amigos? ¿No querés volver a sonreír y disfrutar? ¿No te gustaría volver a querer abiertamente sin esconder tus sentimientos?

No, ¿verdad?
Ya no querés nada de eso, y por esa misma razón te encerraste y no intentas salir, te diste cuenta que las cosas y personas cambian, que no todo siempre será igual.

Esos amigos que tenías ya no están; ahora se drogan y se dedican a otras cosas que a vos no te agradan, por eso te alejaste.

Esos momentos de risas que tuviste con ellos desaparecieron; ya no podes volver a tenerlos, porque aquellas personas ya no están.

Esos compañeros del colegio con los que la pasabas bien aunque fuera en un lugar que no te agradaba del todo; ahora ya no están ni cerca; optaron por crecer demasiado rápido y ahora todos tienen hijos, mientras vos te quedaste atrás.

Pero, ¿fuiste vos la que se quedó atrás, o ellos corrieron demasiado rápido?

Esos momentos en familia que ya no van a volver; tus padres están separados y aunque se llevan bien y no te afecta, antes en el fondo deseabas que siguieran juntos.

Esos momentos con tu hermano, en donde jugaban juntos y no habían peleas; ahora él ya tiene novia, hace cosas con las que no estás de acuerdo y apenas se hablan.

Ahora... solamente te queda ver desde tu encierro a la nueva yo, preguntándote por qué todo cambió tanto.

Te sorprende que ahora prefiera los colores oscuros y fríos.

Que me tiña de colores fantasía el pelo cuando antes lo cuidaba demasiado, pero que ahora me lo arruino con puros químicos.

Te confunde el hecho de que ahora me ves evitando cualquier tipo de relación con alguien, alejándolo al instante cuando antes me encantaba tener amigos y estar rodeada de personas.

Te desilusiona saber que pienso cosas que antes nunca habían siquiera pasado por mi cabeza, cosas que en estos tiempos no son tan locas pero que no tienen nada de "sano" tampoco.

Odias verme tan sola, porque recordás que antes habían muchas personas a mi alrededor con las cuales compartía momentos de risas, disgustos y alegrías.

Odias que prefiera estar sola en mi cuarto que afuera con amigos.

Te llama la atención el saber que mi amor por los perros fue cambiado por amor a los gatos, porque sabes que con ellos me identifico más ahora.

Te preguntas por qué ahora me dedico a escribir en solitario o a dibujar cuando antes odiaba esas cosas.

Te gustaría saber en qué momento cambió todo.

Te gustaría saber en qué momento NUESTRO corazón se quedó detrás de un muro evitando que la gente pase y que los sentimientos salgan.
Te preguntas si es sano todo esto, si el tremendo cambio es necesario, pero debo decirte, que lo es.

Para mi lo es, porque descubrí cosas que antes ignoraba, formas de vivir que nunca tomé en cuenta, y medidas de autoprotección para evitar el daño que ya me han causado.
Entonces, en ese momento, lo entendés y decidís: dejar todo como está ahora.

Y muchas veces pienso en sacarte de tu prisión para que vuelvas, pero luego me arrepiento y finalmente no lo hago, aunque son muchas las veces en las que tengo la intención de hacerlo.

Vos ya sufriste, y lo sabes, por eso mismo ahora te sentís más segura dentro de tu encierro, porque nadie puede acerte daño ahí dentro. Optas por dejarme llevar adelante las cosas a mi, porque a diferencia tuya, mi forma de ser ahora evita el sufrimiento y sé que si hay una persona que puede hacerme daño, soy yo misma.

Pero no te preocupes, porque eso jamás va a pasar

Si hay algo que no desapareció pero que si aumentó, fue el amor propio, y eso me prohíbe hacernos daño.

Así que, antigua yo, no te preocupes por nada y quédate en tu lugar seguro, que yo voy a cuidar de nosotras.

Vos solamente observa.

Atentamente, la nueva yo.

Mente SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora