VI

2 0 0
                                    

La comida estuvo tranquila, un poco de pan con mermelada y te verde. La conversación se tornó interesante cuando Mateo le pregunto a mi papá que como era posible que no supiera la edad de su hija, pero el lo evadió diciendo - y bueno los niños crecen muy rápido- yo quería decirle que si acaso no se acordaba que hace 11 años me dijo que volvería en un mes, que hace once años prometió que me enseñaría a usar la bisicleta, pero solo mire y sonreí.
Luego de ese incómodo momento Vanessa y yo fuimos arreglar la habitación, quitamos los osos de peluches, las muñecas y el póster de unicornio.
-Mañana compraré pintura y pintare las paredes, ¿de que color te gustaría?- pregunta Vanessa moviendo las manos indicando las paredes, que están pintadas de un rosa chillón.
-Blanco.
-Ok, bueno ahora descansa, mañana empesas el colegio y tener que levantarte temprano- me explica saliendo de la habitación.
Me tiró en la cama mirando hacia el techo donde hay pegadas unas estrellas fluorescente, de esas que brillan en la oscuridad.
Luego de pasada una hora entro mi papá con un regaló y se sienta alado mio.
-¿nerviosa?- me dice frotándose las palmas de las manos en las piernas
-¿porque?- contestó sin mirarlo
- mañana empresas el colegio
-Ah eso, no, no estoy nerviosa
-Bueno te dejo esto espero que te guste- y me mira sonriendo.
-gracias- le respondo sin mirarlo.
Abrí el regalo y para mi sorpresa era una Barbie, bueno en realidad me esperaba algo así, el pensaba que tenía 11, la dejo a un costado y me desido a dormir.

EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora