Chuuya In Wonderland. [BSD/Soukoku]

CONSEJOS DE UNA ORUGA

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Murmuraba cosas bastantes audibles y nada saludables para la mente de un niño perdido, aunque él no lo era.

Llevaba caminando más de media hora según él, y aún no había volvido a su tamaño original, todos sus murmullos iban directo a la agencia de detectives, porque según él, todos ellos eran los culpables de haber terminado así, solo había visto miembros de la agencia y por extrañas razones solo había un miembro de la port Mafia, o eso creía él.

Seguía caminando sin rumbo fijo, esperando que la fuerza cósmica se apiade de él y lo vuelva a su forma original y de ser posible a la realidad. (Rezaba por no estar loco y mucho menos deseaba estar ahora en un manicomio dormido viendo alucinaciones)

Seguía y seguía caminando hasta que algo llamo su atención, un grito. Volteo a todas partes en busca de la persona que gritaba, pero no pudo dar con el. Soltó un gran suspiro y siguió caminado, hasta que escuchó aquel grito de nuevo, con una voz algo familiar.

— ¡N-Nakahara-san!, ¡por favor no avance más o moriré aplastado!, ¡Sólo mire al suelo!.—

Con bastante trabajo logró entender algo de lo que decía aquella persona, aunque solo escucho "siga avanzando" y "Mire abajo". Avanzo un poco, sintiendo que pisaba algo blandito y escurridizo, volteo hacia abajo, viendo que lo que había aplastado no era ni nada más que la cola probablemente falsa de un conocido.

Michizou Tachiwara.

Ayudante de lagartija negra, Chuya río internamente, le quedaba ese papel, y sonrió divertido al ver la expresión de claro dolor en el rostro ajeno, tanto que hasta estaba rojo.

— ¿Um?, ¿Acaso esto no era falso? Como sea.—  Retiró su pie del menor (de la cola) y se agachó para poder tener una conversación de mejor forma, aunque para él no lo era, su espalda dolía— ¿Qué haces aquí?

— S-Solo cumplo mi papel.— murmuró avergonzado y atemorizados por la mirada del contrario, sabía que quería explicaciones pese a que no pregunto— No me mire así Nakahara-san, yo no sé nada.

— ¿Ustedes y la agencia se pusieron de acuerdo para jugarme una broma de mal gusto?.—

Bien, su expectativa de quien fue el culpable estaba cambiando un poco.

— ¡Por supuesto que no!. Es solo que... Ahg,¡Solo tome esto!.—  Sin borrar sus nervios le entregó un caramelo, al cual Chuya hizo un gesto de desaprobación, ya había tenido suficiente con las cosas comestibles.— Esto te regresara a tu tamaño normal..., pero...

Antes de que pudiera seguir con sus explicaciones el dulce le fue arrebatado e ingerido por el mayor sin espera alguna. Tachiwara entró en pánico.

— ¡N-NO! ¡No puede comerlo todo! ¡Es solo en pequeñas porciones o escogerá de más!... Quedará... ¡!—

Se calló, no tenía caso seguir hablando, vio como su superior disminuye de tamaño exageradamente hasta que llego al tamaño del dedo medio -como mucho-. Chuya quedó impactado, al igual que el menor. Su reacción no fue la mejor.

— ¡NO HABÍAS DICHO QUE ESTO ME VOLVERÍA A MI TAMAÑO NORMAL! ¡Idiota incompetente!. —¡Oh su tono de voz! cada vez tenía que  poner más fuerza al gritar. Tenía miedo que su voz termine más aguda.

— ¡L-LO SIENTO! Y, no era mentira, con eso podrías volver a tu tamaño normal... Podías.—Se corrigió.

— ¿¡Podía!?.—

— Verás..., Eso solo funcionaba en cantidades pequeñas...—

Chuya no contestó. En su lugar se maldijo internamente por ser tan impulsivo y al escuchar que podía volver a su tamaño original con ese dulce no espero indicaciones y se lo comió. No tenía caso reclamarle al otro; al fin de cuentas, fue su culpa.