Thin walls [KTH + JJK]

[7] Dulce

La fiebre disminuía gradualmente. Un plato de comida casi vacío yacía sobre su velador y Taehyung se preguntaba por cuánto tiempo más Jungkook estaría sentado a su lado, observándole. No le molestaba ni en lo más mínimo, pero sabía que el menor tenía clases dentro de unas horas y se cuestionaba la razón por la que estaba siendo tan dedicado con alguien como él.

Taehyung no era la clase de chico por la que el resto se preocupaba.

―¿Necesitas algo más? ―El menor por fin habló, él negó suavemente con la cabeza. ―Ah...

Acercó su mano al mayor, apartando los mechones de pelo que se habían adherido a su rostro. El rubio se obligó a contener el aliento mientras le observaba, le sentía. Aquello era tan maravilloso que resultaba hasta doloroso.

―¿Por qué me miras así? ―Jungkook frunció sus labios, pero no apartó su mano de él.

―Me estaba preguntando por qué no me detuve a observarte antes ―Admitió con una sonrisa en los labios. ―Eres lindo

Esta vez sí apartó su mano e incluso su mirada. ¿Cómo él era capaz de decir esas cosas en su estado actual? El mayor definitivamente no era una persona muy consciente de sí mismo.

―Me gusta tu presencia ―Prosiguió. ―Pero... extraño un poco tu radio ―Su voz se apagó repentinamente en su última frase.

Jungkook nuevamente lo miró. Taehyung observaba el techo con melancolía, como si la sonrisa de hace un momento jamás hubiese existido.

―¿Por qué te gusta escuchar mi música? ―Los ojos del mayor lo miraron fugazmente antes de volver al techo.

―Me recuerdan a mi madre ―Suspiró. ―Ella murió cuando yo era un niño. Mamá era compositora y siempre estaba cantando canciones para mí. Incluso si intento buscar un momento donde ella no me haya mostrado una hermosa melodía... realmente no hay nada. Mamá siempre cantó las canciones más dulces para mí ―Cerró sus ojos, Jungkook supo que aún no era su momento para hablar. ―Papá la maltrataba y hubo un día que la llevó hasta un extremo y simplemente... ya no hubo retorno, se suicidó ―El menor se sorprendió por la expresión del rubio, pues si éste estaba triste y dolido, no lo demostraba en absoluto. ―Así que... comencé a preguntarme por qué alguien que siempre cantaba las melodías más hermosas para mí, decidió quitarse la vida

―Taehyung... ―Quiso detenerlo, su voz estaba rota.

―Y encontré la respuesta, Jungkook ―Rió, haciendo al corazón del menor contraerse. ―Lo único que me quedó de ella fue su cuaderno de composición. Cuando por fin fui capaz de leer su música, descubrí que en ese cuaderno yacían las canciones más tristes y dolorosas que en mi vida conocería, pero por una extraña razón, mamá jamás las dejó a luz ―Una lágrima se asomó por uno de sus ojos y él rápidamente la apartó. ―Desde ese día, no he hecho más que repetir sus canciones, esperando expresar el dolor que por años escondió solamente debido a mí, por mi culpa ―Se volteó a verle. ―Querías saber por qué todos los días cantaba esas melodías, ¿cierto? Esa es la respuesta, Jungkook, no hay nada más

El castaño presionó sus labios, preguntándose por qué el mayor volvía a mirar el techo como si hubiese algo interesante que ver en él. Preguntándose como podía conservarse tan tranquilo cuando estaba claro que cada parte de su ser estaba completamente dañada, destrozada. ¿A quién intentaba engañar?

―Papá no estaba capacitado para cuidarme y yo no tenía más familia, así que crecí en un orfanato ―Se removió en su cama, silenciando un quejido de dolor. ―Eso es todo, ya no hay nada más que saber de mí. Mi historia es aburrida y corta, ¿no? ―Volvió a reír, siendo su amarga risa lo único que llenaba aquel espacio.

Mentiroso, quiso gritarle. Deja de reírte, fueron las otras palabras que atravesaron su mente. Pero sabía que aquel chico estaba haciendo un esfuerzo para mostrar una parte de él.

―¿Qué pasó anoche?

La habitación se hundió en un breve silencio antes de que Taehyung suspirara, decidiendo responder esa duda.

―Me encontré con mi padre. Cuando salí del trabajo... él estaba esperando por mí. Si te soy sincero, no tengo idea de cómo me encontró y hasta reconoció después de tantos años pero... en fin ―Bufó. ―Al parecer está metido en algo grande y recordó que tenía un hijo con vida ―Volvió a reír.

―Taehyung, ya deja de...

―Lo siento ―Murmuró, mordisqueando su labio. ―También tuve que disculparme con él. Después de todo, vivo de mi pequeño sueldo y estoy endeudado para pagar la universidad. ¿Qué esperaba que le diera? ―La mirada del menor oscureció aún más. ―Él dijo que yo seguía siendo el mismo mocoso inútil de siempre y mamá tenía suerte de no tener que preocuparse por mí ―Volteó a ver al castaño. ―Ahora que lo pienso, ¿él tenía derecho a decirme eso cuando jamás se había preocupado por mí?

―Taehyung...

―Le pedí que me dejara en paz y... bueno, este es el resultado ―Llevó una mano al golpe cerca de su estómago. ―Cuando se fue y yo sólo podía sentir dolor, pensé "oh, así que esto sentía mamá"

―Taehyung, ya basta ―Pidió.

―Me sentí tan destrozado, que sólo estuve caminando por la maldita calle toda la noche. Creo que fue una mala idea hacerlo porque ahora estás cuidando de mí ―Volvió a mirarlo. ―Siento que tengas que cuidar de mí

―Deja de decir estupideces ―El mayor sonrió incluso al notar que los ojos de Jungkook estaban llenos de lágrimas.

―No sientas pena por mí, no tienes que hacerlo

―Eres un imbécil

―Sí, supongo que lo soy. Si eso te molesta, puedes irte, estoy bien ahora ―Sus palabras fueron suaves, sin el más mínimo malestar o rencor en caso de que el menor realmente decidiera dejarle.

Pero Jungkook no se retiró, sólo tomó una de sus manos con fuerza y cerró los ojos, comenzando a tararear.

―Jungkook, ¿qué estás...?

―No hables ―Pidió, sin tener fuerza siquiera para secar sus lágrimas. ―No es la radio de siempre pero... maldición, es todo lo que tengo ―Sollozó antes de volver a tararear.

Taehyung giró sobre su cuerpo, quedando en dirección al chico que aún mantenía su mano con fuerza mientras las notas salían temblorosas de sus labios. No lo había notado, pero la voz de Jungkook era realmente bella.

Dulce, armoniosa. Aquel chico era mil veces mejor que aquella radio.

―Mamá odiaba el olor a cigarrillo ―Murmuró en voz baja, Jungkook no dejó de cantar. ―Así que cuando tus melodías me recordaron las partes más hermosas de ella, yo me sentí despreciable por hacer algo que ella odiaba ―Rió bajo, su risa quebrándose. ―Gracias por... llenar ese espacio esa noche...

Jungkook abrió los ojos, sus notas saliendo más melodiosamente ahora de sus labios. Y con una mirada oscura y sus sentimientos destrozados, siguió cantando las melodías más dulces para aquel chico que ahora lloraba, sin detenerse siquiera cuando éste por fin se durmió.