Rota.

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Llega una época de la vida, según lo que me han dicho, en la que te das cuenta de quienes son tus verdaderos amigos. Esas mismas personas son las te dicen que "el tiempo lo pone todo en su sitio" y que "los amigos se ganan". En mi corta vida me he dado cuenta de que no todo ocurre de este modo... Me he dado cuenta de que a esta ecuación le falta una variable... y es que las personas tenemos intereses.

El año pasado fue el año en el que le encontré, con su sonrisa inocente, su mirada cariñosa, sus abrazos cálidos, sus besos furtivos y sus caricias a medianoche. En ese mismo año una de mis mejores amigas se perdió a ella misma, meses perdida en un laberinto sin migas de pan para encontrar la salida. Dejé a un lado mi felicidad y bajé de mi mundo perfecto a su laberinto de tristeza oscura. Todo se arregló. Y llegó el verano y los otros amigos con los que contaba fueron desapareciendo poco a poco. Algunos dejaban de llamar, otros no cogían las llamadas. Al final nos quedamos solos, él y yo. Nos encerramos en nuestra burbuja perfecta. Craso error. Mi amiga encontró novio y las cosas le iban bien, su relación mejoraba cada día al paso al que la mía se deterioraba. Lo nuestro se resquebrajó y caí a una fosa sin nombre ni consuelo. Me arrastré y se lo conté, esperando que ella me ayudaría, que me sacaría del agujero negro. 

Han pasado dos meses. Ni nos saludamos. Es triste como le damos a una persona el poder de destruirnos con tan solo un botón. Es cruel lo que hacen, nunca llegan a pulsarlo, simplemente lo encajan cuidadosamente en una estantería encima de un libro. Los primeros días piensan en él pero su atención va en decrescendo y un día ni recuerdan qué es, ni que está ahí, ni para qué sirve. Simplemente se olvidan.

Después de perder a varias personas te empiezas a preguntar si tendrás algo malo, si realmente eres tan mala persona como las voces de tu cabeza dicen que eres. Pero tú no haces caso, conoces a gente nueva y te olvidas del tema, de repente todo vuelve a estar bien. Y bailas y bebes y ríes y sudas y follas y eres feliz. Hasta que se van y caes en el enigma de ti mismo otra vez.

Cuantas veces perdonas, cuantas veces te callas por no empezar una discusión... pero, ellos te echan las cosas en cara con una facilidad alarmante... y te planteas ¿estaré realmente rota?

Escritos sumergidos en vodka y desesperación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora