Thin walls [KTH + JJK]

[4] Cristal

Desde que Jungkook había decidido encender la radio cada día a medianoche, el humo de cigarro nunca más volvió.

El joven leía con tranquilidad uno de sus libros, sin nada que le perturbara. Estaba seguro que usar aquella vieja radio había sido la mejor decisión de su vida semanas atrás. ¿Y cómo no? Taehyung seguía saliendo al balcón incluso si ahora no dedicaba su tiempo a fumar. Y eso lo hacía sentir mejor, como si él fuese el responsable de un cambio importante.

Y, para su sorpresa, aquella noche fue diferente a todas las anteriores.

―¿Puedo preguntarte algo? ―El menor dejó caer su libro cuando esa profunda voz lo golpeó de repente.

Dejó su asiento, deslizándose incrédulo por el piso. Haciendo a un lado su cortina ligeramente, se encontró con la espalda de Taehyung, quien por una razón inexplicable estaba apoyado contra el cristal de la puerta, hablándole.

―Puedes hacerlo ―Contestó por fin, con intriga en su voz, cerrando la cortina nuevamente para que el joven rubio no fuese capaz de verle en caso de voltearse.

―Bien... ―Taehyung aclaró su garganta, Jungkook apoyó su mano contra la puerta, ahogando sus deseos de verle. ―¿Por qué has encendido y apagado la radio todas las noches a la misma hora?

―Puedo responderte eso ―Una sutil sonrisa se deslizó en los labios del castaño, quien permanecía en cuclillas mientras tocaba el cristal a través de la cortina. ―¿Pero me dirías tú por qué tarareas todas las noches a la misma hora?

El rubio dejó escapar vaho por su boca, entrecerrando sus ojos.

―Porque me aburro ―Fue su simple respuesta.

―Bien, yo también me aburro ―Respondió el castaño, quien se negaba a responder algo más contundente si aquel chico no ponía de su parte. ―¿Por qué? ¿Te molesta el ruido de la radio? ―Preguntó rápidamente después, temiendo que realmente todo eso haya resultado una molestia para el mayor.

―No es ruido... ―Murmuró en voz baja Taehyung y Jungkook no fue capaz de oírle. ―No me molesta ―Confesó. ―Escuchar tu radio cada noche... no me molesta

―Tampoco me molesta escucharte ―Jungkook por fin se apoyó contra el cristal, sonriendo bobamente por el momento que estaba compartiendo con el mayor.

Y Taehyung también sonrió, pero de una manera muy diferente a la del menor. Porque la sonrisa del mayor estaba rota y sus ojos, los que ahora se entrecerraban, estaban inundados en pequeñas lágrimas que no le permitían contemplar el cielo nocturno.

Sin embargo, incluso si el llanto de Taehyung era el más silencioso del mundo, Jungkook era alguien capaz de comprender los silencios. Y, abrazando sus piernas, esperó que algún día no hubiese nada que se interpusiese entre ellos dos.

Porque no existía pared, puerta o cristal capaces de interceptar los sentimientos que él había comenzado a desarrollar por aquel chico.