Poema XXXV.

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No puedes amarme.
Tus labios en mi piel no arden      si tus manos se deslizan
Yo me siento tan fría
Porque tu fuego no me quema
Y tus caricias me envenenan.

Antes soñaba con tus labios
Y me perdía entre tus brazos
Pero era una mentira
Yo no era parte de tu vida.

Como una ingenua te ame
Y pensé que podía cambiarte
Pero tu sólo buscas poseer
No buscas enamorarte.
¿Podré olvidarte?
¿mis labios se alejarán de ti y dejaré de necesitarte?
Eso pense siempre;
Creí que no te olvidaría
y de pronto llegó el,
Con su media sonrisa
Y sus pasos sin ninguna prisa
Y me amo como a un dios
Me adoro y solo me dio amor
Su fuego contuvo a mi hielo
Y sus manos me hicieron tocar el cielo,
Entre sus brazos encontré refugio me cuido y me dio todo
Me hizo dejar mi orgullo,
Y conocí el amor en todas las facetas
Endulzo mi vida
Cómo un dulce de fresa.

Ahora el es mi alegría
El curo mi tristeza
Y a pesar de que estaba muerta
Cuido me mi
Y amo con todas sus fuerzas.

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