Thin walls [KTH + JJK]

[3] Radio

La medianoche llega nuevamente y Jungkook escucha el suave caminar de Taehyung hacia el balcón, el olor a cigarro colándose en su habitación un minuto más tarde.

No obstante, a diferencia de las otras veces, Jungkook no está en su cama, sino que en su escritorio, intentando convencer a su corazón de que haberle escuchado tararear nuevamente había sido más que suficiente y no tenía que dejarse hundir por su presencia en el balcón. Porque los exámenes del menor están cerca y él de verdad quiere prestarle atención a sus apuntes.

Pero no lo consigue.

Abre su cajón con manos ansiosas, tomando su viejo MP3 en el que solía guardar las melodías que componía cuando era joven y otras tantas que le ayudaban a liberar su estrés bañándolo de una ola de calma. Eso último era lo que más necesitaba. Conectó el MP3 a la radio abandonada que seguramente el inquilino anterior había dejado ahí y llenó esas cuatro paredes de música, alivianando su sentir; la asfixia que le provocaba su compañero de piso.

Sin embargo, cuando las suaves notas inundaron su espacio y él volvió la mirada a su cuaderno, algo más en su ambiente cambió.

El olor a cigarrillo fue desvaneciéndose considerablemente rápido hasta el punto de la extinción. ¿Por qué? Porque Taehyung había dejado de fumar.

Taehyung, mirando distraídamente el paisaje frente al balcón, por primera vez había apagado un cigarrillo sin terminarlo; por primera vez no sintió la necesidad de encender otro. Y por primera vez giró su cabeza hacia la puerta corrediza del cuarto de aquel chico con el cual en muy pocas ocasiones se había topado; admitía para sí mismo que jamás le había prestado verdadera atención.

Pero esa noche, recibiendo su música, el interés por fin despertó. No lo suficiente para hablarle. No lo suficiente para querer conocerle. Pero sí lo suficiente para sentarse y esperar hasta que la radio dejara de sonar.

Así que esa noche, cuando el reloj marcó la una, no fue un cigarro el que fue apagado, sino que una radio. Y Jungkook por primera vez sintió que tenía un poder sobre aquel chico que volvía silenciosamente a su habitación.