Capítulo 3

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Una polilla se encontraba revoloteando y explorando el techo de la habitación de Lauren, misma que miraba relajadamente como el pequeño animal parecía gustarle un agujero casi imperceptible en la esquina de su pared azul, mientras esta estaba tumbada en su cama con los audífonos puestos escuchando música, con las libretas de la escuela olvidadas a su costado hace una hora.

Lauren tarareaba la canción que se reproducía en el celular, movía la cabeza al ritmo de la música pensando en la chica nueva. La última vez que la ojiverde habló con ella fue cuando volvieron al casillero de Vero para que la morena abriera el candado, una vez cumplido el favor, el reloj que Camila traía en la muñeca emitió un pitido, la morena lo vio, se disculpó y se marchó a paso acelerado.

Lo primero que Lucy hizo al llegar de su viaje y poner un pie en el instituto, en lugar de abrazarla o saludarla, fue preguntar por la guapa heroína de su novia, según las palabras de Vero. Decepcionada de no encontrarla, no le quedó más remedio que saludar a Lauren, después de jugar a hacerse la ofendida, la ojiverde también pudo apreciar la ausencia de la morena, pero no queriendo parecer muy obvia sobre su curiosidad por Camila decidió no volver a mencionarla hasta que se diera la oportunidad.

Llevaba ya tres días sin saber de ella y la desesperación que sentía la incomodaba cada vez más.

Lauren tenía una ligera idea sobre lo que le pasaba pero no estaba dispuesta a aceptarlo, sobre todo con las pequeñas insinuaciones que Vero le daba respecto al tema; ayer, durante el almuerzo su amiga le dijo a Lucy que tal vez la ojiverde había tenido un flechazo por la atractiva morena, acción que ocasionó la casi muerte de Lauren asfixiada por un trozo de manzana en su garganta, después de que la menor la ayudara con una botella de agua y unas palmadas suaves en su espalda, regañó a Vero para después decirle que no dijera estupideces.

A diferencia de sus dos mejores amigas, Lauren tenía pésima experiencia en sus relaciones, tuvo algunas salidas ocasionales con algunos chicos, pero nunca soportó estar con uno por más de dos meses, y tampoco descartó la posibilidad de estar con una chica, aunque nunca se le haya presentado la oportunidad. Lauren podía apreciar la belleza en las mujeres; sabía que su familia no la juzgaría y sus amigas por obvias razones tampoco.

La ojiverde sentía que estaba haciendo una tormenta en un vaso de agua solo por una chica que conoció unas cuantas horas, pensó que tal vez solo era un crush que tenía con ella, porque Lauren reconocía que Camila era jodidamente atractiva y sumando su simpatía junto con el aura reservada que desprendía podría volver loca a cualquier persona.

Sacudiendo su cabeza, Lauren se sentó y se quitó sus audífonos poniéndolos sobre su cuello, suspiró.

"Además, podría que Camila no fuese gay" pensó Lauren.

Mientras sus pensamientos iban y venían, vio a su madre cruzar por la puerta abierta que daba al pasillo.

— ¡Mamá! —gritó Lauren escandalosamente— ¡Mamá!

Clara entró corriendo a su habitación preocupada.

— ¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa?! —respondió a su llamado observando a todos lados agitadamente— ¿Chris volvió a caerse por el balcón? —preguntó acercándose rápidamente al ventanal preocupada.

— No, no es eso...

— Oh por Dios, ¿Taylor se atascó en el retrete de nuevo? —la mujer se llevó ambas manos a la boca— ¡Ya voy, bebé! —dijo en voz alta con total intención de ir al baño.

— No, mamá. —la detuvo riendo al recordar cuando pasó ese accidente— No les ha pasado nada... que yo sepa. —aclaró con una sonrisa.

La mujer mayor se llevó una mano al pecho suspirando y tranquilizándose para luego poner expresión de enojo.

Athena |CAMREN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora