#12

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Dani's POV

Desde que Jenna pidió permiso para ir al baño supe que iría tras Harry. Le pedí que no haga nada estúpido, pero es mi mejor amiga, conozco sus tonterías y sabía que no me haría caso, como siempre, nunca valora mis buenos consejos y decide reaccionar con sus impulsos de idiotez.

Tomo su mochila, le miento al profesor diciendo que olvidó sus toallas higiénicas y corro a buscarla. No sin antes sacar de su mochila la billetera y celular, lo siento amiga, pero mi antojo de makis para el almuerzo es mayor que mi vergüenza, además ella nunca se enoja.

Vuelvo al salón y excuso a Jenna diciendo que se retirará por fuertes cólicos. Listo, merezco unos makis por cubrirla ¿no?

El profesor de biología nos deja mucho trabajo, Liam y yo decidimos hacerlo juntos. Nos quedaríamos después de la salida para terminarlo. Me gusta que sea un chico responsable y estudioso.

- Listo, terminamos- dice sonriendo.

- Pensé que no acabaríamos nunca, como que el profesor nos odia para habernos dejado hacer esto ¿no crees?

- Sí, pero le callaremos la boca cuando vea lo que hicimos. ¿Tienes hambre? - me pregunta.

- No sabes cuanta, pediré makis, ¿no quieres compartir conmigo?

- Te pago la mitad, sería lo justo.

- Liam no seas tonto- digo riendo- es un regalo de Jenna, hay que aprovechar, ¿no lo crees?

- ¿Estás segura?

- Segurísima.

- Bueno, está bien. Qué buena amiga que es  para invitarnos a comer a pesar de que se retiró de clases.

- Así es ella, muy considerada.

Nos devoramos los makis mientas conversamos sobre nuestras vidas, tener tiempos así con él me gusta, conocerlo más y ver qué sucede. Después de unas horas recibe una llamada de su madre, tiene que volver a casa para cuidar de su hermano.

Camino hacia la casa de Jenna, supongo que ella no encontró a Harry y debe de estar renegando por algo que él le hizo. Pareciera una mentira creer que, hasta hace dos años, cuando Harry era nuevo se hizo amigo de ella y le pidió que sea su novia, pero mi amiga solo tenía ojos para el patán de Caleb.

Mi sorpresa es grande cuando la ama de llaves me dice que ella no ha regresado a casa desde que fue a la escuela, y que Heath la había ido a buscar y tampoco estaba ahí. Mentí diciendo que nos dejaron un trabajo en clase, que seguro se había ido con un compañero.

Entro a su casa y me echo en su cama, ella debe de estar por llegar en cualquier momento. A medida que pasan las horas me voy preocupando, tal vez no debí mentir. ¿Y si le ha pasado algo malo?

Siento un gran alivio cuando alrededor de las seis Heath dice que ella ha llamado y dijo lo mismo que yo: la vieja excusa del trabajo en clase. Después de casi una hora ella regresa. Primero me mira seria y luego me abraza fuertemente. Está contenta.

- ¿No estás molesta por lo de la billetera?

- Tonta, ¿cómo podría estarlo? A la próxima sólo avísame ¿sí? ¿Te gustaron tus makis?

- Si... No quiero ser grosera, pero tu amabilidad me asusta.

- ¿No deseas algo más? ¿Una pizza tal vez? Tengo hambre.

- Espera... ¿Qué pasó con tu blusa? ¿Y por qué traes una polera hombre? ¿Dónde has estado y con quién? ¿Llegaste a ver a Harry?

- Dan, muchas preguntas, iré pidiendo la pizza, tengo que contarte muchas cosas.

La veo tan contenta, hace muchísimo tiempo que no la veía así. Ese extraño brillo en sus ojos sólo puede significar una cosa: le gusta alguien.

Sindrome de EstocolmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora