Camino al colegio mi papá me daba instrucciones sobre lo que debía y no debía hacer, pero en realidad no escuché nada de lo que dijo, solo me dediqué a mirar el cielo y los pájaros que volaban tan libremente.
-¿quedo claro?- pregunta mi papá mirándome por el retrovisor.
-Si- contesto muy pérdida.
Al llegar mi papá le pidió a Mateo que me llevará a mi salón mientras el iba hablar con el director.
Creo que mi nuevo hermanito tenía bastante amigos ya que todo el mundo lo saludaba, de repente una chica que era una miniatura, no es que yo sea la más alta pero ella de verdad era pequeña, con mucho esfuerzo alcanzaba a medir un metro cincuenta, tenía el cabello hasta el hombro y muy oscuro, ojos grandes y cafés con las pestañas muy largas, se acerca a nosotros.
- ¿y vos quién sos?- me pregunta mirándome de pie a cabeza.
-Emma- le contesto muy seria.
-Es la hija de Ariel- interviene Mateo a la conversación- estará en tu nivel-
-Asi?- contesta ella crusandoce de brazos.
-Si,¿podes acompañarla ?- pregunta Mateo a la miniatura.
-Pero obvió- tomándome del gancho.
Cruzamos el patio mientras que ella hablaba y hablaba de como su mamá y Vanessa eran mejores amigas y lo mucho que conocía a Mateo, yo solo sonreía y asentía, pero no le preste mucha atención.
Al llegar al salón me senté al lado de la ventana para así poder mirar el hermoso jardín que había tras ella.
A las 8 AM. En punto entra una mujer alta y delgada con el pelo tomado en un rígido tomate.
-Bueno días alumnos- dice dejando los libros en la mesa - veo que tenemos una estudiante nueva- mirándome fijamente mente - por favor presentarse a la clase- dice indicando que me pare para hablar.
-Me llamo Emma- contesto mirando el suelo.
-Apellido- dice bruscamente.
-Vázquez.
-Muy bien tomé asiento.
El resto de la clase estube mirando por la ventana sin prestar atención a nada de lo que decía la profesora.
Al sonar el timbre todos salieron pero yo seguía mirando las rosas rojas que crecían a los pies de un gran árbol de tronco muy grueso, cuando de repente alguien me toca el hombro.
- ¿y tu no sales a recreo?- me pregunta Mateo riéndose
-no tengo ganas
- bueno entonces te hare compañía- dice mientras se sienta a mi lado - ¿hasta el momento te a gustado?- me pregunta mientras saca unas galletas de su bolsillo.
- ¿que cosa?- respondo rechazando las galletas que me ofrece.
- nose todo, la ciudad, la casa , el colegio, tu nuevo hermano- moviendo los dejas muy coquetamente.
-La ciudad es linda, la casa si está bien, aún que mi habitación es demaciado rosa, sobre el colegio aún no tengo opinión y bueno mi hermano no está mal pero prefiero ser hija única- contesto riendo.