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𝙏𝙤𝙢 𝙍𝙞𝙙𝙙𝙡𝙚 "𝙍𝙤𝙩𝙤"
El muchacho sonrió victoriosamente, su plan habia salido a la perfección y ahora en sus manos tenia la diadema de Ravenclaw. El corazón de Tom sentía algo de culpa por haber usado el hechizo Imperius en su novia para lograr su cometido pero también se hinchaba de orgullo por lo logrado.
Aly se despertó con un leve dolor de cabeza en la habitación de Tom, se levantó y salió del cuarto hacia la Sala Común donde estaba el muchacho, lo vio y se sentó a su lado tomando una de sus manos y jugando con aquel anillo particular que llevaba siempre.
-Hola cariño- Aly saludo como le fue posible por el dolor y seguido le dio un pequeño beso en los labios.
-Hola- Contesto sonriente haciendo que el reflejo de las llamas del fuego lo hagan ver aterrador.
-Estas muy feliz ¿Sucede algo?
-Sucede que conseguí lo que quería y ya no te necesito- Respondió burlón zafándose de su agarré.
Los ojos de Aly se cristalizaron mientras trataba que no salieran las lagrimas, sintió como su corazón se volvía polvo y no había cura. Se levantó de su lugar rápido y se acerco a un estante mientras trataba de hablar, no quería que la viera así.
-No me puedes hacer esto Tom- su voz salió desgarrada y dijo algo que nunca le había dicho -Yo te amo- Sollozó.
-Si puedo- Se paro y camino hasta el pie de la escalera observando a la chica con superioridad- Solo fuiste un juego para mi cariño.
Dicho eso subió hasta su habitación escuchando el gritó de dolor que daba la muchacha. Le había roto el corazón a su Aly, lo sabia muy bien, el también lo tenia roto en ese momento y lo peor de todo es que no pudo decirle lo que en verdad quería.
Suspiró con fuerza, guardo la diadema en una caja y se acostó en la cama, giro su cabeza a la derecha donde estaba su mesita de luz y vio reposando en ella una foto de Aly y él abrazados. Tal vez el único recuerdo que haya en vida de él siendo feliz.
-También te amo Aly, pero si te tengo a mi lado nada saldrá bien, espera hasta que tenga el mundo a mis pies y solo seamos tu y yo- exhalo tratando de no llorar -Solo tu y yo.
Lagrimas empezaron a salir de los ojos de Tom, al saber que por su plan algo debía dejar atrás, su amor.