Normal y Perfecto

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Camino de noche por la calle.
No se adonde me dirijo.
Voy solo.
No hay nadie por las calles que atravieso.
Solo que a la distancia logro divisar entre los matices blanco y negro de la noche, a una chica. No la reconozco.
Pero ella se da vuelta.
No logro ver bien su cara.
Pero me acerco a ella.
Ella me espera.
Cada vez acelero mas el paso porque siento que ella rápidamente se desvanecerá en la oscuridad.
Estoy a solo unos metros de ella y aun así no logro ver su rostro, es borroso.
Ella se da media vuelta y comienza a caminar a paso rápido.
Esta huyendo de mi.
Logro alcanzarla y le tomo la mano para impedir que siga caminado.
El solo rose de su piel con la mía provocó una luz tan intensa, que penetraba mis ojos, que iluminaba toda la noche y lo dejaba todo en un simple blanco. Ella brilla con tanta intensidad que cegaba mis ojos por completo.
- ¡Adam!- Alguien clama mi nombre desde blanco el cielo.-¡Adam!- Esta vez suena tan fuerte que logra disipar a la chica y su luz, ella se esfuma y susurra Recuerda.

Despierto.
Mi hermana estaba al lado mío. Casi gritandome.
- ¡Adam tu alarma ha sonado tres veces seguidas! ¡Llegarás tarde!
- Bien Eleanor gracias.
- Solo levantate y baja a tomar desayuno.
Dio media vuelta en dirección a la puerta y salió.
Ella es mi hermana menor  Eleanor de 7 años. Suele servirme de despertador. De consejera y la amo por sobre todas las cosas. Pero ella tiene una fobia con que la toquen, con el contacto físico. Así que no puedo abrazarla cuando llora o simplemente porque es mi hermana.
Me dirijo al baño, me pongo frente al espejo y comienzo a lavarme los dientes.
Bueno mi nombre es Adam Wayland, tengo 18 años. Realmente soy feliz con mi vida, con lo que me ha tocado vivir, una vida perfecta.
Físicamente soy un chico alto, de pelo castaño, piel tostada y ojos verdes pardo.

Termino de lavarme los dientes, voy al armario, me pongo un polera y unos pantalones, me pongo mis Converse. Bajo la escalera casi corriendo a la cocina, están ya todos sentados tomando desayuno, me siento y mi mamá se para de inmediato y me sirve uno waffles.
- Buenos días Adam - Con una gran sonrisa en su rostro.
- Buenos días mamá
- Espero que al menos este año partas con buenas calificaciones.- Dijo papá mirándome de reojo mientras leía el periódico.
- Sí, lo haré.
- No vivirás toda tu vida de tu popularidad.
- Lo sé papá. Lo tengo bastante claro.
- Me alegro.
Mucha gente dice que soy idéntico a mi padre. Pero realmente odio a la gente que lo dice. Nunca sería un hombre tan vano, tan materialista. No lo odio, pero por Dios, ojala nunca, jamás parecerme siquiera un poco a él.
Al terminar mi desayuno me paro en seguida, voy por mi mochila y al ir saliendo por la puerta digo.- ¡Adiós! - Lo digo lo bastante fuerte como para que me escuchen.
- ¡Adiós, que te vaya bien! - Responde mi mamá.
- ¡Te quiero! - Grita también mi hermana casi instantáneamente, que me hace salir sonriente de la casa para ir a mi mini couper.

Estaciono el auto enfrente de la preparatoria, me bajo del auto algo apurado. Camino hacia la puerta, cada vez apurando mas el paso. Los estudiantes de la entrada me saludan.-¿Que tal Adam?- Hago un gesto simpático y el chico me sonríe.- !Hey Adam!- Me doy media vuelta, camino de espaldas, para acudir al llamado, eran una chicas, hago un gesto sacudiendo la mano para saludarlas, pero no tengo idea quienes son.
Mi espalda choca con alguien y lo hace caer. Me doy media vuelta y descubro que era un Ella. Era una chica. Que estaba de rodillas en el suelo recogiendo unos libros. No logro ver su rostro, así que me agacho, me pongo de rodillas para estar a la misma altura que ella, la ayudo a recoger unos libros, ella levanta la cara. Es hermosa. Pelo largo negro, piel blanca, ojos azules aun que estoy casi seguro de que tiene un ojo con el iris mitad azul y mitad verde, pero no lo pude divisar bien porque ella de inmediato desvío la mirada.
- Lo siento.- Digo pero ella seguía sin mirarme directamente, y seguíamos en el piso.- Soy Adam ¿sabes? - Ella por fin me miro y saco una sonrisita.- ¿De que te ríes?
- Es que yo creo que aquí no hay nadie que no sepa que tu eres Adam Wayland.- Lo confirmé tiene los ojos de distinto color. Pero sentía como si ya la conociera, como si ya hubiera visto esa sonrisa.
- ¿Cual es tu nombre? ¿Te conozco?
- Me parece que tu no me conoces pero yo a ti si...
- ¿Cual es tu nombre?
- Y mucho.  
- ¿Cual es...?
- ¡Adam! - Dice una voz femenina  detras mío. Me paro y doy media vuelta. Es Alanis mi novia.-¿Que haces en el piso?
- Bueno estaba ayudando a esta chica a levantar sus libros.- Alanis penetro con una mirada de odio a la chica, pero ella se quedo inexpresiva.
- Bien yo me voy a mi clase porque llegaré tarde.
- Será lo mejor.- Dice Alanis pesadamente.
- Espera...- Pero ella ya había entrado por la puerta principal.
- ¿Quien era ella?
- No lo se, pero creo que la conozco.
Alanis se acerca a mi y me besa apasionadamente, pongo mis manos en su sintura, ella las toma y las desliza de la cintura a las caderas, las sigue deslizando hasta que me hace apretar su trasero fuertemente, ella lanza un leve gemido que solo yo puedo escuchar y ahí es donde me aparto.
- ¿Que te suscede hoy?
- Nada, solo que hay mucha gente como para que iniciemos una película porno.- Ella lanza una risita.
Caminamos tomados de la mano por los pasillos, la dejo en su salón de clases, me despido y me voy al mío, sin dejar de pensar en aquella chica, sin dejar de pensar en esos ojos, en esa sonrisa, en que de verdad los conozco, yo la he visto antes.
Sigo caminando entre memorias. Tratando de encontrarla. Porque estoy intentando recordar.    

RecuerdaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora