La mirada que Ivy le daba a Louis era triste y gélida.
-Espera, ¿en serio sabes que se siente?- Louis le preguntó con una expresión alarmada, pero sosteniendole la mirada.
-Yo...- intentó decir ella pero no podía continuar con la oración.
-¿Tu hermano?- adivino él y ella bajó a mirada, no le gustaba hablar de ello, la única persona que sabía la verdad sobre su familia era yo y ella no estaba segura si contárselo a alguien más, en especial a ese chico que solo la metía en problemas y que la obligaba a hacer cosas que jamás hubiera pensado que haría.
-Mira, olvidemos el asunto y ya. No tienes que contarme nada que no quieras.
Ivy se sorprendió. Era la segunda vez en la que lo veía comportarse así, tan tierno y comprensivo.
-Gra...gracias- le respondió Ivy sonrojándose y volviendo a mirarlo.
Se quedaron un momento en silencio, no uno incómodo claro, eso les gustó. Hasta que se dieron cuenta que había mucho silencio por ahí.
-Espera...
Se miraron alarmados, voltearon a ver la mesa donde antes estabamos y se volvieron a mirar.
-¿Cuánto es del agua?- le preguntó Ivy al mesero mientras Louis sacaba rápido la cartera.
-¿Se la tomaron?- el mesero preguntó y Louis le señaló los vasos completamente llenos, con hielos nada más.
-No es nada, corran, vayanse- les respondió e Ivy le dio un beso en la mejilla como agradecimiento.
Corrieron a la salida y en el estacionamiento empezaron a buscar el auto.
-Louis, ¿de qué lado dejaste el carro?
Él la miró y señaló un espacio vacío.
-Ahora Louis, dime, ¿cerraste el coche cuando salimos de él?
-Puede ser que sí...- dudó él, mientras apretaba el botón de alarma desesperadamente.
-Louis no puede ser, ¡ahí deje mis lentes! ¿Sabes que tan caros son?
Él no podía dejar de presionar el botón que Ivy creyó que lo rompería.
-Bueno, no se cuanto te costaron, pero saldrán en una ganga en el mercado negro, al igual que mi coche- exclamó Louis.
-¡¿Qué vamos a hacer?!- Ivy casi grita. No le gustaba explotar y sabía que debía guardar la compostura, pero eso era casi imposible con Louis a su lado, y lo odiaba. Odiaba que él supiera como hacerla enojar, pero también le sorprendía porque no le había tomado nada de tiempo conocerla.
-Ok, este es mi plan- empezó a decir el sudodicho.
Ella lo miró, esperando una continuación al plan.
-¿Cuál es el plan?
-¿Qué tan lejos queda tu casa a pie de aquí?
Ivy le soltó un suave golpe en el estómago a Louis y él entonces pidió un UBER.
Al haberse calmado un poco los dos, y después de haber entrado al UBER, no pudieron hacer más que reir.
-No puedo creer que tengas GPS para el celular de Claire y no para tu coche- le comentó Ivy, sin mirarlo a la cara. Era un coche pequeño y estaban sentados juntos sin nada más que una pared de aire separándolos.
-Es que se supone que tendría que haber puesto mi celular en el GPS, pero puse el de Claire.
-Entonces, dime si estoy mal pero, ¿pusiste en el GPS de tu auto el celular de Claire pars seguirla, pero ahira necesitas su celular para saber donde está tu auto?
-Sí, creo... creo que hiciste un buen resumen- respondió Louis.
-Recuerdame porqué acepte venir contigo- exclamó ella y Louis la miró sorprendido.
-¿No lo recuerdas? Querías el chisme más caliente de tu ángel caído, Harry- le recordó él y ella se sonrojó mucho más, mientras miraba sus pies.
Se formo un silencio en el que se lograba escuchar de fondo una canción de los Beatles.
-Bueno, supongo que un trato es un trato- empezó a decir Louis y ahora era ella quien lo veía pasmada. -¿Qué quieres saber?
Muchas preguntas cruzaron la mente de Ivy, pero una sola, esa pregunta que le había taladrado la mente y que la dejaba con insomnio fue la que escogió.
-Dime, y por favor se sincero, ¿Harry me habla y me trata así porque le gusto o por otra cosa?
Esa pregunta le tomó por sorpresa a Louis, el cual debatió en si arruinarle su ilusión o dejar que solita se enterara. Pero después de ese rato con ella, se dio cuenta de que no se perdonaría si Harry la ilusiona y luego la bota.
-Digamos que...
-Listo, hemos llegado- los interrumpió el conductor.
Bajaron del coche, no sin dar gracias, y se detuvieron en la puerta de la casa de Ivy.
-Bueno, gra...gracias por...mmm... por todo- le dijo ella con la cabeza viendo todavía sus pies.
-Emm... bueno sí, de nada por el desastre de día.
Ivy lo miró a los ojos, intentando ser comprensiva, no todos los días es tu cumpleaños, y no todos los días ves a tu crush irse con tu profesor.
Ella abrió la puerta y antes de entrar se volvió a ver a Louis, que solo estaba esperando a que se metiera para irse.
-Um... ¿Louis?- susurró ella y él se acercó.
Sin pensarlo, le dio un gran abrazo y él, recuperándose del shock, la abrazó de regreso.
-Feliz cumpleaños.
Lo soltó y entró a su casa, donde salió corriendo a su habitación.
Louis se quedó paralizado en la calle. Con todo lo que había pasado, el pobre también había olvidado que ese día era su cumpleaños.
Caminó a su casa y ahí, tarde recordó que no logró contestarle a ella su pregunta. Y era crucial que lo hiciera, ella podía salir muy lastimada.
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No control
Teen FictionElla. Una chica que todavía no era mujer, y eso le preocupaba a su madre. Muy antisocial, pegada a esos libros con sus lentes todos rotos reparados burdamente con un poco de cinta adhesiva. Locamente enamorada de el mariscal de campo, aunque el lo s...